BUENOS AIRES (NA). Unos 60 operarios de la fábrica de autopartes que la empresa de capitales españoles Gestamp tiene en la localidad bonaerense de Escobar fueron despedidos debido a la fuerte caída de la producción por el freno en la demanda de las automotrices. Así lo denunciaron los cesanteados en un comunicado de prensa dado a conocer por el Encuentro Sindical Combativo de la zona norte del Gran Buenos Aires, que rechazó y denunció la problemática. Según aseguran los trabajadores, la firma comenzó con un cronograma de suspensiones en la planta ubicada en el kilómetro 48 de la colectora este y calle Victoria, en Escobar, y luego definió los despidos.El conflicto arrancó el pasado 7 de abril cuando la empresa suspendió a 70 trabajadores por todo el mes, argumentando la baja de producción por la menor demanda de parte de las terminales, especialmente Volkswagen.Representantes de Gestamp se habían reunido el 8 de abril con la ministra de Industria, Débora Giorgi, y un plan para producir piezas estampadas en la planta de Escobar para las automotrices General Motors, PSA (Peugeot-Citroën), Mercedes Benz y Fiat, por lo que las suspensiones y los despidos sorprendieron a todos. “Rechazamos los más de sesenta despidos en la autopartista Gestamp de la localidad de Escobar y apoyamos activamente la lucha de los despedidos por la defensa de sus puestos de trabajo”, dijo el Encuentro Sindical.Los trabajadores cesanteados y sus colegas que aún continúan en la plantilla de la firma se manifestaron ayer sobre la Autopista Panamericana y hoy a las 12 marcharán por el centro de Escobar, se anunció.La compañía de origen español se instaló en la Argentina a finales de los años 90 y se dedica a producir carrocerías, chasis, mecanismos y piezas estampadas de todo tipo, además de soldaduras y otras ramas de la tecnología.Actualmente, Gestamp está presente en más de veinte países, cuenta con cerca de un centenar de plantas industriales. Negocian con Brasil El Gobierno busca cerrar un acuerdo “razonable y sustentable” con Brasil para revertir la caída de exportaciones de automóviles y sostener el empleo ante las suspensiones registradas en algunas terminales automotrices.Así lo confirmó el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien confirmó ayer que entre “hoy y mañana” habrá un encuentro interministerial para “analizar el comportamiento laboral” del sector. Al respecto, el jefe de ministros anticipó el encuentro que habrá “para hacer un análisis de esta situación real en el sector automotriz, tras explicitar que “no es lo mismo la suspensión que el despido”, mencionando que “a veces se usan herramientas como retiros voluntarios”.De inmediato subrayó: “La verdad que estamos evaluando con las distintas carteras la meta de sostenibilidad del empleo”.El jefe de ministros dijo que “el Gobierno trabaja en forma activa tanto en el acuerdo internacional con Brasil como con otras países, el sindicato de trabajadores y la industria automotriz para sostener el empleo”.Indicó que “apuntamos a un acuerdo que sea razonable y sustentable, permitiendo lograr en el segundo semestre del año un resultado positivo de incremento de producción”. Caló, “preocupado”El titular de la CGT oficialista, Antonio Caló, admitió estar “preocupado” por las doce mil suspensiones de operarios de la industria automotriz y explicó que está trabajando para que no haya despidos. “Estamos preocupados por los despidos, por ahora estamos tratando de que no los haya, sino que se vaya a suspensiones por dos meses y los compañeros cobren el 70% de sus salarios. Hasta junio tenemos los puestos de trabajo asegurados”, aclaró el dirigente gremial.Caló sostuvo que la situación de crisis que comenzó a vivir el empleo en las automotrices está dado porque Brasil y los propios argentinos bajaron su demanda de coches cero kilómetro, lo que golpea a la producción. No obstante, consideró que las reuniones entre los gobiernos de la Argentina y de Brasil para alcanzar un acuerdo comercial bilateral “van por buen camino”. “Sí, sí, sí, hay doce mil afectados”, confirmó el sindicalista al ser consultado sobre las suspensiones impulsadas por las empresas que fabrican autos en las provincias de Córdoba y de Buenos Aires. Caló se encuentra en una situación incómoda por su cercanía a la Casa Rosada y el alineamiento con el oficialismo.Es que desde el Gobierno le reclaman frenar los reclamos sindicales mientras que por el otro las bases gremiales empezaron a inquietarse por los posibles efectos de la crisis.





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