SAN VICENTE. Juan Skowronski, conocido como el “padre Juancito”, párroco de la parroquia San Vicente de Paul, dejó de existir el sábado pasado, luego de un mes y medio de permanecer en terapia intensiva en una clínica de la capital provincial.El domingo 4 de agosto, a media tarde, se disponía a visitar dos capillas de las colonias de la Capital de la Madera para oficiar la santa misa y tuvo un ACV. Fue trasladado de inmediato a Posadas, pero no pudo recuperarse. Tenía 74 años. Sus restos son velados en la parroquia San Vicente de Paul y Virgen del Perpetuo Socorro y serán inhumados hoy, a las 11, en el espacio reservado a la Congregación Redentorista de Misiones en el cementerio local.De la ceremonia participarán religiosos de distintos puntos de la provincia y el país; además de la población sanvicentina, que acudirá en reconocimiento por la labor del sacerdote en los últimos cinco años que estuvo en esta ciudad como párroco.Labor evangelizadoraSkowronski era oriundo de Polonia. Estudió para sacerdote y apenas se ordenó eligió a América Latina como destino. Junto a otros sacerdotes jóvenes y recién recibidos, se embarcó hacia este continente y fue encomendado para trabajar en Brasil, donde la Congregación Redentorista tiene una de sus Viceprovincias. Trabajó muchos años en Dionisio Cerqueira y Curitiba.En la República Argentina estuvo asignado en San Vicente en dos oportunidades como párroco, en la ciudad de Posadas y en Villa Ángela, Chaco, donde inició el trabajo de promoción vocacional que encaró esa orden religiosa. Con su incansable trajinar logró que muchos jóvenes optaran por dedicarse a la vida religiosa. Muchos de los sacerdotes redentoristas se decidieron por esa carrera gracias a su trabajo.El padre Jorge Maniak hizo todo el seminario con Skowronski y vinieron juntos a América, lo consideraba “un hermano de la fe y de la vida”, ya que en varias oportunidades compartieron el trabajo y los atriles religiosos.“Con él siempre estuvimos muy unidos más allá del sacerdocio. Nuestras familias siempre estuvieron muy lejos y nos teníamos el uno al otro, al igual a otros hermanos sacerdotes que estudiamos juntos y vinimos a este continente a trabajar”.Cumpliría cincuenta años desacerdocio el año que vieneEl párroco Jorge recuerda a su amigo, el padre Juan, de esta forma: “Siempre se destacó como una persona con mucha iniciativa y muy inquieta, desde que éramos seminaristas. Aparte tenía talento como músico y vocalista y siempre prevaleció por tener alma de líder en el grupo. Fue un excelente religioso, que dedicó casi cincuenta años de su vida a Dios y a los demás. Como a los que escogimos venir a América Latina a él también le tocó evangelizar en lugares muy alejados de las ciudades. Pero siempre tuvo la vocación de llevar la palabra de Dios a todos lados. Era su forma de evangelizar”. Juan Skowronski, en mayo del año que viene, iba a cumplir cincuenta años de sacerdocio. Tenía previsto viajar a su país natal a festejar con sus familiares. Murió en medio de la Novena por el Patrono de San Vicente de Paul, que él mismo había organizado antes de enfermarse.




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