POSADAS. La mayoría son mujeres que superan los cuarenta años y tienen en su haber una infancia en la que -por diferentes motivos- no fueron a la escuela o la abandonaron sin poder terminarla. Debieron superar muchas barreras personas -el miedo al fracaso y la vergüenza de ser muy grandes para aprender a leer y escribir son las más frecuentes- y ahora admiten sentirse orgullosas de sí mismas tras concluir un año de la alfabetización. Por segundo año consecutivo, siempre con financiación del Rotary Internacional a través del Rotary Club Posadas Oeste, el centro de alfabetización que funciona en el CAPS 11 de esta ciudad finalizó el año entregando los certificados a unos treinta alumnos y realizó la ceremonia de la entrega de banderas a los nuevos abanderados. María Cristina Doronica es la nueva abanderada. Junto a una de sus dos hijas, Mariana, que la acompañó a la ceremonia, contó a PRIMERA EDICIÓN que “empecé a estudiar el año pasado y ahora terminé el séptimo grado. Dejé la primaria en cuarto grado porque éramos doce hermanos y mi papá me sacó de la escuela porque tenía que ayudar a cuidarlos”, recordó María que ingresó a primer grado con nueve años y llegó a cuarto grado con catorce años. “Cuidé a mis hermanos hasta que me casé, a los 17 años. Ahora que ya terminé la primaria, capaz haga el curso de cocina”, contó. Seledonia Benítez nació en Paraguay y vive en Posadas desde hace 35 años. “Tengo cuatro hijos ya grandes y todos profesionales. Dejé la escuela en tercer grado porque mi mamá tenía nueve hijos y tenía que ayudarla. Yo también fui mamá antes de los 16 y tuve que venir a Argentina a trabajar. Mi hijita quedó con mi mamá y yo le mandaba la plata. Hoy es profesora de Idiomas y vive en Asunción. En Argentina conocí a mi actual compañero y padre de mis otros hijos. La verdad es que aprendí mucho con mis hijos, ahora voy a tener el título oficial de séptimo grado. Estoy decidida a seguir carpintería”, destacó.Noelia tiene 38 años y tres hijos. No conoció a sus padres, vivió toda su infancia en hogares de niños. “Hice hasta segundo grado, este año empecé alfabetización para poder cobrar ‘Ellas hacen’ que es una gran ayuda”, contó. Hacedores La pediatra María Teresa Dos Santos está a cargo del CAPS 11 y fue quien impulsó a través del Rotary la creación de cursos de formación profesional (peluquería, corte y confección, y gastronomía), y alfabetización en ese centro de salud. Este año, además, el Rotary comenzó la alfabetización en el barrio A-4, en el Itec 1, donde estudiaron poco más de veinte adultos. El Rotary paga a los docentes y alfabetizadores, también adquirió los elementos y equipamientos necesarios para los cursos de oficios que se dictan en el CAPS 11. En tanto, según precisó el director del Itec 1, José Silclir, quien coordina el centro de capacitación profesional que funciona en el CAPS 11, también en el Itec hay numerosos cursos de formación profesional, entre estos, las tecnicaturas en decoración de interiores, gastronomía y analistas de sistema”. Este año, en el Itec 1 obtuvieron su título de secundaria 82 adultos y, en el mismo grupo de alfabetización, también hay terminalidad primaria. “Nos ayudó el plan del Gobierno ‘Ellas hacen’ que paga 2.000 pesos mensuales para que terminen la primaria y secundaria mujeres que tengan hijos menores de 18 años, sean jefas de hogar, no tengan trabajo y vivan en una villa o barrio emergente). Para 2014 ya tenemos setenta inscriptas”. Herramienta básicaAprender a leer y escribir permite también a muchas personas mejorar su autoestima y repensar su propia vida. “Hemos compartido con las alumnas numerosas situaciones muy particulares a lo largo de este año, como una alumna que nos contó que por fin pudo llamar a la Línea 137 para denunciar los maltratos de los que era víctima. No sabía leer ni escribir”, recordó Dos Santos. “Hemos acompañado a cuatro alumnas a hacer las denuncias por violencia de género de la que eran víctimas. En nuestro barrio, A-4, en este momento hay seis mujeres con protección policial en sus hogares”, precisó Silclir. “Lo que hacemos nosotros es más chiquito, en cuanto a cantidad de alumnos que podemos recibir en el CAPS 11, pero sentimos que estamos muy cerca de nuestros alumnos y no sólo en su educación sino también en los otros aspectos de su vida en el que podamos ayudar”, señaló Dos Santos.





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