PANAMBÍ. Ana Beatriz Engler (31) es madre de cinco hijos. Se construyó su casa a pocas cuadras del destacamento policial, cerca de donde, en algún momento, pasó un pequeño arroyo. Ese mismo que, con la lluvia de las últimas jornadas, se transformó en un río que se llevó por delante su vida. La zona donde ella habitaba es una de las más afectadas y ella sólo alcanzó a sacar una mesa y algunas otras cosas, pero el resto se lo llevó el agua, desde la ropa de sus hijos hasta los muebles que tanto le había costado comprar. “Estoy triste”, sintetizó la mujer sin encontrar la manera de contener el llanto por su incierto futuro. “Okupa” por un díaDespués de que la subida del agua los sorprendiera por la noche, entró con sus hijos en la casa de un gendarme a quien, según ella misma dice, “no le avisé nada, después mandé a que le digan que había entrado a su casa, pero qué querían que haga, no tenía otro lugar donde ir”, aclaró mientras se secaba las lágrimas.La promesa oficial es que a los afectados les van a proveer de una vivienda nueva, “pero a mí no me dijeron nada, sólo vinieron a sacar fotos y se fueron. Yo fui a mi casa hoy y salí vomitando del olor que hay. Realmente no sé qué voy a hacer”, sostuvo. En cuanto a las donaciones, “la ropa le queda grande a los chicos y me trajeron carne, pero no tengo cocina donde hacerla. Estoy mal, no quiero comer, no puedo pensar. El agua se llevó todo”, cerró.





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