POSADAS. “Yo esperaba poder terminar bien, sin violencia. Terminé con un cable alrededor del cuello. Yo trataba de sacármelo pero su fuerza era muy superior a la mía. Me pegó con una piedra, no una vez, unas cuantas veces, hasta que quedó un charco con sangre. El creyó que me podría haber muerto y me metió en el baúl del auto”. Este es el testimonio de Ivana Rosales, quien en 2002 fue brutalmente golpeada por su marido, Miguel Garoglio que luego la trasladó desde Neuquén a un pueblo cercano y la enterró viva, creyendo que estaba muerta. Tras ser rescatada Ivana estuvo dos meses en coma, con el cráneo fracturado y el rostro destruido. Luego, sin defensa legal, fue acusada de infiel para justificar que su ex pareja la quisiera asesinar. Martín Gallardo, el juez que siguió la causa la obligó a que ella misma llevara a sus hijos a visitar a su padre, un hombre que la había golpeado buscando su muerte, y que aprovechó estas visitas para abusar sexualmente de Ivana.Lo descabellado del proceso judicial y la brutalidad de los episodios que vivió esta mujer son el eje de “Ella se lo buscó” documental de la realizadora audiovisual cordobesa Susana Nieri, que se presentó anoche en el Festival de Cine Oberá en Cortos y el jueves en el Paseo La Terminal de Posadas. El trabajo que aún no se estrenó en el circuito comercial, se preestrenó en Bariloche el 25 de noviembre de 2012, día mundial de la erradicación de la violencia contra la mujer. Cine y compromiso social“Me interesa tocar temas de género porque es algo que me preocupa, la mujer es la que sufre la violencia en su cuerpo, la violencia física, simbólica, o un embarazo no deseado”, señaló Nieri en diálogo con PRIMERA EDICIÓN, quien en 2006 había abordado la problemática de embarazos para el documental “El toro por las astas”.“A partir del testimonio de Ivana, el documental desarrolla tres ejes principales que tienen que ver con la reproducción social de la violencia de género. Uno es la relación del Estado y sociedad y las políticas de prevención y concientización, que por ahora son insuficientes; la responsabilidad de los medios masivos de comunicación, y su rol en la reproducción de estereotipos de mujer; y el rol de la Justicia”, indicó. En efecto, estos tres ejes ocupan tres de los seis capítulos del documental, y mediante la voz de especialistas y funcionarias se pone de relieve que la violencia de género “no es una moda, no es algo que sucede porque sí, sino que está sostenida por un montón de pautas culturales, estereotipos y una justicia sexista, que juzga a la victima en vez del victimario”, destacó.Lo que cada proyección deja“La idea de la película es generar debates para sensibilizar a la población, para cambiar este sistema patriarcal en que estamos metidos”, dijo Nieri. En efecto, la presentación del documental siempre está seguida de charlas y debates entre los y las participantes. En ellos, las mujeres, muchas de las cuales son víctimas, sobrevivientes de violencia por parte de sus parejas, cuentan sus historias, lo que han sufrido “por el solo hecho de ser mujeres”, lo que sufren sus hijos, y la desprotección desde el Estado. “Muchas se sienten identificadas con Ivana, porque han ido a denunciar violencia familiar y después de hacerlo, en muchos casos ha sido peor porque quedan expuestas a que el marido agresor vuelva a golpearlas o abusar sexualmente, a que sus hijos vean o también sean víctimas de brutales golpizas”. Las investigaciones sobre violencia de género involucran no sólo a las mujeres y madres. Los hijos sufren graves consecuencias psicológicas y/o físicas, incluso la muerte. Se denominan “femicidio vinculado” por ser una muerte como consecuencia de la violencia de género. Y así Ivana y Susana caracterizan la muerte de Mayka (17), hija de Ivana que se suicidó el año pasado porque no logró superar el trauma causado por la violencia de su padre. A ella está dedicada la película. Construir otra realidad“Hay como un indicio de querer encarar este tema -de violencia contra las mujeres desde el Estado- pero implica muchas cosas: tiene que haber un apoyo del Estado donde la mujer que denuncia violencia y sus hijos, sean protegidos. Pero eso no existe, salvo en Buenos Aires, donde está el programa -“Las víctimas contra las violencias”- que dirige Eva Giberti (doctora especialista en violencia de género); en Córdoba con el botón antipánico y un 0800 para denunciar. Pero en todo el país falta la prevención y sensibilización”, destacó Nieri.“Todas estas iniciativas -estatales- tienen que estar orientadas a construir igualdad -entre hombres y mujeres- y promover otras formas de relacionarnos, porque es muy preocupante, y hoy esa violencia se ve en los noviazgos juveniles, son relaciones muy agresivas”, dijo.“Las mujeres hemos logrado muchos cambios en muchos aspectos, pero a la masculinidad hegemónica le falta autoanalizarse como para empezar a tener otras respuestas ante esta situación. El Estado tendría que acompañar, generar estos espacios de discusión, buscando que la gente desnaturalice y empiece a cuestionar esta cultura en que la agresividad y descalificación de las mujeres por el solo hecho de ser mujeres son cosas de todos los días, y se ve todos los días en la televisión”, agregó.





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