QUITO, Ecuador (AFP-NA). El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, llamó ayer a un boicot mundial contra Chevron, al lanzar una campaña para denunciar el daño ambiental en la Amazonia atribuido a la petrolera estadounidense, que pactó con la estatal argentina YPF para explotar Vaca Muerta, al Norte de Neuquén y Sur de Malargüe. “Las herramientas que vamos a utilizar para combatir a Chevron son la verdad y el llamado a la solidaridad de los ciudadanos del mundo para no comprar los productos de Chevron”, sostuvo el mandatario al lanzar la campaña “La mano sucia de Chevron”. Correa acudió a la localidad de Agua Rica, en la provincia amazónica de Sucumbíos (norte), donde la petrolera Texaco -adquirida por Chevron en 2001- operó entre 1964 y 1990, y hundió su mano en una de las piscinas de desechos del área en las cuales aún hay presencia de petróleo. “Por ahorrarse unos cuantos dólares, Chevron usó las peores técnicas de extracción. Hay cerca de mil piscinas como esta en nuestra Amazonia y jamás fueron remediadas, simplemente ocultadas con una capa de tierra para engañar al Estado ecuatoriano”, indicó el presidente alzando una mano empetrolada. La empresa sostuvo en un comunicado que Correa “ofrece un relato distorsionado e incorrecto de la historia de estos campos petroleros y de quien es responsable por el impacto ambiental presente”. Chevron argumenta que la contaminación y limpieza de las piscinas de crudo en Agua Rica es responsabilidad de la estatal Petroecuador. Tras su salida del país, en 1990, comunidades indígenas de Ecuador demandaron a Texaco por contaminación ambiental. En 2012, Chevron fue condenada a pagar 19.000 millones de dólares, pero el fallo, considerado fraudulento por la empresa, aún debe ser ratificado por el máximo tribunal ecuatoriano.





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