BUENOS AIRES (NA). El “golpazo” que significó la derrota ante Arsenal en la final de la Copa Argentina precipitó ayer que Juan Antonio Pizzi, sorprendentemente, pusiera a disposición de los dirigentes la potestad de “interrumpir” su contrato como entrenador de San Lorenzo.Si bien no se trató de una renuncia, los dirigentes debieron salir a bancar al entrenador, que tiene contrato hasta junio de 2015 y que tuvo ese gesto por caballerosidad, todavía en caliente, en el mismo vestuario del estadio Bicentenario de Catamarca.Al llegar al aeroparque metropolitano, Pizzi sorprendió con su declaración. Más aún porque finalizó su contacto con los medios y salió caminando para abandonar la terminal aérea, pero volvió sobre sus pasos y “para evitar malos entendidos” lanzó: “Les dije a los dirigentes que si querían interrumpir mi contrato estaban en todo su derecho. No es una renuncia. Me gustaría seguir dirigiendo, pero mi obligación teniendo en cuenta esta desilusión era liberar al club de este compromiso, que dura bastante tiempo más”.Igualmente, la Comisión Directiva del “Ciclón”, encabezada por Matías Lammens y Marcelo Tinelli, dejó entrever extraoficialmente que no quiere prescindir de los servicios de Pizzi, más allá de la eliminación en la Copa Sudamericana -perdió con River- y la caída ante Arsenal en la final de la Copa Argentina.“Es muy duro el golpe que tuvimos, pero hay que levantarse, tenemos poco tiempo para recuperar energías”, afirmó Pizzi y se quejó porque la AFA programó para mañana (a las 20.15) el partido ante All Boys, por la duodécima fecha, ya que tendrán poco descanso.





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