ARISTÓBULO DEL VALLE. La violencia, los enfrentamientos a golpes, el acoso escolar (bullying) son una realidad que se extiende a gran parte de las escuelas de Misiones y de la Argentina. Pero con este proyecto, los estudiantes de 5º año de la Normal 6 de esta localidad dejaron demostrado que la solución también se encuentra puertas adentro de la institución: en agosto pasado diseñaron un taller de cuatro horas destinado a los estudiantes de 7º grado de la escuela primaria y de 1º año de la secundaria, para invitarlos a reflexionar sobre estas problemáticas.Lo realizaron en los meses de septiembre y octubre pasado y tanto desde los estudiantes que participaron, como de sus docentes, la respuesta fue satisfactoria: “muchos nos preguntaron en las encuestas anónimas que les repartimos y también por Facebook, cuándo se iban a hacer otros talleres; y los profesores nos dijeron que el clima en el aula cambió bastante”, indicó a PRIMERA EDICIÓN Camila Casa Martín (17), una de las estudiantes que coordinó los talleres.Los encuentros fueron en contraturno y combinan videos y varios juegos grupales para enfocar la atención y poder hablar sobre el tema.Varios pasos adelanteEn los últimos años, y cada vez con mayor frecuencia, se conocen proyectos de todo tipo que apuntan a afrontar los episodios de violencia ente los jóvenes, que incluso han resultado en la muerte. Las soluciones “del mundo adulto” van desde una Ley de Códigos de Convivencia, aprobada por el Congreso nacional en septiembre pasado, una ordenanza en el municipio de Posadas que promueve una campaña preventiva, charlas, jornadas y talleres para docentes organizadas por el Ministerio de Educación de Misiones y el Consejo General de Educación. Pero en este caso, la iniciativa nace de una preocupación de los propios estudiantes secundarios. Los talleres se realizaron en contraturno con un curso por vez. “Orientamos los talleres a estudiantes de 7º grado y de 1er. año porque en esos cursos se dan los mayores casos de violencia. Los chicos por ahí están medio confundidos, les cuesta adaptarse a la secundaria”, indicó a este diario Noelia Giménez, coordinadora institucional de políticas educativas (Cipes) de la Normal 6.“Te lo digo yo, que también soy estudiante”Ya en los talleres, diseñaron una especie de sorteo para que los grupos de trabajo que se armaran no fueran “los grupos de amigos” sino “que se mezclaran un poco”. “No fue nada fácil”, aseguró. “Al principio del taller muchos chicos se resistían a hacer la actividad, no querían separarse de sus compañeros de grupo, y algunos incluso no nos atendían, se hacían bromas medio pesadas, se pegaban”, recordó otra de las coordinadoras. “Entonces nosotros les recordamos que nosotros éramos sus pares -señaló Casa Martín-, que no éramos los profesores, y que hace poco tiempo nosotros habíamos pasado por lo mismo que ellos están pasando”. Uno de los juegos aplicados era “La isla”, en el que, para salvarse, deben tomarse de las manos con los compañeros. “Al principio había muchos chicos que no querían trabajar con otros alumnos que no conocían, tenían muchos prejuicios, pero como la dinámica lo exigía, tuvieron que hacerlo. El juego termina con una ronda ente todos los participantes y ahí nos sentamos y hablamos, reflexionamos”, explicaron las alumnas.“Aprendimos mucho”Casa Martín señaló que el proyecto surgió en primer lugar como una campaña de prevención del bullying, que habían propuesto con miras al Congreso Estudiantil. “Hicimos una campaña informativa con la idea de participar del Congreso, pero perdimos por dos votos”, indicó. Intentando no “picharse”, lo hablaron con la profesora Karina Díaz -de Ciencias Jurídicas de la institución- quien los alentó a reformular la propuesta para así poder canalizar sus inquietudes y energías en relación a la temática. “Así, todo el curso, que somos 16 , nos desafiamos a ponernos de acuerdo, cosa que no fue fácil, y organizarnos, repartir tareas para realizar los talleres”, indicó. Así, un par de alumnas dirigieron los talleres, otros fueron coordinadores de grupo, otro editó un video de canal Encuentro -“Mejor hablar de ciertas cosas”, conducido por Gastón Pauls- que aborda el tema de la discriminación, otros se ocuparon de diseñar las encuestas, otros de equipar el aula del taller con grabador y cañón, otros eligieron la música, etcétera.Rompiendo estereotipos“Algo que es muy común escuchar en los adultos es que cuando iban a la escuela, también se agarraban a piñas, o discriminaban o le tomaban de punto a un compañero, pero eso no quiere decir que eso esté bien”, sentenció con seguridad Casa Martín. Los talleres proponen “desnaturalizar” estas conductas tan arraigadas y reflexionar sobre ellas. “El mismo planteo lo hacemos en relación a la violencia de género: no porque hasta hace algunos años se aceptara socialmente que el hombre golpeara a la mujer, quiere decir que eso esté bien. La violencia es una conducta aprendida, y se puede modificar”, explicó.Un planteo fuerte es el de revisar los estereotipos, esas identidades generalmente estéticas que por lo general son el fundamento de la discriminación (color de piel, tipo de ropa, barrio en que vive, etcétera).Un legado para la escuelaCada uno de los graduados de la Normal que hace pocos días vivieron su colación seguirá su rumbo. Camila estudiará Contador Público en la UNaM, pero gran parte de sus compañeros seguirá profesorados. El proyecto que idearon juntos quedará en la escuela y el año que viene los docentes acompañarán a “los de quinto” a replicarlo. “Seguramente le agregarán algunas nuevas actividades, pero la idea es que esta propuesta no se pierda y se siga aplicando”, dijo la joven. “Estamos viviendo una era de grandes transformaciones en la que se están perdiendo muchos valores que tenemos que recuperar. Ellos (por los jóvenes de 7º y 1º) son el semillero de la sociedad, así le decimos nosotros, y tenemos que cuidarlos. Son el futuro”, señaló Camila, quien al igual que sus compañeros de curso tal vez aún no dimensiona que con este proyecto están sembrando un gran cambio dentro de su escuela, en cada una de las familias que componen la comunidad edu
cativa de la Normal 6, y que seguramente se extenderá a muchas otras escuelas que intenten cambiar una realidad compleja que exige respuestas inmediatas. Como la que ellos supieron construir.





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