CAMPIÑAS, Bernardo de Irigoyen. El cielorraso desmoronado sobre el aula, escritorios y sillas rotas por pedazos de cemento. También quedó destrozada la parte eléctrica. Esa es la imagen con la que se encontraron las docentes de la Escuela 210 el día en que iniciaron el ciclo lectivo 2014, el 24 de febrero. “Si esto hubiera pasado en el momento de clases con los niños en el salón, sin duda hubiera sido una catástrofe”, comentó uno de los docentes a PRIMERA EDICIÓN. Aunque ya sin escombros sobre sus pupitres (pero sin luz y sin mampostería) los alumnos y docentes de esta institución educativa debieron comenzar las clases esta semana sin que nadie del gobierno provincial o municipal se comprometa a refaccionar el edificio escolar. “Todavía no han hecho nada”, protestó Inés Silveira, “quisiera saber si el techo se hubiera caído en clases qué iban a decir, cómo iban a explicar lo que pasó”, y para finalizar “lo que pasa es que no les interesan las escuelas del interior, este gobierno gobierna para Posadas y para Canal 12, nosotros, los del interior parece que no existimos”, lamentó. Directivos, docentes y padres piden -desde hace algunos años y ahora lo reiteran con desesperación- que se realice una inspección técnica para determinar fehacientemente las condiciones del edificio escolar, pues aparentemente, hay otros salones que podrían correr el mismo riesgo y toda la comunidad teme por ello.Un poco de historiaLa Escuela 210 de Campiñas está ubicada a ocho kilómetros del casco urbano de Bernardo de Irigoyen y cuenta con una matrícula de 170 alumnos distribuidos en los niveles inicial, primaria y 1°, 2° y 3° año de secundaria, teniendo planificado iniciar este año con 4° año del secundario. Como muchas escuelas del interior, carece de suficientes salones para albergar a los 170 alumnos en sus respectivos grados. El año pasado, luego de muchos años de espera y de pedidos, se refaccionaron los sanitarios que hasta ese momento no contaban con inodoros. En 2012, con el Plan Conciencia, fue construido un baño para los docentes.La escuela fue inaugurada en 1980 con una estructura inadecuada para una institución educativa. Desde entonces, se hicieron ampliaciones y refacciones con ayuda de la comunidad pero insuficientes para atender al crecimiento que tuvo la escuela al incorporar el secundario, sin más medios otorgados que la asignación de horas para docentes del nuevo ciclo.Según los docentes consultados, este año tendrán que juntar a todo el secundario en un solo salón, ya que una de las aulas que se venía utilizando ya no estaría en condiciones seguras de uso. Comunidad empobrecidaAntes, según recordaron los docentes de la 210, la comisión cooperadora organizaba eventos sociales para recaudar fondos para la escuela. Pero hace unos años, se prohibió por resolución este tipo de eventos, así como también la venta de bebidas alcohólicas. “Antes cada vez que había una necesidad en la escuela hacíamos un baile, o una fiesta campestre y mediante donaciones y la colaboración de la comunidad podíamos recaudar fondos, pero ahora no tenemos manera de juntar los fondos necesarios” explicó Airton Hausen, padre de un alumno secundario de la Escuela 210, “no podemos juntar y el gobierno tampoco pone, así que la escuela se cae a pedazos”.





Discussion about this post