ESTADOS UNIDOS. Tras una larga enfermedad, el contrabajista y compositor norteamericano Charlie Haden falleció el viernes, en Los Ángeles, según confirmó su esposa y mánager, Ruth Cameron, a través de ECM Records.Haden tocó con todos y de todo. Fue leyenda viva a una edad en la que muchos músicos recién están madurando como artistas. Hombre de convicciones, músico inclasificable, tal vez la única manera de definirlo con una sola palabra sea llamándolo, simplemente, genio.Desde que su cuerpito blanco “osó” meter las narices en el cuarteto de Ornette Coleman en 1959 (con 22 años grabó el seminal The Shape of Jazz to Come) hasta el disco de familia Rambling Boy (2008), que registró junto con su mujer y sus hijos y en el que revisitó sus raíces country y bluegrass, Haden cimentó una trayectoria heterogénea y hasta desconcertante.Nacido en el medio oeste norteamericano, en la ciudad de Shenandoah (estado de Iowa) y autodidacta confeso, creció en el seno de una familia consagrada al country. Cantante en primera instancia, solía interpretar clásicos de la música popular norteamericana en el programa de radio de sus padres. A los 15, la polio le dañó las cuerdas vocales y lo redireccionó hacia el contrabajo.De su estilo, asociado al free jazz, se dijo que era elegante, sintético, que prescindía de superficialidades y que era extremadamente melódico. Los críticos no dudaron en otorgarle el mote de gran maestro de la economía musical.





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