POSADAS. Deben ser pocas las personas de esta ciudad que tengan un conocimiento tan preciso y cercano de la situación en los barrios, las problemáticas de los sectores más vulnerables y la sensibilidad social como el padre Alberto Barros, de la Parroquia Sagrada Familia.Por impulso suyo se abrieron tres hogares de noche en Posadas, para atender a las personas en situación de calle y recientemente una casa para víctimas de violencia familiar, en coordinación con la Línea 137 que abrió el Gobierno. Además trabaja en la recuperación de adictos, alcohólicos y en su actividad diaria enfrenta todo tipo de problemáticas.No escapan de su ámbito el conocimiento los problemas económicos que padecen las personas, que muchas veces influyen en el clima social que atraviesa la ciudadanía y desembocan en otros inconvenientes, como la agitación social, saqueos, acuartelamientos, reclamos de trabajadores y desocupados, como se vivieron en el reciente mes. Apelando a su conocimiento cercano a estos temas, PRIMERA EDICIÓN entrevistó a Barros quien reflexionó sobre todo.¿Ha notado un crecimiento de la personas que demandan asistencia en los hogares?Sí, en principio diría que sí, haciendo algunas salvedades porque también depende un poco de la época. Este invierno la demanda fue mayor que el año pasado en pedido de albergues, principalmente porque se incorporó una experiencia que no teníamos antes que es alojar a familias de la comunidad mbya, quienes aumentaron su presencia sobre todo en la avenida Mitre. Puede ser que en el verano los chicos aprovechen para conseguir una moneda, es más fácil porque hay más movimiento en las calles y el clima es mucho más benévolo que el invierno. Pero en general uno diría que no decrece el pedido de ayuda y por épocas es mayor. ¿Cuáles son los riesgos más graves para la gente en situación de calle que reciben?Las situaciones son de lo más diversas y en estos años se armó un equipo interdisciplinario muy interesante, coordinado por Rogelio Peralta que es el coordinador ejecutivo de todos los hogares, donde contamos con profesionales de psiquiatría, psicología, trabajadores sociales. Primero se hace una evaluación de la situación de cada uno, puede ser que llegan con problemas de adicciones, problemas económicos, familiares, problemas psiquiátricos, marginalidad, violencia. Se trata de ver si podemos hacerlos regresar a sus familias o hacer una revinculación con parientes. Si hay problemas de adicciones se trata que la persona comience un tratamiento, trabajamos con la Subsecretaría de Adicciones, la Municipalidad, el Ministerio de Salud, se ve la posibilidad de alguna inserción laboral si es posible, sino se trata de gestionar en la Municipalidad alguna pensión o la internación en algún hogar de ancianos.En el tema de los chicos es mucho más complejo porque casi todos tienen familias pero en general muy desintegradas, muchas veces han sufrido abusos en sus familias, han comenzado a consumir en sus familias, de alguna manera vienen de familias muy desarmadas, excluidas y esto hace muy difícil el retorno del chico a la familia. Nos ha pasado como experiencia que varios chicos empezaron el proceso de recuperación de adicciones en Santa Ana, después con algunos organismos dijimos hay que devolverlos a la familia, pero a los dos minutos están consumiendo de nuevo. Como criterio de fondo la idea es personalizar absolutamente cada situación y tratar de buscarle una solución puntual en cada caso.Esta de moda el tema de la violencia de genero, ustedes abrieron un hogar.Es un tema que siempre existió pero hoy se visibiliza más, se expone con más claridad, y me parece que aumentó el tema de la violencia, porque a mi entender la violencia aumentó porque como sociedad hemos ido disminuyendo en nuestra capacidad de tener valores, nuestros valores se han ido resquebrajando, entonces hay mucha crisis familiar, mucha crisis social, porque hay un decaimiento de los valores. Se han ido perdiendo valores básicos como la fraternidad, el respeto, la solidaridad, el cuidado del otro como parte de una misma familia humana. Si a los valores resquebrajados le unís un drama como el que tenemos hoy en día, mayor consumo de alcohol, mayor consumo de drogas, entonces todo ese combo es muy terrible, menos valores, más alcohol, más droga. Además se instaló muy fuerte la mentalidad de consumo, por todos lados nos meten la idea de consumir y eso genera muchos problemas en las familias por la obsesión de tener más y no poder alcanzarlo, entonces todas esas frustraciones económicas, frustraciones laborales, menos valores, menos capacidad de superar los obstáculos, todo hace que se vaya generando un hervidero de violencia.Cuando la provincia puso en funcionamiento la linea 137 empezaron a mandar mujeres y niños victimas de violencia a los hogares que teníamos funcionando, que son para gente en situación de calle, pero teníamos la dificultad que se estaban mezclando situaciones muy diversas, no era sano y aparte los hogares son de noche, a la mañana siguiente se tenían que ir. Entonces ahí realizamos la propuesta de crear una casa, lo hable con la Parroquia y alquilamos la casa, hay dos mujeres que atienden la casa y la linea lleva la gente y acompaña en proceso jurídico y psicológico, nosotros hacemos el acompañamiento espiritual.- ¿Usted dijo que Misiones no es solo un lugar de paso de la droga, cuales son los indicadores que tiene?El contacto con la realidad, como lo ve cualquier papa o cualquier mama de los barrios. Es mucha la gente que viene a comentarme, a veces no saben qué hacer con sus hijos, que empezaron a consumir y que empezaron a robar para conseguir droga, provocando un cambio total en las familias. Vienen de todos los barrios y todas las clases sociales. Incluso en dialogo con los chicos le pregunto ¿donde conseguís la droga? Y me responden “es re fácil, en la esquina, en el quiosco, enfrente a la escuela”.Por eso digo que no es solo un lugar de paso, aparte la misma Subsecretaria de Prevención de Adicciones, Mariela Aguirre, con quien tengo un dialogo frecuente, me dice que tenemos estadísticas alarmantes en la provincia, que el inicio del consumo está en chicos de ocho y nueve años, muy chiquitos. La Subsecretaria Aguirre está trabajando muy fuerte en estos temas, ojala pueda llevar adelante todo lo que quiere hacer porque tiene ganas de cambiar esta realidad. Da la sensación que el Estado está muy arriba, muy lejos, que es muy grande y no llega con soluciones a estos sectores marginales y minoritarios que tienen las problemáticas más graves.Dinero hay, infraestructura el Estado tiene. Aparte en estos últimos años la Argentina ha crecido económicamente de una manera muy fuerte, el tema es cómo se encausó ese crecimiento. Entonces, quieras o no, con varios años de crecimiento económico importan
te uno ve que hay deudas sociales muy fuertes. Tal vez se hicieron obras publicas, infraestructura, pero es un riesgo a largo plazo porque la obra pública hoy está y mañana puede no estar. Me parece que seria bueno generar mas puestos de trabajo genuinos aparte de la obra pública, que me parece muy bien, pero hay que abrir el juego a muchas otras posibilidades laborales. La cantidad de dinero que se destina a planes sociales es muy grande, en situación de emergencia está bien, pero me parece que esto está siendo un problema enorme a largo plazo porque dar planes sociales sin un acompañamiento que implique mayor fuentes de trabajo genuino es un problema. Los planes simplemente alivian la situación pero no cambian la estructura de pobreza en la que vive esa gente, hay bolsones de pobrezas, hay un montón de asentamientos en nuestra ciudad, la gente puede vivir un poco mejor pero no termina de engendrarse aquello que llamamos el famoso ascenso social. Pero además se va perdiendo a mi entender un poquito también la cultura de trabajo, porque hay gente que tiene menos ganas de trabajar total se las arregla mal que mal con el plan. Los planes sociales sin educación y sin trabajo genuino a largo plazo se transforman en un problema grave.Para colmo da la sensación de que el crecimiento económico está llegando a su tope.Yo no soy economista pero por lo que uno escucha y va viendo parecería que si. Y el problema siempre le toca más a la gente más pobre, de mayor vulnerabilidad social. Si no hay fuente genuina trabajo, hay gente que se sostiene con los planes, hay una inflación creciente que va comiendo el poder de compra, se va generando una desilusión social fuerte. Por otro lado, me parece que la economía se la hizo funcionar durante muchos años en base al consumo, entonces la idea es generar expectativa de consumo para que haya movimiento económico, pero en algún momento la expectativa supera las posibilidades de la gente y se generan situaciones como los saqueos que ocurrieron hace poco. Algunos dirán que la gente no está pasando hambre porque robaban televisores. Primero, hay que aclarar que hambre hay en algunos sectores, eso es indiscutible, hay mucha gente que no tiene lo básico para comer; y por otro lado la cultura del consumo es tan fuerte que muchos no pueden llegar a comprar el televisor entonces lo saquean, tienen la oportunidad y se lo llevan, para calmar esas expectativas.Si vos en un país no vas generando una cultura de la honestidad, de la solidaridad, del respeto, del trabajo, el esfuerzo para ganarse el pan, por supuesto que al deteriorarse todos esos valores generás todo este clima de irritación social. En Argentina nos escandalizamos de los saqueos pero nos hemos acostumbrado al saqueo del país; a una cultura de robo y de corrupción. Y peor que eso es la impunidad, porque en un país serio de hay valores, que tiene justicia imparcial, el que robó será juzgado y condenado, y que devuelva lo que robo; pero en Argentina no solamente hay un problema de deshonestidad increíble sino de impunidad mas increíble aún. Si desde las cabezas no hay ejemplos de honestidad y austeridad, todo robo queda impune, tampoco nos escandalicemos que en las bases, las periferias pasen estas cosas.Hace falta una decisión más firme para atender a los sectores más vulnerables. Nucleo duro de pobreza.Creo que si bien hay cosas que han sido un paso adelante en la provincia, cosas macro o grande, creo que hay una gran deuda social con estos sectores, por ejemplo hoy tenemos un hospital donde hay un acceso a la salud mucho mejor que años atrás, ahora la pregunta es todos pueden llegar al hospital, que pasa en los barrios, tenemos un hospital que está muy bien, que pasa en los caps, hay gente que no tiene un claro acceso a la salud, ha sido un paso adelante enorme, pero siguen habiendo deudas, situaciones vulnerables, la salud de las comunidades mbya es una deuda, esta bien ahora está formándose algunos promotores, también hay cierta precariedad en la salud, de golpe se han muerto chiquitos sin atención, el tema de la desnutrición, se han hecho avances seguro, pero hay desnutrición.El estado tendría que poner un ojo en estar ahí en el terreno, me parece que muchas veces desde el estado se generan políticas a lo grande pero si la política no tiene en cuenta a la persona con nombre y apellido, que es este señor, esta señora, este nene, en tal barrio, ese es el tema, creo que ahí hay todavía un deuda social muy grande en vivienda, salud, en acceso a la educación, no solamente acceso sino mayor calidad educativa, y generar fuente genuina de trabajo que le de la posibilidad a la gente de ganarse dignamente el pan, que los chicos puedan ir a la escuela.Usted tiene trato con la gente todo el tiempo ¿cuanto influyen los problemas económicos en sus vidas?Influye mucho, a la gente se le va como resquebrajando el ambiente familiar por problemas económicos, no le alcanza para el alimento, para los bienes indispensables, eso genera siempre inquietud, inseguridad, y eso muchas veces se traslada a dificultades de relación, sobre todo en el matrimonio. Si a la problemática económica le agregamos la falta de valores, amor por el otro, falta de capacidad de luchar para salir adelante, las dificultades de convivencia se hacen mucho mayores.Diciembre suele ser un mes de mucha irritación social en los últimos años ¿Cómo observa los acuartelamientos, los saqueos este año?Siempre es una preocupación, sobre todo este año que no solo hubo saqueos sino todo el contexto. Algunos dirán que había motivaciones políticas, puede ser, eso no quita que haya una realidad social complicada, que la hay, que haya una crisis de valores. Acá no fue solo el saqueo o la motivación política sino que hubo muertos y eso es gravísimo. Por supuesto que a la Iglesia le preocupa y ha sacado un documento llamando a la paz social a la policía y los ciudadanos. Y a los responsables políticos que sepan analizar estas cosas y no aprovecharlas políticamente.Este año falleció el Obispo Emérito Joaquín Piña y usted criticó el silencio desde el gobierno.Yo escuché a algunos políticos del oficialismo, por ejemplo la senadora Sandra Giménez quien tuvo palabras muy elogiosas, pero hubo un silencio institucional. Yo he hablado con funcionarios y me dijeron que tenían un enfrentamiento público con el Obispo Piña y que les pareció que la mejor forma de guardar el respeto era haciendo silencio. Me pareció una postura entendible y además me dijeron que ese silencio no quitaba el reconocimiento a la labor que realizó el Obispo en beneficio de muchos sectores de la población misionera.¿A pocos días de Navidad, quiere dejar alguna reflexión?Uno desearía que esta Navidad sea un tiempo de reflexión personal, familiar y comunitaria. La Navidad nos habla en primer lugar de la humildad, es un llamado a bajarnos del caballo, dejar de lado la soberbia, la vanidad, nuestro orgullo, para poder acompañar al otro y generar ámbitos de mayor paz. Y por ultimo nos h
abla de austeridad, el Dios que se hace pobre, nace en un pesebre en Belén, en la periferia, como diría el Papa Francisco. Justamente creo que la Navidad nos tiene que ayudar a mirar más la periferia, ese mundo de gente que está más al costado, mas excluido, esa gente que el Papa llama los descartables de la sociedad de consumo, esos, para nosotros deberían ser los primeros a quien cuidar en esta Navidad. Y por último embarcarnos en un consumo ridículo, enloquecernos por comprar cosas, cuando la vida no pasa por comprar sino saber vivir lo sencillo de todos los días, y para ello no faltan tantas cosas.





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