POSADAS. La aparición de la enfermedad de los citrus, más conocida como el HLB (Huanglongbing), trajo aparejada no sólo la problemática a la provincia sino además la amenaza directa para los pequeños productores ya que -si llegara a avanzar en zonas comerciales-, “podría llegar a ser determinante”.El subsecretario de Desarrollo y Producción Vegetal de la provincia, Héctor Pedro Barboza, reconoció, en una entrevista con PRIMERA EDICIÓN la gravedad del problema, a pesar de que la enfermedad no ha aparecido hasta la fecha en zonas comerciales.Detalló que se está trabajando en una estrategia común en todo el sector citrícola, cooperativas, instituciones y todos los organismos que están relacionados con el sector.¿Cómo está la situación en el sector citrícola con respecto a la problemática del HLB?Existe una gran preocupación de todos los sectores citrícolas principalmente porque hay muchas versiones cruzadas sobre las medidas del Senasa (Servicio Nacional de Sanidad Agroalimentaria) y la manera en la que se está aplicando.Se está trabajando en una estrategia común en todo el sector citrícola, cooperativas, instituciones y todos los organismos que están relacionados con el sector. El problema es común para todos sin distinción, ya sea para productor pequeño, mediano o grande porque esta enfermedad es muy grave.¿Cuándo apareció esta problemática en la provincia?Hace diez años ni aparecía la enfermedad y de golpe en los últimos años arrasó en Latinoamérica. Primero apareció en los Estados Unidos, después en Cuba, Brasil y ahora nos ha rodeado la enfermedad porque el avance en el Brasil es inminente, así como también en algunos sectores del Paraguay. Pero nosotros tenemos una ventaja, que el agente transmisor -“la chicharrita”- no tenemos prácticamente en Misiones. Es una gran ventaja que ni el agente transmisor ni la enfermedad nunca apareció en plantaciones comerciales.No olvidamos que se extrajeron pruebas de una planta en el departamento de General Belgrano (municipio de Comandante Andresito) pero se erradicaron. Tenemos el problema latente y mientras tanto hay que trabajar incesantemente para no permitir ningún tipo de avance.Acá se insiste en las acciones, cuáles deben ser las acciones que debe llevar a cabo el Gobierno y el sector citrícola con respecto a la situación.¿Cuáles son los principales planteos que hace el sector para colaborar en la erradicación?Concluimos que será determinante un control fronterizo estricto, duplicar si fuese necesario pero tratar de evitar cualquier ingreso de material que pueda considerarse como una amenaza al respecto.Se planteó también el monitoreo de las quintas, un contralor permanente que permita tener una constante noción de la situación y el uso de materiales sanos.Por eso es importante el uso de viveros y que nuestros viveristas hagan sus materiales acá.Al no haber material acá en la provincia, el productor, o quien sea, puede tener en su finca o en su chacra pero se necesita que esté sana y certificada. Sabemos que andarán bien acá los plantines que están adaptados en Misiones.Acá es donde queremos y necesitamos la aprobación del Senasa, para que podamos utilizar la yema que tiene el Inta (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) de Montecarlo de una corrección que ya tiene de hace años.Necesitamos de la autorización del Senasa porque además de estar sana, son productivas acá.¿Se necesita de la aprobación del Senasa para utilizar la yema?No, sólo que la autorice porque el trámite está muy avanzado. A partir de ahí se verá la aplicación de flexibilizaciones de normas.Por otra parte, hay que destacar que el Estado -a través del Ministerio del Agro-, ha tomado rápidamente cartas en el asunto y eso se está reflejando en la entrega de créditos a los viveristas que se inició el martes pasado y se trata de créditos de alrededor de 100 mil pesos a cada uno.Acá es muy determinante contar con materiales sanos, el origen de los materiales sanos también determinará la producción. Queremos evitar que se siga practicando por ejemplo la rutina de aquellos comerciantes que ingresaban durante toda la semana de países vecinos a vender plantines en localidades de nuestra provincia, hasta hace muy poco.Tres puntos son fundamentales en este proceso. Se apunta al control permanente fronterizo, plantines sanos y monitoreo.¿De qué tipo de daño se habla?El daño puede ser clave no sólo para la provincia sino también para el país. La Argentina tiene una superficie de 140 mil hectáreas, hay como tres millones de toneladas de producción total y acá en el NEA están alrededor de 70 u 80 mil hectáreas de las cuales hay ocho mil que son nuestras. Hay muchas industrias cítricas, hay empaques, transportes, fletes. Es decir que el daño a la citricultura sería muy grande y al pequeño productor ni hablar porque si tenes entre cuatro a cinco hectáreas, si te ataca la enfermedad podes llegar a perderlo todo.Una pequeña chacra par inspeccionar es una ventaja para el inspector pero para el pequeño no lo es porque ante cualquier avance de una propagación, las pérdidas pueden ser totales. Hoy persiste una constante inspección en todas las zonas productoras, ya sea por funcionarios de la cooperativa y de los organismos pertinentes.





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