BUENOS AIRES (NA). El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, celebró ayer el fallo que determinó la falta de pruebas para enviarlo a juicio oral por la causa sobre escuchas ilegales, mientras que el abogado del excomisario Jorge “Fino” Palacios lamentó que el juez Sebastián Casanello no haya utilizado el mismo “rigor” en el caso de su cliente.“Empezó a hacerse justicia”, sostuvo Macri, un día después de que Casanello anulara la decisión de enviar al mandatario porteño a juicio oral y público ante la acusación de ser la cabeza de una presunta asociación ilícita para realizar espionaje ilegal sobre dirigentes políticos.El jefe de Gobierno sostuvo que “fue todo mentira desde el principio” porque “las escuchas eran hechas con orden de jueces de Misiones por espías de la SIDE”, en alusión a Ciro James, uno de los imputados en la causa junto al exjefe de la Policía Metropolitana, Palacios.“Siempre dije que el móvil fue totalmente político en esta causa”, señaló el líder del PRO, quien remarcó así el argumento de que la investigación en su contra formaba parte de una “operación política”, al tiempo que reiteró sus críticas al juez federal Norberto Oyarbide, que entendía en la causa. Tras considerar que había falta de pruebas contra Macri, el juez Casanello envió a juicio oral y público a otras 11 personas, entre ellos Palacios; el espía Ciro James y el exministro de Educación porteño Mariano Narodowski.Al respecto, el abogado Diego Richards, defensor de Palacios, consideró este sábado que la Justicia “tendría que haber aplicado” la falta de pruebas con su cliente como hizo con el jefe de Gobierno.“Me alegro por Macri, pero tendría que haber aplicado lo mismo con mi cliente”, sostuvo Richards, en referencia al fallo del juez Casanello, que anuló la decisión de enviar a juicio oral al líder de PRO por falta de pruebas. El abogado del excomisario aseguró que “hay irregularidades que pueden anular la causa” y señaló que “el vinculo de Palacios con (el espía imputado) Ciro James se concreta en 2009 y estas escuchas son anteriores a 2009”.“Me sigue sorprendiendo. Esta causa tiene como cuatro años. Es difícil que Palacios explique algo que no hizo. La sensación de mi cliente es de indignación”, concluyó Richards.Según señaló Casanello en su fallo, el cierre de la instrucción dispuesto por Oyarbide (el juez anterior de la causa) fue “prematuro” porque no hay una “prueba concreta” de que el jefe de Gobierno porteño haya ordenado espiar a su cuñado, Néstor Leonardo, ni al dirigente opositor Sergio Burstein.Tampoco está demostrado en la causa -afirmó el juez- que Macri haya montado una “asociación ilícita” destinada al espionaje clandestino.Al respecto, Casanello consideró que el reproche a Macri “se agota en una suerte de responsabilidad por organigrama”, es decir que se lo acusa sólo por ser la cabeza del gobierno porteño, y que, más allá de la “responsabilidad política” que pueda caberle, no hay pruebas suficientes para atribuirle la responsabilidad penal de haber formado una banda destinada a cometer delitos.





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