POSADAS. Aportan diversas documentaciones, como partida de nacimiento, libretas cívica y de enrolamiento, fotos de cumpleaños, algo que posibilite identificar el lugar y que pueda servir como prueba de que realmente están ahí desde hace mucho más que veinte años. Son los vecinos del barrio San Roque González, que relatan sus historias en el lugar, como doña María cuyo marido llegó para hacer la colimba y se quedaron definitivamente allí donde hoy se levanta su casa, o don Lidubino Noguera, que creció jugando en la canchita que había en la zona… Están los hijos del ya fallecido e histórico vecino don Rojas, Andino, Margarita y muchos más que se juntaron para defender lo que dicen les pertenece ante lo que consideran una injusticia, “ser tratados como intrusos, que no lo somos, y que encima nos amenacen con dejarnos directamente en la calle”, resalta Noguera, mientras el resto escucha atentamente cada frase suya y asienten con la cabeza.El sitio en litigio se concentra en el espacio donde comienza la calle Roque González, al costado del anfiteatro Manuel Antonio Ramírez y la Angel Acuña, que pasa por enfrente de la capilla, abarcando las chacras 214 y 215. “Entre los argumentos de los quieren que nos vayamos, dicen que la calle Rocha pasa acá en el medio, donde hay casas y un pasillo, pero eso es relativamente nuevo, antes nunca existió una calle”, expresó Noguera.En los documentos a los que pudo acceder PRIMERA EDICIÓN, la chacra 215 fue adjudicada y transferida por decreto al Instituto Provincial del Seguro (IPS) que está en liquidación, en 1987, pero nunca hizo posesión del mismo. La capilla San Roque González incluso también ocuparía parte de la vereda de la calle Rocha, autorizado en su momento por la propia Municipalidad.“Hace 60 años todo esto era la ribera del río y se fueron vendiendo y transfiriendo, de generación en generación los terrenos”, indicaron. Sobre la Roque González en lo que sería la intersección con calle Rocha, vivía una pareja desde hace varias décadas atrás, eran los Rojas, quienes “tenían un boleto de compra y venta, pero un día vino una abogada, que según nos dijeron trabajaría en la justicia y les hizo firmar un documento que decía que ellos eran solamente ocupantes. Mi papá estaba viejito y realmente no sabía qué firmaba, después lo desalojaron, quedó en la calle, terminó enfermándose y se murió. Esa gente se adjudicó el terreno y hoy llamativamente un familiar de esa abogada quiere hacer un edificio acá”, indicó uno de los hijos del ya extinto vecino.El punto neurálgico, que consideran los vecinos que está provocando este pedido de desalojo es que “como quieren construir el edificio no es lo mismo si estamos nosotros a que se libere la supuesta calle, porque así tendrán dos ingresos. Además acá ya pasó que se desalojaron por la fuerza otros terrenos de vecinos de años porque decían que eran fiscales y terminaron construyendo chalets de tres plantas a los poquitos meses. Nos sobran ejemplos de quienes crecimos en esta zona para saber que nos quieren correr para beneficiar a algún privado, ni siquiera para el municipio”, indicó César Rojas.IntimacionesLos vecinos de San Roque González reconocen que recibieron intimaciones municipales para desalojar, incluso resistieron al mismo desde la época en que Jorge Brignole era intendente. “Lo peor es que nadie de la municipalidad se sentó a dialogar con alguna propuesta seria. Acá hay casas precarias pero también otras de material, con mejoras importantes no es una villa”, indicó Mirta Vera, otra de las vecinas afectadas.El juicio de desalojo lleva el número 9230/08 que está en el Juzgado Civil y Comercial 6, a cargo de la doctora Carmen Carbone.“A nosotros nos llega como que está todo arreglado por varias partes, por eso es que se ordenó el desalojo. Nosotros tenemos una abogada que nos está representando y de a poco vamos entendiendo también toda esta maraña legal, nos mantiene al tanto y eso nos sirve para defender esto que es nuestro. Inlcuso nos mencionó que hay una ordenanza, la 205, que en caso de desalojo de un espacio público previamente debe haber una indemnización y relocalización, pero ni siquiera eso contemplan”, destacó a su turno Margarita de Olivera, otra de las afectadas y que reside en la chacra 215.El pasillo serpentea de punta a punta y en el recorrido se observan casas de material y otras de madera, casi todas provistas de luz “solidaria”, agua que llega desde una canilla principal -desde la Angel Acuña-, con la impactante vista del río Paraná y la costa de Encarnación.“Acá hay hasta bisnietos de quienes vivieron en estos terrenos. Entonces nos parece una injusticia total cuando hablan de igualdad. Antes se le daba la espalda al río y de repente cuando se construye la costanera pasamos a ser intrusos. Así como lucharon nuestros padres en plena época de la dictadura nosotros con el mismo fervor vamos a defender nuestros derechos, resistiremos porque no pueden venir a quitarnos algo que siempre fue de los vecinos”, señaló César Rojas.“Tengo 58 años e hice la primaria en la escuela San Roque. Mi familia ya vivía acá. Hicimos mejoras, participamos en actividades sociales para el barrio y toda la comunidad. No somos delincuentes ni nada por el estilo. Ahora quieren inculcarnos que esto es una calle y nunca transitó ningún vehículo”, apuntó Lidubino Noguera y agregó que “ hasta recuerdo que cuando éramos jóvenes nos habían aconsejado las propias autoridades de ese momento que mejoremos nuestras viviendas, nos dieron una mano, pero ahora nos quieren sacar a toda costa”.




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