COMANDANTE ANDRESITO. Unos 130 kilómetros recorrió el joven en pocas horas, intentando escaparle a su destino. Pero en Eldorado terminó rodeado por la Policía. Se trata de uno de los sospechosos del crimen del tarefero hallado masacrado a puñaladas en un yerbal de Andresito, cuya identidad todavía era un misterio hasta ayer.El trabajador fue hallado sin vida hace una semana en un yerbal de la zona rural de Comandante Andresito. Estaba en avanzado estado de descomposición, lo que indicaba que había sido ultimado varias horas atrás. Esa situación parecía complicar la investigación, pero los uniformados finalmente lograron dar con uno de los presuntos autores del hecho y ahora buscan a otro.Así lo confirmaron fuentes cercanas al caso a PRIMERA EDICIÓN, quienes revelaron que la víctima -que no tenía rostro debido a la actividad de la fauna cadavérica- aún no pudo ser identificada de manera fehaciente, más allá de algunos indicios.Crimen y misterioEl hecho se descubrió el último miércoles 3 de julio en un yerbal de Comandante Andresito, distante a unos tres kilómetros del casco urbano de esa localidad, sobre avenida Chile y más específicamente en el denominado lote 109.Hasta ese lugar llegó un hombre contratado por el propietario del terreno con el fin de “limpiarlo”, luego de la campaña de tarefa que había finalizado horas atrás. Eran alrededor de las 9.El sujeto, domiciliado en la zona, realizaba su trabajo cuando sintió un olor nauseabundo. A medida que fue avanzando el hedor se hizo más fuerte, hasta que finalmente descubrió el origen del mismo: debajo de una planta de yerba yacía el cuerpo sin vida de un hombre.De inmediato dio aviso a la comisaría de Comandante Andresito. Los policías recorrieron rápidamente esos tres kilómetros y llegaron a la chacra. Allí confirmaron lo que habían escuchado por teléfono minutos antes, y mucho más: el cadáver tenía profundos cortes en el pecho, coincidentes con heridas de arma blanca; una de esas lesiones, incluso, tenía una profundidad de unos seis centímetros.A medida que la revisación médica al cuerpo fue avanzando, el horror fue creciendo. Es que los detectives descubrieron también golpes brutales, escoriaciones en la espalda y otros tantos indicios suficientes como para afirmar que la víctima debió soportar una aberrante sesión de torturas.Los investigadores de la comisaría de Andresito y de la Unidad Regional V, con asiento en Puerto Iguazú, llegaron a la conclusión de que el sujeto era un tarefero que había trabajado en la última campaña de cosecha de la yerba mate que se llevó a cabo en el lugar y que había terminado horas atrás.Sin embargo, identificarlo fue y sigue siendo un trabajo engorroso, no solamente por la informalidad que aún reina en las campañas de tarefa, sino también porque la fauna cadavérica hizo desastres en el rostro del sujeto, quien además tampoco portaba documentos. Para colmo de males, la víctima habría integrado una cuadrilla que no sería de la zona.Con varios elementos y el testimonio de dos o tres personas de la zona, los policías iniciaron una profunda investigación que arrojó dos sospechosos, quienes serían tareferos que compartían la campaña con la víctima.Después de hilar fino, los policías obtuvieron nombres y lograron detener a uno de ellos, fue el viernes pasado en Eldorado, hasta donde había logrado escapar el sospechoso, que en las próximas horas será indagado por el magistrado Juan Pablo Fernández Rissi, al frente del Juzgado de Instrucción 3 de Puerto Iguazú.En tanto, la búsqueda de los uniformados continuaba anoche, ahora detrás de los pasos del segundo sospechoso, que ya está identificado, pero del que aún no se tienen mayores pistas sobre su paradero.Sobre el móvil del crimen, los policías no prefieren descartar absolutamente nada, más allá de que como teoría más potable asoma un pleito entre víctima y victimarios. De todas maneras, eso no explica la saña con la que actuaron los homicidas.El cuerpo del tarefero salvajemente ultimado fue trasladado en su momento a la Morgue Judicial de Posadas, donde se le realizó una autopsia cuyos resultados aún no habían sido difundidos a la prensa.Después, fue llevado a Puerto Iguazú, donde aún figura como NN, a la espera de ser identificado. Al respecto no hay certezas, pero todo indica que podría tratarse de un hombre de nacionalidad paraguaya, de apellido Aguirre y cercano a los cincuenta años.





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