EL SOBERBIO. Las inundaciones provocadas por la rápida suba de las aguas del río Uruguay, que causaron graves daños a lo largo de su recorrido en los pueblos costeros de Misiones, pusieron una vez más en evidencia la falta de preparación y respuestas urgentes de los gobiernos provincial y municipales. También la falta de monitoreos constantes, que sean capaces de detectar las variantes del río en la zona alta del Uruguay. Además, no se conoce gestión alguna de legisladores nacionales, Ejecutivo provincial o nacional que haya exigido a las autoridades brasileñas, las explicaciones sobre la operación de las represas en el sur brasileño, a las que se señala como grandes responsables de acelerar el proceso de crecimiento del cauce del río, permitiendo el paso de un caudal varias veces superior a lo habitual.La población no tuvo un preaviso de que se venía una crecida tan importante del río. El comportamiento del Uruguay era el normal como todas las veces en que había varios días de mucha precipitación. Subía gradualmente y muchos de los pobladores que se vieron afectados habitualmente por su cercanía a la costa, estaban preparados para salir -una vez más- de sus casas y esperar que el cauce vuelva a su normalidad para volver.La mirada en Foz do ChapecóSin embargo, a las tres de la mañana del jueves 28 de junio pasado, operarios de la Municipalidad recibieron la orden del intendente Juan Carlos Pereyra, para que acudieran a evacuar a los primeros afectados. Sorpresivamente para las siete de la mañana de ese mismo día, el río había superado las marcas habituales y ya eran muchas las casas que estaban donde el agua había llegado.Algunos medios radiales locales comenzaron a alertar sobre la crecida inusual del río y comenzaron a investigar el motivo. Ahí se encontraron con que la represa Foz de Chapecó estaba mandando mucha más agua que el día anterior. Pasó de una densidad de cinco mil metros cúbicos por segundo a más de veinte mil y pronto se supo que llego a 29.000 metros cúbicos por segundo. Si no fuera por estos medios de comunicación nadie hubiera sabido a qué se enfrentaban.Desde el Gobierno provincial se trató de mostrar un poco de preocupación a lo que se enfrentaban los pobladores de El Soberbio. El ministro de gobierno Jorge Franco llegó con una comitiva el viernes 29 de junio por la mañana y recorrió la ciudad y las zonas afectadas, no brindó más información de la que ya se sabía y que ellos mismos la habían suministrado. Anunció la llegada de agua potable, abrigos y víveres. Hacía dos días que la localidad estaba sin agua potable. Recién para el sábado 30 a la mañana, cuando el gobernador visitó la zona de desastre, comenzaron a repartir y asistir a los damnificados. Es decir, entre 48 y 72 horas después.Si hay algo que se debe destacar en El Soberbio durante la crecida del río Uruguay, es la solidaridad del pueblo. El relato de la gente, particularmente los damnificados, a la hora de ayudar al que necesitaba un esfuerzo para cargar los muebles, un vehículo o un lugar donde alojar las cosas luego de que dejaban sus casas es de destacar. También es importante señalar que efectivos de la Policía de la Provincia, de Gendarmería Nacional, de Prefectura y los operarios de la Municipalidad de esa ciudad mostraron mucha y buena predisposición. En muchos casos, esos mismos agentes y sus familias terminaron inundados.Mirando las marcasEn la zona del Alto Uruguay no hay un sistema de monitoreo del comportamiento del río. O por lo menos la información no llega a la población con la altura del Uruguay, con el informe sobre su comportamiento a corto y largo plazo. Los pobladores costeros no sabían que la represa Foz de Chapecó iba a soltar tanta agua, o si se informó a las autoridades argentinas, nadie lo dio a conocer en El Soberbio.Recién el lunes, la represa brasileña emitió un comunicado oficial explicando los motivos de la crecida del río. “La región donde está instalada la Usina Hidroeléctrica Foz de Chapecó sufrió en los últimos días una precipitación que traspasó todos los niveles registrados desde 1983”, según lo informado por la empresa. Los perjuicios en la población y en los municipios afectados por esta inundación son inmensos.A principio de marzo, el meteorólogo aficionado de San Vicente, Marcelo Kusik, dijo a PRIMERA EDICIÓN que se venía un período de mucha lluvia y que habría “muchas catástrofes naturales durante este invierno por la cantidad de precipitaciones que va a haber por la presencia de “El Niño”. Primero fue la inundación en Andresito, luego la crecida del río Iguazú que tapó las Cataratas y causó inundaciones en la costa del río Paraná. Ahora la crecida del río Uruguay que causó más daños que las anteriores dejando al territorio en emergencia.¿En el Gobierno provincial se tomaron seriamente las advertencias o dejaron pasar el parte cual lectura del horóscopo? La realidad, parece una vez más, hablar por sí sola.





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