El gobernante Frente Renovador se impuso en las legislativas del domingo, como se esperaba, aunque con un 34,49% de los sufragios, porcentaje magro en términos históricos; y 16 puntos de diferencia sobre la segunda fuerza, la Unión Cívica Radical (UCR), que sorpresivamente cosechó el 18,27% de los votos.El lenguaje seco de los números y porcentajes no alcanza, sin embargo, a pintar con suficiente claridad un escenario en el que la renovación paladea el triunfo; pero con el regusto amargo de haber sufrido derrotas resonantes en Iguazú y Eldorado, y compartir un virtual empate técnico en Posadas, en todos los casos a manos del radicalismo.La derrota renovadora en Puerto Iguazú desnudó la mala gestión del intendente y por ende del gobernador Closs, el verdadero poder detrás del trono del “Gran Cuñado”; mientras que en Eldorado, el joven candidato a diputado Gustavo González (foto), fue el rostro visible del impactante 51% de votos a favor que le dio el triunfo a la UCR en esa ciudad misionera por primera vez desde 1983.Según el escrutinio provisorio, se estimaba ayer que el Frente Renovador retendría 9 de los 12 legisladores que puso en juego en la elección; en tanto la UCR colocaría cuatro diputados, y el Partido Agrario y Social de “Cacho” Bárbaro, uno de los protagonistas sobresalientes de las jornada, anotaría tres bancas. Claudio Wipplinger, de Trabajo y Progreso, quien resultó reelecto, como también lo fue Bárbaro, integraría la tercer bancada en número, en la Cámara que se conformará el 10 de diciembre, ya que su par de bloque Víctor Kreimer, tiene mandato por dos años más. En cuarto lugar se ubicarían los bloques unipersonales que formarían los representantes de Unión Pro, el Frente Para la Victoria y el SET, quienes consiguieron una banca el domingo. La nueva Cámara quedaría así reconfigurada, en tanto el recuento de votos del escrutinio definitivo, que se iniciará mañana, no haga variar algunos resultados; hipótesis que algún medio oficialista mencionaban ayer como posible, anticipando que el alto porcentaje de votos impugnados podría cambiar los porcentajes y hacer que ingrese un nuevo legislador para la renovación, el joven “Toto” Alvarez. Esto sonaba más como deseo de los obsecuentes que como posibilidad seria, porque hasta ayer los números que se habían ido relevando desde el fin de la jornada electoral lo hacían mostrando una tendencia inversa, acotando cada vez más los votos recibidos por la renovación. Candidatos de cartónEn la conferencia de prensa que dieron en la noche del domingo, tanto Closs como Rovira se mostraron cautos a la hora de interpretar el mensaje de las urnas, y relativizaron los avances de la oposición por su dispersión extrema en diversas fuerzas minoritarias; aunque admitieron que el electorado había cuestionado “la comodidad” y el oportunismo de la dirigencia.El “golpe a la comodidad” descarga sobre las segundas y terceras líneas la responsabilidad del gusto a derrota que tuvo este sexto triunfo electoral en la historia del Frente Renovador, dejando afuera del análisis tanto a Closs como a Rovira; pese a que es visible que ambos, y en particular el Gobernador, salen heridos de esta contienda.La repercusión nacional que había alcanzado Closs con el 72% de votos que consiguió en 2011 se verá seriamente afectada en lo sucesivo; en tanto a nivel provincial los malos resultados en Iguazú y en el sector agrario reflejan el fracaso político en áreas centrales de su gobierno y del sector interno que lidera. La derrota en Iguazú muestra los límites de una política turística elitista, que beneficia excluyentemente la captación de turismo internacional de gran poder adquisitivo, dejando de lado al ciudadano común de localidad de las cataratas. Gestión complicadaEl accidente fatal en el que murieron 8 tareferos, mostró, por otra parte, la ineficacia de la gestión clossista a la hora de dar la mínima respuesta a los afectados, a los que tardíamente se trató de atender con un proyecto dudoso de subsidio a la compra de vehículos; luego de reprimirlos el día en que se acercaron a pedir ayuda al Ministerio de Trabajo.Previamente, la brutal represión en el desalojo a productores en un predio de Pozo Azul y, posteriormente, unas declaraciones fascistas del ex diputado renovador y titular de la poderosa APTM, Ari Klusener, abonaron la tierra para el “voto castigo” que expresó con contundencia la performance de Cacho Bárbaro, y que llevó a que ganara una impensada representación de tres legisladores en la Cámara. El propio Bárbaro, al comentar los resultados, aludió a Klussener: “Espero que de ahora en más la renovación entienda -enfatizó- que este es el resultado de apañar y contener a los Klusener y a todos los tipos que se llenaron de plata en diez años a cuestas del sacrificio de miles de misioneros”.Bárbaro destacó el amplio espectro del voto rural que consiguió capitalizar gracias a los errores políticos de Closs y el Frente Renovador; subrayando que su partido, el PAyS, “se consolida como fuerza política en la provincia porque es la que mayor cantidad de municipios ganó después del FR”, y citó el caso de San Vicente, San Javier, San Antonio y Andresito. “La gente le dijo al Gobierno que se necesita la jubilación para los productores tabacaleros, que se necesita una ley de contingencia climática para la producción, que no puede seguir haciéndose el sordo con las necesidades y que tiene que cambiar las prioridades”, rubricó. Sólo la elección excelente que hizo el intendente Mario Lindemann en su zona, se comentó, permitió al FR contrarrestar el avance de Bárbaro, quien se impuso en base a una reconocida actividad, y trayectoria militante, y a una fuerte identificación con el sector de los pequeños productores y el interior misionero.Contó, además, con los recursos de su integración a Nuevo Encuentro, de Martín Sabatella; pero su mayor fuerza la tuvo en el acompañamiento a los conflictos agrarios y en especial al sufrido sector de pequeños productores tabacaleros, a quienes el oficialismo abandonó al optar por aliarse con una dirigencia que está lejos de representar al humilde campesino. Voto contadoEl Frente Renovador, en estas elecciones, parece haber pagado el precio de la larga estadía en el poder, y de una dirigencia acomodaticia que perdió la sintonía con el electorado, inmersa en luchas internas y peleas dirigenciales.&nb
sp;Al mismo tiempo, pareciera que no funcionó como se esperaba el marco de decisiones estratégicas, en el que cabe anotar el proyecto de captación política electoral a partir de la sobreexplotación del “voto joven”, que intentó Rovira con el impulso a la candidatura de Toto Alvarez, referente de la Juventud del Partido de la Concordia, o a la figura del “candidato de cartón”, Julio Vivero, en quienes se habría depositado un exceso de expectativas.El “voto joven” que por primera vez se concretó en Misiones, luego de que se aprobara la propuesta del kirchnerismo de bajar el límite de edad a 16 años, no tuvo la respuesta esperada, circunstancia que frustró la intención de la renovación de aportar a un titular positivo de los medios nacionales, como apoyo al kirchnerismo. Pero Toto Álvarez y Vivero no son los únicos puntos flojos. El propio cabeza de lista, Roberto Chas Robineau, también es una de las caras del fracaso. Es subsecretario de un cuestionado Ministerio de Gobierno, que fracasó sistemáticamente en lo que va de la gestión de Closs en su tarea de prevenir y anticiparse a los conflictos sociales y políticos que enfrente al gobierno. La floja gestión del “ministerio político” es una de las cuestiones que tendrá que revisar el oficialismo para ponerse a tono con el mensaje de las urnas, que sin dudas marcó una tendencia a tener en cuenta. El avance de la oposición, finalmente, se produce en una etapa de transición política, que en parte recogió la ola de anti kirchnerismo nacional, y la influencia del clima que comienza a anunciarse en vísperas de los comicios de octubre próximo. No cabe hacer de esto, igualmente, el equivalente de un caudal electoral consolidado, dada la dispersión opositora en distintas fuerzas y concepciones políticas. El radicalismo fue el vehículo que canalizó el descontento de los grandes centros urbanos con los excesos del gobierno. La renovación retiene el poder y las posibilidades de convertir el gusto amargo en una sana autocrítica que lo ayude a recomponerse.




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