SAO PAULO, Brasil (enviado especial). “Principales afirmaciones del Encuentro Nacional de Afectados por Represas” se titula el documento que se redactó al final del simposio popular de cuatro jornadas que se realizó entre el 2 y el 5 pasado en esta ciudad brasileña, con casi 5 mil participantes de todo el continente. Uno de los puntos de ese documento, señala como “línea estratégica a seguir en el próximo período”, una instancia sostenida como “refuerzo en la construcción latinoamericana del Movimiento de Afectados por Represas y del Foro Latinoamericano y Caribeño de la Energía”. Ambos espacios citados ya se encuentran en construcción y buscarán expandirse, hasta afianzar el despliegue territorial que permita impulsar a nivel continental, las discusiones y lineamientos que se pretenden abordar de esas construcciones colectivas: el fortalecimiento de la lucha contra la construcción de mega represas hidroeléctricas (por sus elevadas consecuencias sociales y ambientales) y la puesta en debate de nuevas formas de concebir la generación y el consumo de energía (imponiendo el control popular). En este sentido, el encuentro conjugó la presencia de afectados, militantes e intelectuales de diversas regiones del Brasil y de otros puntos de Latinoamérica. A continuación, un repaso por algunas de estas voces, para apreciar las dinámicas de crecimiento, de una lucha en expansión, contra las represas. Una nueva política energéticaAsesor de organizaciones sociales en Brasil, autor de más de cincuenta libros y considerado uno de los máximos exponentes de la Teoría de la Liberación, el teólogo Carlos Alberto Libânio Christo (más conocido como Frei Betto), pasó por el Encuentro Nacional de Afectados por Represas. “El sistema energético actual de Brasil beneficia a intereses extranjeros y afecta a la propia comunidad brasileña”, sostuvo Frei Betto, para quien “no estamos contribuyendo para el desarrollo del país, sino que estamos destruyendo el medio ambiente, afectando seriamente a las poblaciones, humildes, necesitamos una nueva política energética, con distribución de la riqueza y control popular”. Al referirse a la situación de los afectados por represas en Brasil, el teólogo manifestó que “a pesar del lucro extraordinario que obtienen las constructoras de represas, se sigue indemnizando muy mal a los afectados y atropellando sus derechos” e insistió en la necesidad de “redoblar esfuerzos para que la energía sea sustentable, pero sobre todo para que sea para el pueblo, no para las grandes empresas, con tarifas bajas y sin afectados que se quedan afuera del sistema”. Estudio sociológico amenazados Cecilia Zarta es socióloga, vive en Porto Alegre y acudió para robustecer y compartir una investigación académica que viene llevando a cabo acerca de distintos aspectos de la población ribereña amenazados por Garabí y Panambí. “Estoy haciendo una investigación sobre conflictos ambientales, un estudio de Desarrollo Rural de la Universidad Federal de Río Grande do Sul”, explica Zart. La investigadora observa que “una cosa que parece estar clara es que, tanto en este proceso que estoy acompañando y en otros de otras represas en Brasil existe falta de información. Los afectados no tienen información para decidir o hacer algún pronunciamiento sobre cómo proceder en relación a un proyecto de inminente acontecer en su región. Y eso vale también para las intendencias, que parecen no tener acceso a la información, porque no parecen saber con certeza los detalles de los planeamientos. Aún así, los municipios tienen más poder que los afectados para acceder a esas informaciones. Sobre todo los campesinos tienen mayores dificultades para acceder a estas informaciones”.“Con las represas se favorece el lucro y se afecta al pueblo”El Encuentro Nacional contó con la presencia de una delegación de militantes y músicos venezolanos (que brindó un concierto memorable en la segunda noche), que pudo participar de todo el desarrollo del cónclave. Uno de los integrantes de la delegación fue Williams García, quien explicó que “nos trae ese sentimiento que nos embarga de soberanía resplandeciente de la patria de Bolívar. Donde hay alguna lucha, donde haya pueblo oprimido, estaremos acompañando los venezolanos. Traemos un rotundo apoyo a esta lucha de los afectados”. Para Williams, la lucha de los afectados por represas para el reconocimiento de sus derechos o para evitar que se construyan más represas que les cambiarán la vida para peor, “es parte de la lucha histórica de poderosos contra pobres y el Estado se presta para que desde las trasnacionales dominen de manera directa a los pueblos. Por eso el MAB, advirtiendo eso supo convertirse en un movimiento de referencia para estas luchas”. El representante venezolano agregó que “las represas son hechas por empresas poderosas, pero con capitales públicos, con dineros del pueblo; debería ser para que esa energía llegue al pueblo como un derecho, pero se termina favoreciendo el lucro con la venia del Gobierno y se le cobra la energía al pueblo como si estuvieran en Europa. Encima, se destruye el ambiente y se expulsa a las comunidades locales, que quedan sin chances de poder desarrollarse”. Entre las tarifas más caras del mundo“Los estudios basados en la objetividad de los datos reales, son contundentes con respecto al modelo energético basado en la generación a partir de represas hidroeléctricas en Brasil: existen 231 grandes represas funcionando, pero el brasileño paga una de las cinco tarifas de energía eléctrica más caras del mundo”, apuntan desde el Movimiento de Afectados por Represas (MAB), dando cuenta del planteo ¿a quién beneficia el modelo energético de las represas?Gilberto Cervinski, miembro de la coordinación nacional del MAB, explica que “los brasileros en nuestras casas pagamos nueve veces más cara la tarifa de luz que lo que pagan las grandes empresas por megawatt consumido. Ejemplo de eso es Alcoa, una de las mayores empresas de aluminio del mundo. Absolutamente todos los costos de la energía las paga el pueblo para maximizar las ganancias de las mega empresas”. En Brasil, esta contradicción evidente se observa con total nitidez en estados como Minhas Gerais. Allí, la cuenta de luz es la tercera más cara del mundo, según información oficial del MAB. “En Minhas Gerais, pese a las represas que fueron construidas y las que se quieren hacer, la energía es un robo, porque se piensa la energía como un
a mercadería para vender a altos costos y lucrar con dineros de la población”.





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