POSADAS. Mujeres con sus niños, víctimas de violencia en sus hogares, encuentran un lugar donde refugiarse en el Centro Integral Municipal de la Mujer y el Niño. Ellas pertencen al sector más vulnerable de la sociedad y necesitan salir de sus casas a cualquier hora, la mayoría de las veces lo hacen con lo puesto, pues les urge salvar sus vidas. Teniendo en cuenta que el próximo 25 de noviembre se connmemora el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, desde el Centro organizaron para mañana, una jornada de concientización en la plaza 9 de Julio a partir de las 9.30. Las licenciadas en Trabajo Social, Rossana Medina y María Esther Williams, convocaron a la población a sumarse a este sentido recordatorio. Alumnos de distintas escuelas repartirán lazos lilas -símbolo de la protección a la mujer- y folletos educativos, en los que detallan por ejemplo, el perfil de una persona violenta. De la mano de este equipo de profesionales, ya muchos jóvenes asisitieron a los talleres de prevención de la violencia en el noviazgo, algo que lamentablmente ocurre pero que puede ser detenido a tiempo. En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Medina y Williams reconocieron que todavía no se puede hablar de un incremento de la violencia de género, pues “quizás se deba a que ahora las mujeres se animan más que antes a pedir ayuda y denunciar a su pareja violenta”. De todas maneras, al centro ya llegan las mujeres con sus hijos derivadas por la policía de la Mujer, de Fátima, de la Línea 102 y ahora también de la Línea 137. El lugar cuenta con un equipo de dos Trabajadoras sociales, un abogado, una psicóloga y ahora también se sumó al grupo una nutricionista. Es que las mamás víctimas hasta tienen problemas para preparar alimentos nutritivos, pues no solamente tienen problemas económicos, también de conocimiento. Durante la estadía en la casa, el equipo contiene a las mamás y a los niños con un objetivo principal: empoderar a la mujer, levantarle en lo posible la autoestima y lograr que salga de allí con al menos un proyecto de vida. En el lugar hay ocho camas, pero las responsables reconocen que “hemos tenido días en que tiramos colchones en el piso para atender estos casos tan urgentes”. A veces pasan dos o tres días hasta que hacen contacto con algún familiar, y así esa mamá logra estar a salvo, pues allí tienen seguridad policial las 24 horas. Si bien es difícil, no es imposible salir de un ambiente violento, y para lograrlo se necesita del compromiso de toda la sociedad, que debe denunciar si ve que alguien está siendo maltratado porque si no lo hace se convierte en cómplice.





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