ROMA, Italia (AFP-NA). Italia se vistió de luto ayer después del naufragio de un barco frente a las costas de Lampedusa en el que murieron más de 300 inmigrantes del Cuerno de África, reavivando el debate sobre las políticas europeas de inmigración.El papa Francisco afirmó durante una visita a Asís, la ciudad de San Francisco, que “hoy es un día de lágrimas” porque al mundo “no le importa si la gente debe huir de la esclavitud o del hambre buscando la libertad” (ver recuadro al pie).Según las autoridades, el barco que se hundió el jueves frente a las costas de la pequeña isla siciliana zarpó de Libia con entre 450 y 500 inmigrantes a bordo y sólo unas 150 personas han sido rescatadas vivas, lo que hace temer un balance de aproximadamente 300 muertos, entre ellos muchos niños y mujeres.“Ya no hay más esperanzas de encontrar a otros supervivientes”, declaró un miembro de la Guardia de Finanzas, la policía financiera que opera también en ese sector.Un total de 111 cuerpos habían sido recobrados y transportados a tierra firme, pero los buzos que exploraron el casco de la embarcación afirmaron haber visto decenas de cuerpos en los alrededores. Los socorristas temen que varios hayan sido arrastrados hacia alta mar por las fuertes corrientes.Las búsquedas tuvieron que ser interrumpidas a causa de un mar agitado. “Aquí ya no hay lugar para los vivos ni para los muertos”, dijo consternada el jueves la alcaldesa de Lampedusa, Giusi Nicolini. “Es un horror, un horror, no paran de traer cuerpos”, añadió. “Tenemos la obligación de dar una sepultura digna a esta pobre gente”, dijo.Las búsquedas se concentran ahora alrededor del casco del barco ahora a 40 metros de profundidad, a 550 metros de la costa de la isla.Apretujados en un barco averiado, los inmigrantes prendieron fuego a una manta, lo que provocó un incendio en el barco y luego su naufragio. “Era impresionante ver los cuerpos de los niños ahogados”, declaró un responsable del centro de salud de la isla, Pietro Bartolo.Según Bartolo no hay suficientes ataúdes en Lampedusa, y varias decenas serán traídos hoy por barco hasta Puerto Empédocles. “Pasábamos la noche a bordo de nuestro barco. Oímos gritos y nos precipitamos para ver lo que pasaba, y ahí nos encontramos con una situación de pesadilla”, contó a AFP un comerciante de Lampedusa, Alessandro Marino, uno de los primeros en llegar al lugar del naufragio. “Vimos un mar de cabezas, no lográbamos cargarlos para salvarlos, estaban cubiertos de aceite”, contó Rafaele Colapinto, uno de los pescadores que ayudó en la operación de rescate.Roma decretó ayer duelo nacional, con las banderas a media asta y se observó un minuto de silencio en todas las escuelas.El viceprimer ministro italiano, Angelino Alfano, presente en Lampedusa, confirmó a AFP que el piloto del barco había sido detenido. “Es un tunecino de 35 años que había sido expulsado de Italia en abril”, precisó.Los inmigrantes, en su mayoría somalíes y eritreos, habían salido de las costas libias desde el puerto de Misrata, en la costa de Libia.“Hay que actuar, en Europa y en África”, recalcó ayer Alfano ante la cámara de diputados. En Europa es necesario cambiar las reglas “que hacen pesar demasiado sobre el país de ingreso la carga de la inmigración clandestina”, dijo. Lanzan candidatura de la isla para el Nobel de la PazLa población de la isla siciliana de Lampedusa fue propuesta para el premio Nobel de la Paz por su solidaridad y humanidad frente a la muerte de cientos de inmigrantes en el naufragio el jueves de una embarcación cerca a sus costas, informaron fuentes oficiales.La iniciativa, lanzada por lectores del diario Il Corriere della Sera y varios blogueros, fue apoyada por el gobierno italiano, según indicó este viernes el ministro del Interior, Angelino Alfano, informó AFP.“Hay que otorgar el Nobel de la Paz a Lampedusa”, reconoció el ministro desde la isla, a donde viajó inmediatamente después de la tragedia.Un grupo de alcaldes sicilianos suscribió una propuesta en la que se asegura que los habitantes de la isla, la mayoría pescadores, así como su alcaldesa, Giusi Nicolini, y las víctimas de la tragedia, “merecen el premio Nobel de la Paz, por lo que apoyan su candidatura”.Asociaciones humanitarias, periodistas y simples ciudadanos están recogiendo firmas a favor de la candidatura.Más de 20.000 firmas han sido enviadas a la revista italiana L´Espresso después de que el periodista italiano Fabrizio Gatti lanzara la idea. “La paz no es un concepto abstracto. La paz es una actitud hacia los hombres, mujeres y niños. No hay otro pueblo en el mundo en el que se haya puesto en práctica este compromiso de una forma tan firme y decidida. Ese pueblo está perdido en medio al mar, se llama Lampedusa”, sostiene Gatti en un artículo, en el que recuerda su terrible experiencia, cuando se hizo pasar por un indocumentado en el ejercicio de su profesión.“La solidaridad y el amor por el prójimo mostrados por los ciudadanos de Lampedusa los convierten en el emblema de la mejor Italia”, escribió por su parte la exministra Mara Carfagna.La isla, de 20 kilómetros cuadrados y una población de cerca 6.000 habitantes, se encuentra en el archipiélago de las Pelagias en el mar Mediterráneo, ubicada a 205 kilómetros de la isla de Sicilia y a 113 kilómetros de Túnez., más cerca a Africa que a Europa.Desde hace años sus residentes han resistido con sobriedad a la emergencia humanitaria creada por la llegada de miles de inmigrantes provenientes de África, Medio Oriente y Asia, sobre todo durante los meses del verano.En el naufragio de la barcaza, en la que viajaban unos 500 inmigrantes, han sido recuperados 111 cuerpos, mientras unos 250 están desaparecidos. Desde Asís, el Papa recordó a las víctimasEl papa pidió rindió homenaje ayer a los cientos de inmigrantes africanos muertos en un naufragio en el sur de Italia, en su primera visita a Asís, la ciudad de San Francisco, santo de los pobres y de la paz.“Hoy es un día de lágrimas”, proclamó Francisco al recordar a las víctimas del naufragio frente a la isla siciliana de Lampedusa.Al mundo “no le importa si la gente debe huir de la esclavitud, del hambre, buscando la libertad y mueren como ayer en Lampedusa”, lamentó el papa, al recordar a los indocumentados fallecidos, la mayoría de ellos eritreos y somalíes, que huían del hambre y la guerra.El papa argentino, hijo de emigrantes italianos, ya había expresado el jueves su in
dignación por el drama de los africanos.La peregrinación del primer papa proveniente del sur del mundo a la pequeña ciudad de Umbría tiene un fuerte valor simbólico.En la sala donde Francisco de Asís se despojó en el siglo XIII de sus ropajes de joven rico hasta quedar desnudo, Francisco se reunió con los pobres de la ciudad para pronunciar un discurso sobre la necesidad de austeridad dentro de la Iglesia, a la que desea “pobre y para los pobres”.“El espíritu mundano es la lepra, el cáncer de la sociedad, que mata a la Iglesia”, fustigó.Para el Papa la pobreza es la clave para alcanzar la reforma de la milenaria entidad, sacudida por escándalos y la falta de vocaciones. “Escuchen el grito de los que lloran, sufren y mueren a causa de la violencia”, rogó durante una concurrida misa celebrada en la plazoleta frente a la basílica de San Francisco. “Te pedimos, Francisco, que nos enseñes a ser instrumentos de la paz”, suplicó ante unos 100.000 peregrinos, entre ellos el premier italiano Enrico Letta.





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