JARDÍN AMÉRICA. Se cumplieron ayer trece meses desde que el bebé de Alicia Monzón (26) muriera durante el parto en el Samic de esta localidad. Doce meses pasaron desde que ocurrió lo mismo con el hijo de Ramona Cóceres. Estas madres no quedaron en silencio y continúan exigiendo justicia. Ellos apuntan a médicos y enfermeras que intervinieron.Con el acompañamiento del Colectivo de Acción contra las Violencias de Género y junto a Paula Pisak, vecinos que se sumaron realizaron la segunda movilización pacífica para reclamar el alejamiento de los médicos involucrados en las denuncias y el cumplimiento de la ley de parto humanizado 25.929. Desde las 9, con pancartas y carteles marcharon al hospital “Tadayoshi Kamada” y luego a la clínica Candia de esa ciudad, donde en 2004 Pisak había ingresado sana a dar a luz a su hija y salió sorda y con dificultades para caminar. PetitorioAyer Monzón ingresó al hospital público para entregar a su director, Humberto Rizzoti, un petitorio con firmas de la comunidad, pero debió presentarlo a su secretaria ya que según explicó, Rizzoti se encontraba en una reunión en Posadas. En el texto, Monzón le solicita “el cese laboral de los médicos y las enfermeras que ocasionaron la muerte de mi hijo como así también, incurrieron en los malos tratos, abandono de persona, no respetaron la ley 25.929 de Parto humanizado”. “Sufrí las consecuencias de la inoperancia e ineficacia de todo este personal que me llevaron al borde de la muerte, hoy no solo tengo huellas corporales sino psicológicas. Apelo a su sensibilidad como persona y como padre, le pido actúe en consecuencia. Si a usted le pasara algo similar con su hijo, ¿podría volver a dormir tranquilo soñándolo cada noche, despertando y sintiendo el vacío no solo en su cuna preparada para contenerlo y abrigarlo, sino en su corazón?”, sostuvo.





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