POSADAS. De palabra está todo arreglado entre Emsa y el Sindicato de Luz y Fuerza para que hoy se firme el acuerdo en el Ministerio de Trabajo por las deudas salariales de la empresa con los trabajadores. Luego del plenario de delegados de toda la provincia, realizado el viernes pasado, el gremio acordó de palabra con la empresa el pago de la deuda por Bonificación Anual Extraordinaria en doce cuotas. Esa deuda es de los años 2011 y 2012 y equivale a unos diez sueldos para cada trabajador. Además se aceptó el pago de horas extra en seis meses y vacaciones en tres.El gremio tenía otros intereses económicos, que no incluían al grueso de los trabajadores, como la deuda por aportes gremiales, aportes a la mutual y otras cuestiones que beneficiaban solo a la conducción gremial. Con estos pedidos no hubo acuerdo ya que la empresa está virtualmente quebrada y no se mantiene con los fondos de recaudación propia, sino que necesita constante asistencia económica de la provincia.Además el Sindicato de Luz y Fuerza pretendía manejar las recategorizaciones del personal y la introducción de más empleados a planta permanente, entre otros pedidos que la empresa consideró “imposibles de aceptar”.Además, fuentes del gremio reconocieron que hubo un mensaje enviado de la cúpula de la Renovación al sindicalista para que “baje” sus ambiciosas pretensiones debido a que su actitud estaba complicando la paz que el Gobierno pretende instalar durante todo octubre, en la previa de las elecciones legislativas del 27.Cachilo Rodríguez mantuvo excelentes relaciones con Sergio Ferreira durante los últimos dos años, pero repentinamente torció el rumbo de la relación y se puso al frente de los reclamos. En el gremio dicen que fue “presionado” por los trabajadores y no pudo mantener su doble juego de “amigo” de la empresa y defensor de los trabajadores, y por ello decidió optar por el papel que tanto rédito político y económico le rindió en los últimos veinte años.Más allá de que algunos consideran positiva la gestión gremial de “Cacho”, los más memoriosos recuerdan que la empresa tenía los números mucho más ordenados y no había deudas con los trabajadores antes que Rodríguez fuera presidente. Le atribuyen a él el inicio de las deudas con los trabajadores. “Cachilo fue el que empezó a pagar las deudas en cuotas, antes de que él fuera presidente, en el gobierno de Ramón Puerta, la empresa estaba al día con los trabajadores, las deudas empezaron con Cachilo y nunca se levantaron”, recalcó un añejo empleado de Emsa.Para cuando la empresa termine de pagar este acuerdo, ya tendrá caso dos años más de deuda de las BAE. El gobierno de Closs está al tanto de las carencias económicas y también de los factores que lo causan, y justamente considera que uno de ellos es la influencia negativa que tuvo Cachilo Rodríguez en los últimos veinte años en la situación financiera de la empresa.Emsa podría funcionar con 700 empleados y posee casi 2.500 entre contratados, empleados de planta y locación de servicio. Además, genera cientos de trabajadores ociosos tercerizando la mayoría de las obras que podría encargar al personal de la empresa. Casualidad que la mayoría de las obras tercerizadas, por varios millones de pesos, terminan en manos de las mismas empresas privadas, muy cercanas a los principales cabecillas del gremio de Luz y Fuerza.Así las cosas, en el Gobierno consideran que un “rescate financiero” a la empresa será muy difícil de tener resultado mientras Rodríguez siga teniendo la influencia que tiene en la empresa. Pero también recuerdan lo mal que le fue a Héctor López Ricci, ex presidente, cuando intentó enfrentarlo y no tuvo el respaldo de la conducción política del Gobierno.





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