POSADAS. Mediante el Decreto 146 firmado el 10 de marzo pasado, el Gobierno provincial aceptó la renuncia del Ministro del Superior Tribunal de Justicia Humberto Schiavoni (padre), una de las pocas voces disidentes a la mayoría automática que la renovación tiene en la máxima instancia judicial de la provincia.La dimisión, publicada recién ayer en el Boletín Oficial, establece que estará condicionada a la aceptación de la jubilación del magistrado por parte del Instituto de Previsión Social.Ahora, de los más antiguos integrantes del STJ (con cerca de dos décadas en el poder judicial), quedan los ministros Manuel Augusto Márquez Palacios y Jorge Rojas. La jubilación y consecuente renuncia del octogenario Schiavoni, abrió en el oficialismo renovador un frente interno por ver si el rovirismo o el clossismo se hacen del sillón vacante en el máximo tribunal judicial.Consecuentemente, se inició la danza de nombres para suceder a Schiavoni, anotados por sus propios sectores (Rosadita y Parque Paraguayo); y un caso resaltado desde el mismo poder judicial como “necesario” por la falta de especialistas en derecho penal dentro de la conducción del poder judicial.Entre los nombres en danza, están los abogados Miguel Iturrieta y Cecilia Britto; la jueza Civil y Comercial Rosanna Venchiarutti (actual presidente de la Asociación de Magistrados); y la fiscal del Tribunal Oral 1, Liliana Mabel Picazzo.





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