BUENOS AIRES (NA). La paciencia de los empresarios brasileños por las trabas a las importaciones que dispuso Argentina está “llegando al límite”, ya que esas barreras comerciales generan un “perjuicio muy grande” en el vecino país, aseguró un directivo de la Federación Industrial del Estado de San Pablo (FIESP).“El Gobierno brasileño tiene una política de paciencia estratégica con Argentina, pero desde el punto de vista de los empresarios la paciencia está llegando a un límite”, afirmó el presidente del Consejo de Comercio Exterior de la FIESP, Rubens Barbosa, quien tildó de “ilegales” a las barreras y advirtió que el Mercosur está “muerto” desde el punto de vista económico comercial, porque “no genera ningún dólar”.El líder industrial sostuvo que “el Gobierno brasileño no quiere crear ningún problema” a la administración nacional que encabeza Cristina Kirchner, pero insistió en que “hay un perjuicio muy grande” para los empresarios del vecino país, quienes el año pasado perdieron -según dijo- el 20% de sus exportaciones por trabas en la aduana argentina.Las barreras a las importaciones dispuestas por la Casa Rosada, en un intento por preservar la industria doméstica, especialmente a las Pyme, y cuidar la balanza comercial se han convertido en uno de los temas principales de cada agenda bilateral cada vez que funcionarios de los dos grandes socios del Mercosur se reúnen.La semana pasada incluso, en la primera visita oficial al país del nuevo canciller brasileño, Luiz Alberto Figueiredo, se entrevistó con su par argentino, Héctor Timerman, y además con Cristina, a quienes le manifestó la preocupación -y el malestar- que existe en Brasil por las trabas.En declaraciones a la prensa de su país al término de ambos encuentros, Figueiredo sostuvo que las barreras aduaneras dispuestas en Argentina amenazan con “contaminar” el comercio bilateral en su totalidad y advirtió que “cuando hay obstáculos al comercio, las partes terminan buscando otros socios”.“Los empresarios (de Brasil) tenemos una mirada de gran preocupación porque los problemas se acumulan y no se ve una solución a corto plazo. Las trabas siguen aumentado. El canciller brasileño mantuvo reuniones en Buenos Aires, pero terminó sin ninguna perspectiva de solución”, afirmó Barbosa.





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