POSADAS. Al sur de esta ciudad, lejos del centro pero en el centro de una “periferia” que se extiende año a año con nuevos complejos habitacionales, el ITEC Nº1 “Yacyretá” del barrio A4 recibe día a día a cientos de jóvenes y adultos que encontraron allí la posibilidad de culminar sus estudios secundarios -acelerado- e iniciar una carrera de formación profesional, que en poco tiempo les posibilite generar una salida laboral. Peluquería, cosmetología, refrigeración, informática, electricidad, panadería, modista, decoración son algunas de las propuestas de esta institución que hoy celebra once años de funcionamiento. Gestando su propio trabajoEl taller de refrigeración, a cargo de Ricardo Fleitas, funciona desde 2006 en uno de los salones del ITEC. Allí, los alumnos de todas las edades aprenden a detectar y reparar fallas de aires acondicionados y heladeras. “Eligen este taller para tener una salida laboral tratamos que en el año que dura el curso puedan salir sabiendo lo básico para reparar aires y heladeras”, señaló Fleitas a PRIMERA EDICIÓN. “Muchos estudiantes que pasaron por acá tienen sus propios talleres de refrigeración. Es una satisfacción saber que ya pueden mantener su familia con este trabajo”, agregó el docente.César Gabrunski (52) es un referente para sus compañeros, porque a pocos años de jubilarse se propuso completar sus estudios secundarios en la escuela de adultos que funciona en la institución, y luego, formarse como técnico en refrigeración. “Hace unos años comencé todo el secundario de nuevo porque se me habían vencido las materias. Cursé y una vez que terminé decidí hacer este taller para tener una salida laboral”, señaló Gabrunski, quien tiene dos hijas de 28 y 21 años y un hijo de doce, y dos nietos de siete y de tres. “Con mis compañeros -Matías Scherer (18) y Julio Benítez (20)- planeamos conformar una cooperativa de trabajo, porque en este oficio hay que trabajar de a dos, y en lugar de que uno emplee al otro, la idea es que todos estemos juntos trabajando”. “La escuela ofrece muy buenos talleres y siempre les digo a los chicos que aprovechen, que hay muy buenas carreras para poder formarse acá en el barrio”, señaló.Un espacio de encuentro Dos veces por semana de 15 a 19 funciona el taller de decoración, coordinado hace nueve años por Elvira Tarnoski. Participan quince mujeres que trabajan codo a codo en dos grandes mesas ubicadas en el centro de un salón que por la mañana es usado por los estudiantes del taller de Electricidad.“La idea es venir a trabajar, aprender las técnicas de decoración, pero lo importante también es que nos juntamos un grupo de personas, hacemos catarsis, las alumnas tienen un espacio que es para ellas donde también descansan de sus hijos, se despejan del trabajo y de las cosas cotidianas de la casa”, indicó la docente. Una de las claves es el reciclado y restauración de objetos. Relojes, cajas de madera, joyeros, centros de mesa, todos pasan por las manos de estas mujeres que los transforman con un estilo que combina colores y creatividad. “Es muy lindo porque aprendemos la técnica y después todas opinamos, aportamos ideas, usamos la computadora para ver diseños”, indicó Gisell, una de la estudiantes.Norma (42) es del barrio y tiene cuatro hijos. “Me gusta el taller porque aprendemos a reciclar objetos para decorar la casa. Yo busco todo lo que iría a la basura y lo traigo”, destacó. En efecto, la latas de todos los tamaños, tubos de papel higiénico, potes de helado, entre otros, se transforman en objetos decorativos y con utilidad para la casa, e incluso en los clásicos centros de mesa y souvenires de cumpleaños. Hasta ahora no se animaron a vender, pero la profesora asegura que si toman la iniciativa “van a vender todo”. A fin de año mostrarán sus producciones en la exposición anual del ITEC.





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