SIMFERÓPOL, Crimea (Agencias-Medios Digitales). Unas 15 mil personas se concentraron ayer en la plaza Lenin de la capital crimea, Simferópol, para celebrar el resultado del referéndum de autodeterminación de Crimea, en el que, según sondeos a pie de urna, el 93% de los votantes apoyó la adhesión a la Federación Rusa. Crimea solicitará hoy su incorporación oficial a la Federación Rusa, según el primer ministro de la república autónoma ucrania, Serguéi Axiónov.Los participantes en la concentración ondearon banderas rusas y crimeas -que comparten los mismos colores- mientras asistían a un concierto a la espera de que se anuncien los primeros resultados oficiales. Mientras, el presidente de la Comisión Electoral crimea, Mijail Malishev, destacó que no hay ninguna irregularidad que haya influido de manera determinante en el resultado del referéndum. “No se han presentado denuncias en los centros de votación. En estos momentos, los colegios han comenzado ya el recuento. Esperaremos a los resultados”, ha señalado Malishev.Kiev acusa a Moscú de tener ya 22 mil soldados en Crimea y de estar minando una base al este de la penínsulaLa participación en la ciudad de Sebastopol, que tiene su propia circunscripción, fue del 85%, según el presidente de la Comisión Electoral de Sebastopol, Valeri Medvedev, tras el cierre de los colegios, a las 20 (hora local).Un total de 1.534.815 personas estaban convocadas al referéndum, según el censo que manejan las autoridades crimeas. Los participantes podían elegir entre apoyar la anexión a Rusia y apoyar la restauración de la Constitución ucraniana de 1992, por la que la región de Crimea gozaba de un estatus de autonomía dentro de Ucrania.Los representantes de la comunidad ucraniana acusaron a las autoridades separatistas de fraude y la minoría tártara boicoteó la consulta.“Crimea vuelve a casa” es una de las consignas que sirvió para popularizar el referéndum, presuponiendo que Rusia es el hogar por excelencia de esta península (de dos millones de habitantes) por donde, antes que ellos, pasaron los griegos, los bizantinos, los godos, los genoveses, los venecianos y los tártaros, entre otros. Las tres principales comunidades culturales actuales son los rusos, los ucranios y los tártaros (los más firmes en condenar el referéndum por ilegal).En la comunidad ucrania local prevalecen el miedo o la resignación. En las unidades militares ucranias reinaba un clima de desmoralización y de reproches hacia los líderes del país en Kiev. “Entiendo que Crimea pertenece históricamente Rusia, pero yo he prestado juramento y no puedo saltármelo o jurar lealtad a otros si mis superiores no me eximen del compromiso asumido”, llegó a decir un oficial con mando en una guarnición asediada. Sus palabras evidencian como mínimo la debilidad del vínculo que une al oficial con esta tierra. Durante la escalada de tensión que ha precedido al referéndum esta corresponsal ha podido oír otras declaraciones semejantes a uniformados ucranios que en ocasiones se refieren a los rusos que los rodean como “nuestros hermanos eslavos”.En la moral de combate de los ucranios hay matices. Así, por ejemplo, marineros de Sebastopol pidieron escudos y chalecos antibala para la lucha “cuerpo a cuerpo” que anticipan. Expectativa por lo que decidirá Putin Europa aguarda con inquietud el momento en que la llamada República de Crimea se declare independiente de Ucrania. Nadie en Bruselas dudaba de que ese sería el resultado del referéndum del domingo; la única incógnita consistía en aventurar cómo reaccionará el presidente ruso, Vladímir Putin, tras esa consulta, que toda la comunidad internacional considera ilegal, ilegítima y amenazante para la estabilidad mundial. Los Veintiocho saben que el mandatario es imprevisible y temen que reaccione de manera más agresiva para garantizar el nuevo estatus de Crimea.La Unión Europea recela de los corrimientos de fronteras. En primer lugar, porque son pocos los que se producen sin derramamiento de sangre. Pero incluso si fuera así en este caso, la movilización de militares rusos como forma de propiciar una secesión resulta inaceptable para los socios comunitarios. La UE nunca podría legitimar una invasión de Moscú en un territorio enclavado en otro país europeo, por muy pro ruso que pueda declararse. La Comisión, el Consejo y el Parlamento Europeo; la OTAN, la OSCE (organización que vela por la seguridad en el continente) y los países miembros han advertido que no reconocerán el resultado de un referéndum ajeno a la legalidad ucrania.La semejanza de este caso con otros del espacio postsoviético resulta inquietante y alimenta los temores de la UE. Varios expertos comunitarios recuerdan los precedentes de Abjazia del Sur y Osetia, dos regiones de Georgia que disfrutaban de un alto grado de autonomía desde los noventa y que acabaron declarándose independientes en 2008. Para ello tuvo que producirse una breve guerra entre Georgia y Rusia, que acudió a defender los intereses de dos territorios pro-rusos y los reconoció como independientes.Curiosamente, las autoridades pro-rusas de Crimea no aluden a estos casos para legitimar el suyo, sino a uno mucho más sensible para Europa: la escisión de Kosovo, una provincia serbia hasta 2008 y reconocida como Estado independiente por casi toda la Unión Europea (aunque no por Rusia). La canciller alemana, Angela Merkel, ha negado categóricamente cualquier similitud, pues esa secesión se produjo “después de que la comunidad internacional observara impotente operaciones de limpieza étnica”, algo que no ha ocurrido en Crimea.Entretanto, el derecho de veto de Rusia como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU frustró un borrador de resolución presentado por Estados Unidos para defender la integridad territorial de Ucrania y condenar por ilegítimo el referéndum crimeo. Tras la votación, en la que China se abstuvo, la embajadora estadounidense, Samantha Power, afirmó que la entrada rusa en el sur de Ucrania, de confirmarse, sería “una escalada escandalosa” de la crisis.Washington libra con Moscú una pelea con una mano atada a la espalda, si no las dos. No hay nada que se pueda hacer para salvar a Crimea de la anexión. Esa es la opinión mayoritaria entre los expertos. “No creo que Crimea pueda escaparse de las manos de Rusia”, declaró contundente el fin de semana pasado el ex secretario de Defensa Robert Gates. “Crimea está ya perdida”, puntualizó.Hasta la fecha, la Administración de Obama ha confiado en una solución diplomática a la crisis y lo más lejos que ha ido es amenazar a Rus
ia con el aislamiento que sufrirá tanto política como económicamente.Washington no reconocerá el resultado del referéndum porque es “contrario a la Constitución” de Crimea y a la ley internacional, como declaró el jefe de la diplomacia, John Kerry. Este admitió que Rusia tiene “derecho a perseguir sus legítimos intereses en Ucrania. Intereses históricos, culturales, geoestratégicos, pero eso exige que Rusia respete la estructura multilateral que nos gobierna desde la II Guerra Mundial”. “Queremos ser rusos”El Parlamento de Crimea pedirá hoy, en una sesión extraordinaria, al presidente de Rusia, Vladímir Putin, la incorporación de esta autonomía a la Federación Rusa, dijo el primer ministro crimeo, Serguéi Axiónov. “Haremos todo lo más rápidamente posible, aunque cumpliendo todos los requisitos legales”, dijo a la agencia rusa Interfax.De acuerdo con el viceprimer ministro del Gobierno pro-ruso crimeo, Rustam Temirgálev, los habitantes de la península podrán recibir el pasaporte ruso, el permiso de conducir y otros documentos por el “procedimiento de urgencia”.Con todo, será el Parlamento el que deba hoy refrendar los resultados de la consulta popular durante una sesión extraordinaria.A partir de ese momento, la república autoproclamada independiente se dirigirá al presidente ruso, Vladímir Putin, para que acepte a Crimea en el seno de la Federación Rusa.El sábado, Crimea decidió seguir adelante con el referéndum pese a que la Rada Suprema de Ucrania disolvió el Parlamento separatista que convocó la consulta y aprobó esta semana una Declaración de Independencia.





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