POSADAS. Sabía que lo buscaban y por eso decidió escapar. A 338 kilómetros de Posadas, en Comandante Andresito, pensó que no lo encontrarían. Sin embargo, el joven de 21 años acusado de violar a un menor de quince en el anfiteatro posadeño, en medio de un presunto rito satánico, finalmente fue detenido el último sábado por la Policía.El sospechoso permanecía prófugo desde mediados de abril, cuando el caso saltó a la luz y fue publicado en exclusiva por PRIMERA EDICIÓN. En ese momento el magistrado Marcelo Cardozo, al frente del Juzgado de Instrucción 1 de Posadas, había ordenado su captura, que demoró cinco meses, hasta que los uniformados finalmente pudieron dar con su paradero.El joven permanece ahora apresado a disposición de la Justicia junto al otro involucrado en la causa, un hombre de 35 años que fue apresado unos quince días después del episodio y seguía ayer tras las rejas.Ambos eran “trapitos”: se dedicaban a cuidar o lavar automóviles en la zona para ganarse la vida, aunque desde que se radicó una denuncia en la Fiscalía de Instrucción 1, a cargo de la doctora Amalia Benedicta Spinatto, los dos desaparecieron del Parque Paraguayo de la capital provincial.Sucedió en “La guarida”Todo sucedió, según se cree, durante la segunda semana de abril en “La guarida”, una zona oscura emplazada en la parte baja del anfiteatro posadeño Manuel Antonio Ramírez, a metros de la avenida costanera.En ese lugar, el niño de quince años habría sido reducido y sometido a las perversas intenciones de los dos “trapitos”, de 21 y 35 años, acostumbrados a deambular por la zona del Parque Paraguayo y conocedores de los menores que mendigaban por el lugar.Las hipótesis son varias, aunque todo indica que el hecho sucedió en medio de un supuesto ritual satánico que sirvió también como una suerte de “venganza”. Es que parte de los investigadores sospecha que la violación fue también un “ajuste” de uno de los mayores hacia el adolescente, que aparentemente lo había señalado días antes ante la Policía como el autor de un robo.El inarrable episodio habría tenido además como testigo a otro niño, de nueve años, y a dos o tres mayores que contemplaron la escena sin intervenir.Después de vivir esa pesadilla, el propio adolescente decidió acercarse hasta la Fiscalía y radicar una denuncia. La declaración del menor en Cámara Gesell fue contundente, así como la del niño de nueve años, que también fue sometido a ese procedimiento. Los exámenes médicos y otra serie de evidencias terminaron de confirmar la denuncia y cerrar la investigación alrededor de los dos involucrados, por lo que el juez Cardozo ordenó la detención urgente de ambos.El primero de ellos, de 35 años, cayó a fines de abril y desde entonces permanece detenido. El joven de 21, en tanto, desapareció de la capital provincial y recién el sábado fue detenido por efectivos de la comisaría de Comandante Andresito, donde se había “refugiado” hasta que “las aguas se calmaran”.Después de cinco meses en el anonimato, ayer por la mañana ese segundo apresado finalmente fue llevado por las autoridades ante Cardozo. En declaración indagatoria, intentó desvincularse de los gravísimos episodios al asegurar que no se encontraba en Posadas en ese momento.Luego de algunos minutos, fue trasladado nuevamente tras las rejas, donde permanecerá hasta que la Justicia determine qué grado de responsabilidad le cabe en los hechos que se le imputan.





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