OBERÁ. La figura de Gustavo “Tati” Milano impone respeto. No solo por los dos metros de estatura que carga el rosarino de 52 años que ahora vive en Esperanza (Santa Fe), sino también por la experiencia que cosechó durante la carrera como segunda línea en Jockey Club, en Europa y en Los Pumas. La primera sensación, al escucharlo, es clara: líder, motivador, entusiasta, simple y que sabe muy bien la función que cumple. “Soy Tati, no Gustavo, Tati nomás”. Así se presentó ante el numeroso grupo de jugadores, estudiantes, profesores, dirigentes y aficionados que fue al complejo Ian Barney a escucharlo en la clínica que ofreció en Oberá. Y hay una cosa más que es evidente. La pasión que tiene. Y es esa pasión que siempre expresan aquellos que hacen lo que les gusta. Y él no es la excepción. “Si no es así, no se hace, es un rol especial que muy poca gente la conoce, ser Oficial de Desarrollo (NdR: de la Unión Argentina de Rugby) no es ser ni un entrenador, ni dirigente, ni jugador. No tenés club, te debés a todos, dejás tu club en el armario y te tiene que encantar, sino durás un mes o un año, y estoy en esto hace 20 años, a veces con más apoyo, otras con menos, algún tiempo solo…” “El tesoro más grande que tiene hoy el rubgy argentino está tierra adentro, bien escondido en localidades como Oberá y muchísimas más que poco a poco tengo el honor de conocer. Es ver todo lo que se puede crecer y todo lo que se puede seguir para arriba, en número y en calidad de juego, incluyendo a las mujeres”, afirmó. Y si él lo dice, que venía de Tafí del Valle, Crespo y luego siguió rumbo a Mercedes (Corrientes), así debe ser. “Hay un rugby histórico en las grandes capitales que está pero lo veo amesetado. En cambio acá, como pasa tierra adentro, recién empieza, aunque tengan ya muchos años, pero recién ahora hay un principio de atención, aunque el mérito y el esfuerzo es el 99% de los que trabajan día a día”, agregó. Su función específica“Escucho necesidades, experiencias, para trasladarlas a otras localidades parecidas, en especial en promoción y difusión del juego, como captar más jugadores y retenerlos. Más que de capacitación, la actividad es más de difusión y promoción”, indicó Milano.“Apuntamos a motivar, difundir, porque necesitamos llegar a todas las familias de Oberá y Misiones que aún no se han acercado al rugby. Por eso invito a que las madres se saquen las dudas desde adentro y acerquen a los chicos al rugby, porque vamos a educar. Primero está la familia, también la escuela y después venimos nosotros para reforzar”, fundamentó.“El rugby es una escuela de vida y de educación, de respeto. No venimos a detectar jugadores, venimos a atender a esta enorme cantidad de chicos, jugadores, profesores, a darles una mano, a dejarles algún estimulo extra que bien lo necesitan los que están todo el día acá con los chicos”, completó.





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