POSADAS. A casi un mes de cumplirse cuatro años de la adjudicación del proyecto de asfaltado de la ex ruta 213, Alicia Moreau de Justo, un grupo de vecinos de los distintos barrios, que están ubicado en el trayecto que va desde Quaranta hasta la avenida Cabo de Hornos, exhibieron su preocupación por el lento avance de las obras que en distintos sectores incluso se paralizaron. Al no completarse los trabajos, existen lugares críticos de difícil acceso para los peatones y también de los automovilistas, que terminan generando inseguridad.El 27 de abril de 2010, el presidente de la Dirección Provincial de Vialidad (DPV), Julio César Duarte, procedió a la apertura de la licitación del proyecto de la ex ruta 213, a la cual se presentaron dos oferentes. La primera fue ECIM SRL que ofreció ejecutar la obra por un monto de 15.598.835,23 millones de pesos y la segunda oferente fue MACEVA SA, con una propuesta de 16.008.516,90 millones de pesos. El plazo de ejecución establecido eran doce meses y el inicio de la misma 60 días.Las obras se concretan mediante proyectos que incluyen estudios preliminares atendiendo a varios factores indispensables para que resulten viables y beneficiosos en el corto y mediano plazo (lo ideal sería también a largo plazo). Caso contrario pueden resultar simplemente un “parche” sino se concretan, por ejemplo, en tiempo y forma a cómo fueron pensadas. Lamentablemente la ex ruta 213, a esta altura se asemeja más a lo último, porque no alcanza simplemente con el asfaltado que se hizo, que soluciona la transitabilidad y conexión con los nuevos barrios inaugurados en San Isidro, Itaembé y la zona del autódromo, porque todas las obras complementarias están muy demoradas, lo que a su vez pone en riesgo a los propios automovilistas, a quienes viven en los barrios cercanos y a los peatones. Se hizo, no se hizo…Los vecinos de los barrios Mini City, San Lucas, Los Álamos, Hermoso, Jardín y Valle Hermoso, entre otros, coinciden en que “el asfalto de la 213 es un avance tremendo comparado con lo finito que era antes y no daba más abasto”, pero también resaltan que “es una pena que no se termine porque nos está trayendo muchos problemas porque se sobrecarga de vehículos durante gran parte del día y faltan muchas cosas que no se hicieron, como las colectoras, paradas de colectivos, bicisenda y sendas peatonales”.En una recorrida por el trayecto de 2.800 metros extensión, se puede observar el descuido del cantero central, que comienza muy estrecho en Quaranta, con “cordones” rotos en algunos lugares y que va variando notoriamente hasta llegar a Cabo de Hornos con un ancho similar al de la calzada asfáltica.Sobre la mano que va de norte a sur se construyó la colectora, de empedrado, que según los conductores de las líneas de colectivos que cumplen con su recorrido por esa zona “será difícil transitar por ahí, porque son muy estrechos y no aguantarán”. Esa colectora sí está bastante avanzada, pero se corta a la altura del barrio San Lucas, es decir a unas seis cuadras antes de llegar a al final del proyecto. No ocurre lo mismo en sentido inverso, donde solamente el supermercado mayorista ubicado Cabo de Hornos y ex 213 tiene su salida sobre la colectora empedrada por unos metros y que tampoco es utilizada, en el resto, hasta Quaranta, prácticamente no se concretó nada de la colectora.Para los vecinos es fundamental el tema de las paradas de colectivos, porque es un servicio muy utilizado por los habitantes de la zona y en esta etapa, que ya lleva casi cuatro años, no se avizora una solución como la que se había planteado originalmente. “Nos dijeron que habrían dársenas especiales para las paradas de colectivos, pero parece que no las harán porque seguimos tomando el ‘cole’ sobre la ruta”, explica Juan Fernández, quien esperaba en el ingreso al barrio Mini City, justo antes de un semáforo, lo que en horarios picos complica el tránsito porque las unidades de transporte siguen parando sobre la cinta asfáltica.Para los peatones y ciclistas el panorama es más complejo, porque hay lugares en los que se realizó el movimiento de suelo y todo quedó ahí, con montículos de tierra, sumado al poco compromiso de algunos vecinos que aprovechan para tirar restos de escombros, chatarras y basura. De la bicisenda no hay nada concretado, para los peatones solamente en forma parcial.“Queremos saber cuánto más se demorará la obra porque así como va está quedando chica, porque es altísima la cantidad de autos que pasan por acá, porque se inauguraron nuevos barrios del Iprodha en estos cuatro años, se está por habilitar el acceso Arco-Garita, otros salen por Cabo de Hornos, es decir que cada vez resulta más complejo para el vecino trasponer la avenida de un lado al otro o para moverse”, indicó Josefa González, del barrio San Lucas.En el trayecto de 2.800 metros hay dos lugares críticos que permiten el giro a la izquierda sobre el mismo carril rápido, que parecieran soluciones improvisadas de acceso a los barrios. Esos puntos pueden ocasionar accidentes importantes porque para realizar esa maniobra hay que bajar a cero la velocidad y esperar el momento oportuno para pasar a la otra mano.Peligro, no hay luzEl tema de la inseguridad también forma parte del reclamo de los vecinos de los barrios situados a los costados de la ex ruta 213, porque al demorarse la conclusión de la obra no se puede concretar la iluminación. “Por la noche estamos en penumbras y en sectores a oscuras porque al hacerse la colectora del lado derecho (sentido norte-sur) sacaron todas las jirafas o postes que habían en el lugar y solamente quedaron las del otro lado de la avenida, por ahora, hasta que construyan las colectoras de ese lado. Entonces apenas oscurece y se vuelve una ‘boca de lobo’, muy peligroso, en especial para las mujeres que vuelven de trabajar, de estudiar o también para mandar a los chicos a la escuela a la mañana temprano”, apuntó Roberto Morínigo, vecino de barrio Jardín.Luego agregó que ya vivieron varios episodios que terminaron en asaltos, arrebatos de carteras y otros hechos lamentables. “El asfalto y ensanchado de la ex ruta 213 es algo que no tiene precio, era imposible seguir tardando tanto para hacer estos pocos metros que nos separan de la ruta 12 pero también es real que ahora ya no podemos seguir esperando que a paso de hormiga sigan construyendo todo lo que falta porque resulta peligroso, te encontrás con un auto que baja apresurado a intentar girar, o se meten en contramano, porque todavía no está completamente señalizado, sólo por partes”, aportó Morínigo.El tema de la semaforización es parcial por el momento, en los accesos claves están funcionando, hay algunos postes que fueron colocados pero que todavía aguardan por el “farol”, señal que piensan avanzar sobre
esa cuestión.“Esta arteria, según los propios vecinos se ha tornado en los últimos años en una traza insuficiente para el tránsito del sector y el espacio que posee. Se harán importantes modificaciones como ser boulevares, veredas y bicisendas, que harán un trazado mucho más seguro en lo que a seguridad vial se refiere”, había anunciado el titular de la DPV cuando se realizó la adjudicación licitatoria. Hoy el tiempo ha pasado, la obra ya superó todos los límites preestablecidos para su entrega y todavía falta ejecutarse un buen porcentaje. Esa traza que ya era insuficiente hace casi cuatro años ahora pareciera ir en el mismo sentido.





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