BUENOS AIRES (DyN). El crimen de un joven simpatizante de Boca, de dos tiros, coronó de luto la noche de violencia y destrozos en el centro porteño por parte de miles de boquenses que fueron a celebrar “El día del hincha”.Los funcionarios nacionales y de la Ciudad oscilaron responsabilizar al otro -el deslinde de culpas-, como hicieron los dirigentes de Boca, pese a que ahora se comprometieron a analizar si para el año próximo disponen abrir La Bombonera para circunscribir los festejos en ámbito propio.Mientras los comerciantes trataban de poner los locales en condiciones, varios de ellos destrozados, el jefe de Gabinete nacional, Jorge Capitanich, salió rápido a recordar que en un territorio en el que comparten potestades, como la Capital Federal, “solo estuvo la Policía Federal” para hacer frente a los atacantes mientras dejó sentado que la Metropolitana estuvo “ausente”.Ante el silencio durante toda la mañana de ayer del jefe de gobierno porteño y aspirante a la Presidencia en 2015, Mauricio Macri, varios de los funcionarios del gabinete salieron a hablar tratando de hacer equilibrio para no dejar mal parada la reacción gubernamental ante lo ocurrido.El ministro de Seguridad porteño, el ex juez federal Guillermo Montenegro, estaba jugando un “picado” en La Bombonera junto a su hijo y otros funcionarios porteños, mientras bienes del Estado comunal y privados eran destruidos por una horda violenta nutrida con saña y alcohol.Además de la víctima fatal, hubo ocho heridos -un bebé con un golpe en la cabeza- y 22 detenidos.





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