POSADAS. Postrado, preso de sus vendas y de un dolor que abarca cada una de sus células, Cristian Knack (25) tuvo las fuerzas necesarias para lanzar una última frase después de casi una hora y media de testimonio. “Sólo pido justicia para mi familia”, respondió cuando le preguntaron si quería agregar algo más. En ese momento, sus ojos se llenaron de lágrimas. A todos en la sala se les hizo un nudo en la garganta.La escena tuvo lugar el último miércoles en el Hospital Madariaga de Posadas, donde hasta anoche Cristian sigue resistiendo. Todos lo daban por muerto, pero 34 días después de la peor de las pesadillas, sigue vivo. Tiene el peor de los pronósticos y nadie sabe si podrá seguir luchando o no. Tampoco nadie sabe cómo pudo despertar y recuperar el habla por algunas horas para aportar a la causa. Su familia habla de un milagro. El milagro de Cristian Knack.“Él despertó para contar la verdad. Habló una hora y media. Hasta le pedían que parara porque tenían que tomar nota y no podían seguirle el ritmo. Fue algo impresionante, algo sobrenatural”, le dijo a PRIMERA EDICIÓN Néstor, uno de sus tíos, un poco más tranquilo, aunque no menos conmovido por lo que atestiguó el último miércoles, contra todas las predicciones.Los Knack no tienen dudas. Para ellos, la mano de Dios estuvo presente esa noche en la terapia intensiva. Si no, no tienen cómo explicar la repentina mejoría de Cristian y, después de aquel testimonio, la nueva recaída que sufrió y que anoche lo tenía otra vez peleando al borde de la muerte.“Fue un milagro. Y el otro milagro es que hoy todavía esté vivo. Nosotros sabemos que la última palabra la tiene Dios, así que esperamos en él”, confió el hombre.De la nada, Cristian despertó y se hizo entender rápidamente. Enseguida comenzó a responder las preguntas de la comisión policial que lo entrevistó. Su relato fue providencial y permitió la detención del cuarto sospechoso en la tarde del último viernes en San Javier (ver “Continúa la búsqueda del…”).El único sobreviviente del feroz robo sacó fuerzas de donde no las tenía. “Habló por más de una hora y media”, repitió Néstor. Y después, cuando ya había evacuado todas las dudas de los detectives, lanzó una frase que conmueve. “Cuando le preguntaron si tenía algo más para añadir dijo: ‘sólo pido justicia para mi familia’, con lágrimas en los ojos. No podía levantar sus manos para secarse las lágrimas, fue un momento que nos dolió a todos”, sintetizó su tío.Una vez que las autoridades se marcharon, Cristian tuvo unos pocos minutos para entablar diálogo a solas con sus familiares. Se trató de una charla íntima de la que Néstor sólo contó que el muchacho le preguntó si había alguien detenido. “Se dio a entender para preguntarme ‘¿están presos?’. Le dijimos que había detenidos y que se está investigando si fueron ellos. Él dijo bien que habían sido cinco”, contó su familiar.Entre el dolor y la angustia por saber qué será del joven, sus familiares piden una y otra vez la oración del pueblo misionero, sin distinción de religiones. “Les pedimos a todos que nos ayuden, que estén con nosotros, porque tanto nosotros como Cristian sentimos las oraciones”, apuntó Néstor, quien además agradeció profundamente “a todas las iglesias” que se unen a diario para orar por la familia. “No importa el credo, hay que orar directamente a Jesucristo”, sintetizó.Ayer la situación de Cristian no era justamente de las mejores. Continuaba en grave estado, prácticamente tal como había llegado hace más de un mes a Posadas. Con lo mínimo, peleaba por su vida.El tiempo pasó y ya cuenta 34 días al filo de la muerte. Pero vivo. Para su familia, cada día es un milagro. Continúa la búsqueda del quinto sospechosoOBERÁ. Continuaba anoche la búsqueda del quinto sospechoso vinculado a la masacre de Panambí, el feroz asalto en el que perdieron la vida Oscar Knack (43), su esposa Graciela Mojfiuk (42) y la pequeña hija de ambos, Bianca (12). Cristian es el único sobreviviente.El trabajo era llevado a cabo por uniformados de la Policía de Misiones y efectivos de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic) del Poder Judicial, principalmente en la zona centro de la provincia.Por el hecho permanecen detenidos Pablo Julio Paz (51), Marcial Alegre (45), Juan Ramón Godoy (44) y el suboficial del Ejército Argentino, de unos 50 años, apresado en la tarde del último viernes gracias al testimonio brindado por Cristian Knack el último miércoles en el Madariaga.La principal hipótesis indica que los cuatro serían quienes irrumpieron alrededor de las 19.30 del domingo 25 de mayo en la casa de los Knack, sobre el kilómetro 7 de la ruta provincial 5, en Panambí.Encapuchados, maniataron a las cuatro víctimas, las rociaron con alcohol y les prendieron fuego. La familia logró liberarse, aunque todos sufrieron graves quemaduras. Oscar, Graciela y Bianca lamentablemente fallecieron a los pocos días. El único que aún resiste es Cristian, quien había mostrado mejorías pero ahora tristemente volvió a caer en estado gravísimo.Todo sucedió en el marco de un feroz robo por el que los malvivientes se llevaron alrededor de 300 mil pesos con los que Cristian había llegado minutos antes a la casa tras cobrar la venta de una carga de machimbre en Corrientes. La Justicia maneja pruebas firmes en contra de los sospechosos.





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