SAN JAVIER. Tras la pericia de huellas dactilares que ubicaron al ex prefecturiano en el escenario del múltiple homicidio de Panambí, la Policía regresó ayer a San Javier y procedió a la detención de un nuevo sospechoso. Se trata de un vecino y supuesto integrante de la banda que lideraban el mecánico paraguayo, que se encuentra prófugo de la Justicia, y el ex integrante de Prefectura Naval Argentina (PNA). Hoy, justamente, se cumple una semana del escalofriante triple homicidio del empresario maderero Carlos Knack (43), su esposa Graciela Mojfiuk (42) y la hija de ambos, Bianca Knack (12). En el megaoperativo de ayer se decomisaron municiones calibre nueve milímetros y de fusiles FAL; detonadores de explosivos, silenciadores y prendas de vestir con manchas que serían de sangre.La pericia efectuada por la Policía Científica fue clave para orientar la investigación, en forma decisiva, hacia esta organización dedicada aparentemente a los delitos de frontera.Ayer trascendió otra línea de investigación que podría inclinar la balanza definitivamente hacia el ex hombre de PNA. Allegados a la familia Knack habrían manifestado que una persona de similares características al detenido y principal sospechoso, en virtud de sus huellas dactilares, habría concurrido al aserradero de la familia Knack con una propuesta comercial casi descabellada. “Fantástica”, fue el término utilizado por una fuente de la investigación.Este dato, de confirmarse la sospecha del testigo, podría hacer que la jueza que lleva adelante la pesquisa, Alba Kunzmann de Gauchat, ordene la realización de una rueda de reconocimiento para que aquel pueda confirmar si se trató de la misma persona o no. Los peritos en Criminalística siguen trabajando en busca de más pruebas. La gran esperanza estaría en un pasamontañas que uno de los asesinos dejó en la escena de la masacre. Los expertos buscan con agudeza telescópica una muestra de ADN que pueda llevarlos, con certeza, a la identidad de al menos uno de los criminales.Además de las municiones y otros elementos bélicos, los sabuesos secuestraron importante documentación ayer en el domicilio de los implicados.Esos papeles son de vital importancia porque acreditarían la extrecha relación, humana y comercial, entre el mecánico, el ex miembro de PNA y el último sospechoso aprehendido, conocido en San Javier como “El Negro”.Los investigadores indicaron ayer que el prefecturiano habría sido dado de baja de la fuerza de seguridad nacional por las sospechas que pesaban sobre él respecto de su presunta vinculación con el mundo del crimen.Marcial no sólo sería el líder del grupo, sino también quien manejaba el dinero que ingresaba por actividades ilícitas.En este sentido, no sería descabellado pensar que se fugó con los 460 mil dólares que la familia Knack había cobrado en la localidad correntina de Cuatro Bocas por la venta de un lote de madera.Además del arsenal y otros elementos de dudosa procedencia, la Policía habría encontrado en el taller del ciudadano paraguayo, conocido en la zona como Marcial, un motor fuera de borda de una embarcación.Todos los procedimientos fueron ordenados por la jueza de Instrucción 1 de Oberá, a cargo de Kunzmann de Gauchat, vía exhorto a su par de Leandro N. Alem, Selva Raquel Zuetta.El hallazgo de las huellas del ex PNA no sólo lo situó en el escenario del hecho, como partícipe directo de la masacre, sino que encarriló la investigación hacia un triple homicidio en ocasión de robo, sin dudas perpetrado con ensañamiento y alevosía.Más allá de los detalles del caso, lo importante es el excelente trabajo policial y judicial que se realiza en una causa que la sociedad necesitaba que fuera esclarecida, por el bien de todos. Made in ArgentinaFuentes vinculadas a la investigación de la masacre de Panambí, que también participaron en los allanamientos en San Javier, señalaron que entre el arsenal secuestrado a la gavilla se encontró material bélico que llevaría el registro de Fabricaciones Argentinas.Tras el resultado de las huellas dactilares que comprometió al extremo la situación procesal del ex miembro de Prefectura Naval Argentina (PNA), la Policía regresó ayer a San Javier y realizó una serie de allanamientos que desembocó en la detención de otro sospechoso y la incautación de municiones, detonadores de explosivos y silenciadores.Los proyectiles son de nueve milímetros y fusiles FAL. El nexo con un crimen mafioso Un llamado telefónico anónimo marcó la caída de la gavilla criminal liderada por un mecánico chapista, quien se encuentra prófugo, y el ex integrante de Prefectura Naval Argentina (PNA).Ahora los investigadores aseguran que se trata de una gavilla de extrema peligrosidad, con supuestas vinculaciones con el mundo del narcotráfico, el contrabando de cigarrillos y la venta de armas, municiones y otros elementos bélicos a grupos criminales de Brasil.Fuentes de la pesquisa indicaron que se trata de un grupo temible, extremadamente violento, relacionado en su momento con aprietes en la zona centro de la provincia, en jurisdicciones como Oberá.En paralelo, como lo adelantara PRIMERA EDICIÓN, el juez de Instrucción 3 de Posadas, Fernando Luis Verón, pedirá el peritaje de las pistolas decomisadas a la banda para determinar si con alguna de ellas mataron a un hombre a la vera de la ruta provincial 5. La víctima recibió cinco balazos en el pecho y sigue como NN.





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