COMANDANTE ANDRESITO. “Aquí no termina el país, aquí comienza la patria”, esta frase repetida en miles de actos políticos y en infinitos carteles pierde, contrastándose con la realidad de los pueblos de frontera misioneros, su sentido, y más que una declaración de principios o intenciones parece una burla cruel hacia el abandono en que se encuentran estos pequeños poblados. Puerto Andresito es uno de ellos, donde el abandono se hace palpable, familias viviendo en la pobreza, muchos aún indocumentados, condiciones paupérrimas, sin servicios y por ejemplo a pesar de disponer en la zona de dos pozos perforados ni siquiera pueden disponer de agua potable o por lo menos apta para consumo.“No pueden negarnos el agua por no tener la plata”Lidia Vera vive desde hace años en la zona conocida como Puerto Andresito, es madre de familia, víctima y testigo de lo que está sucediendo: “durante mucho tiempo sacamos agua del pozo, agua sucia que nos provocaba malestares y diarreas, pero no teníamos otra opción, mi hija inclusive enfermó y tuvo reacciones alérgicas y le salieron heridas en la piel en todo el cuerpo por culpa del agua contaminada, todavía muchas veces agarramos fiebre”.“Las perforaciones están, los tanques también, desde el año pasado también está hecha la red troncal, pero nos dicen que si no pagamos 500 o 700 pesos de contado no nos van a conectar, y nosotros no tenemos esa plata para pagar toda junta, si nos dejaran pagar 50 pesos por mes sí, pero así no podemos, mi marido y yo trabajamos pero sólo nos da para comer, no tenemos esa plata, tengo cuatro chicos que van a la escuela y eso sostenemos con nuestro trabajo, no nos sobra nada”, se lamentó Lidia, “no pueden negarnos el agua por no tener esa plata, es injusto”, concluyó.Sin agua no se puede vivirLas nefastas consecuencias se repiten de familia en familia, madres haciendo grandes distancias con tachos para buscar un agua que muchas veces es causal de enfermedades de distinta gravedad, una red troncal cercana y la negación institucional de acceder a ella por una cuestión meramente económica.María Duarte tiene dos hijos, uno de ellos aún lactante, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN expresó: “Vengo desde el otro lado del yerbal hasta el pozo a buscar esa agua sucia porque no dispongo de otra, lo hice durante todo el embarazo y lo sigo haciendo ahora con mi bebé a cuestas; el doctor Mendoza (secretario de Gobierno de Andresito y funcionario de Salud Pública) prometió infinitas veces venir a dar una solución, pero nunca viene y nunca solucionan, mi bebé muchas veces tuvo fiebre, al igual que yo, y yo creo que es por el agua. No disponemos de la plata que nos piden para pagar en efectivo, por mes y en cuotas pagaríamos porque el agua es necesaria para todo, para la comida, para higienizarse, así sin agua no se puede vivir”.“No les interesa nuestra vida”Erci Tais, otro vecino del barrio, agregó: “estamos usando esa agua sucia para todos nuestros menesteres, sabemos que es peligroso, pero no tenemos otra opción, nos niegan el agua pues para pagar la cifra que nos piden tendríamos que dejar de comer” y agregó, “si ves los tanques te das cuenta que están rebosando agua, nosotros sin poder acceder a ella y los tanques rebosando, es increíble, parece que no les interesa nuestra salud y nuestra vida a los gobernantes”.“Como todos, necesito, necesitamos esa agua”, afirmó Delia Demenes, “somos setenta familias que desde hace dos años esperamos el agua, falta sólo poner las mangueras hasta cada casa, pero hasta ahora pura conversa, y nosotros sufriendo enfermedades, parece que no tienen voluntad, o especulan, no sé”.Tres muertes durante el 2013La insensibilidad de los funcionarios no tiene límites, ni siquiera las tragedias recientes, cercanas, como fue la muerte de tres niños de la comunidad guaraní Kaaguy- Porá a fines del 2013 (vecinos del barrio Puerto Andresito) por ingesta de agua no apta para consumo los mueve a la acción, tampoco la inteligencia en la utilización de los recursos públicos o la economía de los mismos hace mella en sus decisiones; una alta fuente del Ministerio de Salud provincial consultada por este matutino por esta cuestión tildó de inoperantes a los funcionarios en cuya órbita se encuentra la decisión de conectar la red de agua a los vecinos, destacando por un lado el factor humanitario que deberían asumir, y planteando que las mínimas consecuencias que pueden aparecer serían por ejemplo una epidemia de gastroenteritis, algo mucho más grave, complicado y oneroso que realizar las conexiones necesarias.




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