GARUPÁ. En un ambiente tenso, declaraciones cruzadas y amenazas de desalojo, una empresa dedicada al turismo intenta hacer valer su derecho a la propiedad, y para ello pretende que un grupo de oleros, asentados en un inmueble próximo a la costanera de esta comuna, abandone el predio que ocupan desde hace algunos años, cuando la crecida del Paraná los fue expulsando de la ribera. Para hacer valer su posición de propietaria, la empresa comenzó ayer con la colocación de postes para la energía eléctrica, e inclusive ha intentado demarcar el terreno alambrándolo, pero se encontró con la férrea oposición de un grupo de humildes fabricantes de ladrillos, quienes aseguraron a PRIMERA EDICIÓN “también tenemos derechos y los vamos a defender”. “Hace dos años estamos trabajando con las olerías en estos terrenos, porque desde que Yacyretá nos dejó sin costa nos fuimos trasladando para poder trabajar en una actividad que muchos de nosotros realizan hace más de veinte años”, contó Mario Celestino Centurión, uno de los afectados.El hombre relató que el reclamo para que abandonen la propiedad ocurrió hace una semana, y hasta ahora “todo se hizo de forma verbal, nos dijeron que estos terrenos son privados y que debemos irnos. No tenemos donde así que nos queda esperar nomás. En mi caso, vivo en la olería, así que no sabemos qué va a pasar”, suspiró el anciano.Clima tensoEn toda la zona afectada por el intento de desalojo se encuentran unas 16 olerías. La mayoría de los trabajadores no vive allí con sus familias, pero las precarias fábricas de ladrillo son sus únicas fuentes de ingreso. “La EBY nos quiso mandar a la mayoría al barrio San Isidro, pero allá no tenemos donde trabajar. Incluso aquí ya nos está faltando la tierra que tenemos que mandar a buscar. En diálogo con medios digitales, otros oleros afectados explicaron que ayer se colocaron algunos postes para el tendido eléctrico en los terrenos reclamados, y que los amenazaron con que “si no salíamos por las buenas, saldríamos por las malas”, dijeron. Las tierras en disputa aparentemente fueron adquiridas por Yajola Sociedad Anónima, una empresa de Iguazú que se dedica a emprendimientos turísticos que quiere hacer pie en ese municipio por medio del servicio de paseos náuticos.





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