POSADAS. “Absolutamente, es posible vivir sin estrés”, fueron las primeras palabras que Beatriz Goyoaga, directora de América y España de “El arte de vivir”, expresó en conferencia de prensa ayer por la tarde, al llegar a la tierra colorada con un gran bagaje de conocimientos y un mensaje lleno de paz, que el cuerpo y el alma agradecerán.“He vivido en las dos sillitas, en la silla del estrés, cuando dirigía la agencia de prensa Internacional Press Service, con catorce corresponsalías y una serie de periódicos para los que se cubría política y economía, también el estrés de las corresponsalías de guerra, era una época en la que tenía mucho éxito y estaba como en la película de Almodóvar, ‘Mujeres al borde de la crisis’, y encontré el curso de ‘El arte de vivir’ de casualidad. Mi esposo me llevó ‘de tiro’ a una conferencia, cuando él cursaba su cuarta carrera y yo iba para acompañarlo, no me interesaba nada, para mí el que meditaba era quien se fumaba un porrito bajo el sauce o para el que no tiene nada que hacer, y yo tenía mucho para hacer”, agregó Goyoaga.Sin embargo, añadió que atravesar esa experiencia significó un quiebre y al salir del salón de conferencias encontró a un grupo de colaboradores que ofrecían el curso de manejo de estrés, al que llegó junto a su marido, más allá de “ser ella la estresada, según él”.“El primer día me quería ir, había imaginado algo muy profesional y me encontré con un montón de gente sin zapatos, que se sentaba en el suelo, pero ya habíamos pagado, entonces nos quedamos y realmente me cambió la vida”, mencionó.Destacó que el cambio fue progresivo, “pero en poco tiempo empecé a sentir que no tenía más insomnio, que ya no tenía problemas respiratorios, que tenía más paciencia, más sonrisa, más serenidad”.“Me cambió la vida en su totalidad, la forma de verla, la paciencia, tengo la misma vida que tiene todo el mundo, con problemas de todo tipo, pero ahora tengo un equilibrio que me permite pasar por todas esas crisis de una forma totalmente distinta. La paciencia es una de las grandes habilidades que adquirí, antes por cualquier cosa que me contrariaba, reaccionaba”, subrayó la directora de la Fundación.Para todos“Todos pueden sumarse, por ejemplo, la semana pasada, el ministro de Interior, Florencio Randazzo, con todo su gabinete, tuvo una entrevista conmigo. Se suman rectores de universidades, de hospitales, millones de personas de alrededor del mundo, pues a cada uno le toca la tecla que le tiene que tocar; algunos tienen estrés, otros tienen problemas de pareja, otros quieren un mejor clima de trabajo, cada uno va por un canal diferente”, argumentó Goyoaga.Asimismo, la fundación no tiene ninguna filiación política ni religiosa: “Soy católica, no soy una ‘católica re guau guau’, pero no me voy a convertir a nada porque mejor malo conocido que bueno por conocer, esta técnica sirve para quien necesite tener un equilibrio”, explicó.Aclaró que la meditación y la respiración son complementarias, pero son diferentes: “Es como los chocolates y los churros, no es lo mismo un chocolate con churros que un chocolate sin churros, es más rico un chocolate con churros, entonces son complementarios, así es que la respiración hace un barrido mental de todo eso que te asfixia y la meditación te permite ver, profundizar”, razonó la capacitadora.Y sumó que “veinte minutos de respiración profunda equivalen a seis horas de sueño. No todos alcanzan esos veinte minutos, pero con treinta segundos, un minuto, dos, ya han regenerado el sistema nervioso y el sistema inmunológico”, recomendó.





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