POSADAS. Un gendarme que prestaba servicios en el Escuadrón 50 de esta ciudad era detenido en la localidad uruguaya de Canelones con un cargamento de 323 kilos de clorhidrato de cocaína, en noviembre de 2010. Ahora se estableció que un camarada de armas, arrestado el lunes 12 de agosto en San José con sesenta kilos de la misma sustancia alucinógena, tenía vinculaciones con aquel cargamento.El dato no es menor, amén de que los otros siete detenidos podrían pertenecer a la misma organización ligada al narcotráfico internacional.Y no es menor por la función que desempeñaban los gendarmes en la estructura operacional de la red internacional, la de intervenir activamente en los controles de ruta para evitar que la droga fuera interceptada por alguna de las fuerzas federales.En medio de la investigación, orientada por el Juzgado Federal de Posadas, a cargo del magistrado Ramón Claudio Chávez, el cruce de versiones es tremendo.Por un lado, se habla de una inminente redada que podría terminar en el allanamiento de distintas propiedades en Posadas y a la detención de importantes empresarios ligados al rubro automotor.Por otro, distintas fuentes aseguraron que, detrás de estos ocho detenidos, que forman parte de un minúsculo eslabón dentro de la organización, hay “peces grandes” a los que nadie estaría dispuesto a sacar de sus casillas, como se dice popularmente.Lo único que puede decirse en estos casos, es que el tiempo tendrá la última palabra.Por lo pronto, todos continúan privados de su libertad en una causa que podría llevarlos a prisión por largos años.Están acusados del delito de “tenencia y transporte de estupefacientes con fines de comercialización”.El procedimiento marcó un golpe histórico al narcotráfico internacional con una incautación de cocaína inédita en la lucha contra ese flagelo en la provincia.Pero lo más preocupante trascendió después: de que Misiones es la nueva ruta para el transporte de drogas duras hacia los grandes centros urbanos y el exterior.





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