POSADAS. Luego de cuatro años de actividad con su grupo Electrohope y mientras se encuentra en medio de la post producción de su DVD en vivo en el Teatro Vorterix, registrado a fines de 2012, Javier Malosetti se presenta en bajo, guitarra y voz con su nuevo cuarteto denominado “JM4” compuesto por el tecladista jujeño Mariano Agustoni, que trabajó en ocasiones con el bajista Jeff Berlin, el baterista Javier Martinez Vallejos, quien integró la banda de Gillespi por varios años y el bajista y percusionista de Electrohope Damián Carballal.Misiones lo volverá a escuchar el próximo viernes 23 de agosto, a las 22, en el auditorium del Instituto Montoya. Las entradas están a la venta en boleterías del Montoya.Esta gira por el Litoral 2013 con el “JM4” lo llevará el jueves 22 de agosto a Las Breñas (Chaco), el viernes 23 a Posadas (Misiones), sábado 24 Casa de las Culturas, Resistencia (Chaco) y el Teatro Italia de Formosa.Javier Malosetti es parte de una estirpe musical referencial en el país. El sonido que logra con esta nueva formación lo vuelve a posicionar en una búsqueda musical dispuesta a rescatar el verdadero sabor de “las viejas cosas” como darle un toque de distinción y una clásica, pero nada inocente, modernidad. Lo de Malosetti tiene cumbres de tremenda inspiración y espontaneidad. Se la puede definir como una música con buen humor.Como buen hijo del más grande guitarrista del jazz, Walter Malosetti, se cuelga de la viola con notable exquisitez. Por supuesto es un bajista genial con notas de stand up. Un niño que explora instrumentos sobre el escenario, da que todos le suenan bien. Hablando de su nueva banda el mismo Malosetti dice que clavó un paréntesis con Electrohope y formó “JM4”, un cuarteto que le permite bajar los decibeles. Pero sólo un poco, aclara. El cuarteto marca una nueva posta en su derrotero. Un poco más desenchufada y asociada al jazz. El toque de Mendoza, dice, marca el debut del proyecto. “Será la primera vez que tocamos en público. Estamos en ese momento idílico; de enamoramiento, tanto de la música, como de la banda. En los ensayos quedamos re ‘manijeados’; nos vamos a tomar una cerveza para seguir hablando horas del tema”, explicó Malosetti Así alineado, el talentoso cuarteto inauguró su derrotero. El gigante se colgó el bajo, probó el sonido, cerró ojos y colgó la introspección en el cielo. Como un predicador convencido improvisó un solo; “Se llama Godoy Cruz”, soltó después, con pícara demagogia. El teatro, todo: aplausos y risas. Y luego vino todo lo demás: una selección magnífica de canciones (“New world”, “Lazy”), un par de himnos del rock nacional (una de Charly y otra el Flaco, para Eduardo Pinto y Valdo Delgado) y temas instrumentales recién salidos al ruedo (“Litle Walter”, “5 AM”, “El trombón oxidado”, “New blind”). Con mucha emoción cuenta que uno de sus maestros fue su padre Walter Malosetti leyenda del jazz, “la hizo muy bien: me inculcó el amor por la música y el amor por el jazz. A partir de entonces creo que quien toca un estilo en el que la improvisación es un ítem tan importante, no se puede atar a algo toda la vida”.





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