ELDORADO. Sacaron el cuerpo del féretro, a orillas del río Paraná, y lo pasaron al otro lado, al mejor estilo de los cárteles mexicanos que retiran a sus ‘soldados’ del funeral familiar para rendirle homenaje a su manera, con sobredosis de tequila, otras sustancias y estruendos de metralla.En tierras paraguayas, probablemente en Ciudad del Este, Marcos Fabián Martínez Sánchez será sepultado quizás con honores porque perdió la vida en su ley: a sangre y fuego.Vivía de la desgracia ajena, al borde de la cornisa, apropiándose de vidas ajenas a cambio de gruesos billetes y al final, dejó la suya en manos de otra víctima, un número más al que fue a exterminar.El domingo pasado, cerca de las 7, se batió a puro plomo con el empresario de la remisería Mario Nicanor Cabañas, cuando Montecarlo aún no terminaba de despertar.El cadáver de Martínez Sánchez (36) fue sustraído el viernes, alrededor de las 20.45, a punta de arma de fuego de la funeraria ubicada en el kilómetro 3 de Eldorado, donde aguardaba los trámites formales para ser repatriado a su Paraguay natal.Unas dos horas después la Justicia libró la orden de captura y detención contra la hermana de Martínez Sánchez, quien arribó a la casa mortuoria en compañía de dos “matones” para llevarse el cadáver de su consanguíneo. Ya no estaba dispuesta a esperar los trámites formales de la Justicia argentina.Aunque el encargado de la funeraria contó que los hombres no exhibieron armas y estaban tranquilos (ver página 67), los investigadores están más que seguros de que ambos portaban elementos de fuego y que no hubiesen dudado en abrir fuego ante cualquier resistencia.Lo cierto es que el empleado fue obligado a subir el ataúd al coche fúnebre y conducir hasta las inmediaciones del río Paraná, donde se supone que aguardaba una embarcación para llevar a los recién llegados a Paraguay.En ese lugar recóndito de la permeable frontera paraguayo-argentina, el occiso fue sacado del féretro y trasladado en andas hasta el bote que lo despositaría en el país que lo había visto nacer.El hijo del funerario regresó entonces hacia la zona centro de Eldorado y radicó la correspondiente denuncia policial. Los uniformados montaron un amplio operativo, pero ya no había nada que hacer: Martínez Sánchez estaba de vuelta en su tierra.El juez de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, Juan Pablo Fernández Rissi, fue notificado de la situación alrededor de las 23 del viernes. En ese preciso momento libró una orden de captura y detención sobre la hermana del sicario asesinado el domingo pasado, en un enfrentamiento a puro plomo con el empresario Mario Nicanor Cabañas (43). Al menos hasta anoche no mayores había novedades en el caso.El hecho se inició cerca de las siete del domingo 15 de diciembre en la vivienda del ex concejal radical, sobre calle Corrientes casi avenida Libertador, en pleno microcentro de Montecarlo.“Matrix” y Martínez Sánchez irrumpieron en dicho lugar y luego de reducir a la madre, el sicario paraguayo avanzó hasta la habitación en la que descansaba Cabañas.Una versión indica que intentó abrir la puerta y que esa acción fue la que alertó al dueño de casa de que su hora había llegado. Entonces, el empresario de los remises tomó el revólver calibre .38 y abrió fuego contra Martínez Sánchez, quien portaba una pistola nueve milímetros marca “Astra”, con cargador modificado para guardar 12 proyectiles.Los dos murieron a raíz del intenso tiroteo. Cabañas recibió al menos dos tiros en el pecho, mientras que tres disparos pegaron en el cuerpo de Martínez Sánchez, quien figuró como “NN” hasta que varias horas después la hermana se acercó a la funeraria de Eldorado y lo reconoció con nombre y apellido.Desde ese momento se supo que el sicario paraguayo tenía frondosos antecedentes en su país, el peor de todos vinculado al crimen del juez penal Justo Salvador Reyes y de su cuñado, Christian Wilson Muñoz Garrido, acaecido el 6 de diciembre de 1998 cerca de Ciudad del Este.Martínez Sánchez también fue investigado este año por la Policía Nacional del Paraguay, luego del crimen del edil César Valdez, de Ciudad del Este, muerto a balazos por desconocidos que irrumpieron en su comercio de la Triple Frontera.Para los investigadores misioneros, el crimen de Cabañas fue un ajuste de cuentas ideado por Espíndola a raíz de que el polifacético funcionario del Pami mantenía con él una deuda por la compra de un automóvil Volkswagen Gol. No cambia la situación del expedienteSin dudas que el robo del cadáver del sicario Marcos Fabián Martínez Sánchez demuestra, una vez más, lo permeable de la frontera paraguayo-argentina para el accionar de grupos mafiosos.En este caso puntual, al crimen del empresario montercarlense Mario Nicanor, gravísimo de por sí, se suma ahora el hecho de que matones pasen “el charco” y, bajo amenazas, se lleven el cuerpo de un hombre que protagonizó un episodio mafioso paradigmático en Misiones, que aún no está resuelto y que tiene un sospechoso prófugo (Elías Roberto Espíndola, alias “Matrix”). Mayor muestra de impunidad e inmunidad, imposible.La situación hubiera sido mucho más grave si no se le hubiera practicado la autopsia y otras pericias. Por eso la sustracción del cadáver no adquiere relevancia en el expediente. Pero lo otro es mucho más preocupante, porque de algún modo queda la sensación de que todos están expuestos a estas mafias.





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