POSADAS. El hospital Madariaga es, desde 2010, el único centro de salud de la región con cuidados paliativos, un servicio dedicado a ofrecer una muerte digna. Al ser consultado sobre qué significa “muerte digna”, el jefe del equipo de Cuidados Paliativos del Madariaga, Walter Cattáneo, explicó “es morir sin sufrimiento, en compañía. Morir sin estar deformado, víctima del encarnizamiento médico. Morir en nuestras casas, dentro de lo posible, junto a nuestros seres queridos”. Según indicó, a través de este servicio se brinda atención y asistencia a pacientes y familiares que tienen enfermedades que limitan o que son realmente graves que ponen en riesgo la vida. “Se busca prevenir lo más tempranamente posible las causas de sufrimiento físicas, psicológicas, sociales, espirituales y éticas, que son las cinco dimensiones sobre las que trabajamos, brindando ese apoyo en condiciones que son realmente muy severas. Por un lado se trata de una actividad asistencial y por otro, teniendo en cuenta que el hospital es escuela, implica una responsabilidad en la formación y capacitación educacional, con lo cual evidentemente las actividades tienen que ver con la formación del recurso humano profesional del nosocomio”, señaló Cattáneo. Los cuidados paliativos requieren la intervención profesional desde distintas disciplinas, porque básicamente tienen que actuar o intervenir sobre todas las necesidades que existan sobre ese paciente y su familia. Una de las integrantes del equipo de cuidados paliativos es la licenciada en enfermería y religiosa, Olga Rogerio, quien comenzó se sumó en 2012, “es una experiencia nueva dentro de lo que es la atención de enfermería, esto es algo que en la facultad no se estudia, ni se habla del tema de los cuidados paliativos”. Esta religiosa se capacitó durante un año en Buenos Aires en el manejo del paciente en los cuidados paliativos desde la enfermería. “Es una tarea muy amplia porque no sólo abarcamos al paciente sino todo lo que es el acompañamiento y la educación de la familia en el cuidado del enfermo”. Por su parte, las psicólogas Nadia Rodríguez, Paula Balmaceda y Amalia Nuñez, que también forman parte del equipo, son claves en el acompañamiento al paciente y su familia durante la enfermedad y el fin de la vida.





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