POSADAS. Mientras al otro lado de la frontera, en territorio brasileño, hace cinco años que se produce el alcohol hidratado como biocombustible y hoy circulan alrededor de cinco millones de vehículos adaptados a esta variante; sensiblemente más barata que las naftas; el pequeño productor misionero no puede acceder a esa opción por obra de una ley nacional mal concebida y del desinterés del Gobierno provincial. Así lo expresó el ingeniero Erik Barney, pionero en la generación de energías alternativas a nivel regional; quien volvió a salir a la palestra con fuertes cuestionamientos a la política provincial en materia de energía; destacó que deberían crearse una Dirección de Energía; reclamó que se sancione una ley que habilite la producción y el uso del alcohol hidratado en la provincia y sostuvo que se deben destinar fondos, en forma “perentoria”, para que el productor misionero cuente con este biocombustible. “Esto es un poco el planteo que hacemos, que para mí es bastante imperioso, porque hoy el combustible es un presupuesto para el pequeño productor, yo lo sé porque soy un pequeño productor y tengo que hacer la limpieza de mi chacra”, remarcó Barney a PRIMERA EDICIÓN, tras lo cual resaltó que el alcohol hidratado “lo pueden hacer los propios colonos, porque hay nuevos sistemas de destilerías que son relativamente económicas, que con 20 mil pesos se puede transformar una pequeña industria para producir ese alcohol”.“Pero se pusieron todos los esfuerzos en el biodiesel de la jatropha, e inclusive invirtieron muchísima plata del Gobierno cuando a los otros proyectos no les dieron ni un solo peso. Y ahora nadie habla más de la Jatropha”, indicó. “¡Cuando hay un combustible tan noble como el alcohol hidratado, y que los colonos con una hectárea pueden sacar 8 mil litros de combustible y tener combustible todo el año! uno se pregunta, qué pronóstico tiene el biodiesel que está promocionando el Gobierno con la Jatropha?”, reiteró. “Porque con ese alcohol el colono puede hacer andar su motosierra, su moto, su camioneta, su coche, un motor estacionario para la industria. Yo no creo, en cuanto al costo, que suba de un peso o dos pesos el litro, antes el costo estaba en el orden de los 10 o 20 centavos de dólar, habría que ver ahora. Pero lo importante es que ese combustible permite -por ejemplo- que tres colonos se junten, hagan una pequeña destilería y con eso cada uno se lleva dos mil litros de alcohol, que le sirve para todo el año de producción en la chacra”.El ingeniero Barney, uno de los referentes del Grupo GERN, subrayó además que la provincia debería anticiparse a una posible suba del precio de las naftas “a un nivel cercano a los 50 pesos”, algo que -a su juicio- podría suceder en cualquier momento, si se tiene en cuenta la situación geopolítica internacional, que incluye una latente amenaza de guerra en Medio Oriente; la cual, afectaría la provisión de petróleo. Hay alternativas “Si el combustible llega a 50 pesos el litro, cuáles son las alternativas viables? Primero está el alcohol hidratado, luego el gas pobre, y el biogas, es decir que hay alternativas, y sería bueno que esta idea empiece a ser un hecho, y ahora que empieza la zafra en el ingenio de San Javier -donde saben qué es el alcohol hidratado porque incluso acondicionaron un vehículo para usarlo- le entreguen a los colonos alcohol hidratado para sus motores. Acá todos los motores diesel son motores Perkins, los que usa Massey Fergusson, y otros motores diesel, que lo que se puede hacer es modificar esos motores, usar ese mismo motor, pero ponerle un distribuidor, en lugar de los distribuidores ponerles chispas, como bujías, y transformar esos motores en motores de alcohol hidratado”, explica Barney.“Para estas cosas -observa- no es como que vos podés ir a un tallercito de Oberá o de Eldorado y decirle que te haga la conversión, no. Para estas cosas se necesita planificación y financiación del Gobierno, así como el Gobierno organiza miles de cosas y pone millones de pesos, podría invertir en poner talleres especializados en la reconversión de esto. Así como se hace para el gas -que en Buenos Aires cobran tres o cinco mil pesos, y te convierten tu motor para andar con gas, lo mismo deberían hacer acá para convertirlos en alcohol hidratado. Una alternativa sería comprar motores Flex de Brasil, traerlos, sacar los motores viejos, convertirlos, hasta que acá mismo haya una pequeña industria que se ocupe de ese tema del alcohol hidratado, es una belleza, porque no tenemos que inventar nada, está todo hecho. Cuando me preguntan si va a andar, digo, ¡en Brasil hay cinco millones de vehículos que andan con alcohol hidratado hace más de veinte o treinta años atrás! Entonces, es cuestión de pedirle a los brasileños que nos ayuden, y cuando uno ya sabe cómo es esto no tienen ningún secreto”. Una ley distorsivaConsultado sobre las posibilidades de avanzar en lo inmediato, Barney destacó que no conoce que se esté trabajando en ello, y señaló que existe una ley nacional que prohíbe las destilerías, debido a que en el pasado “hacían rapadura, miel de caña, y de paso alcohol, eso estaba y está prohibido”.“Pero eso no tiene nada que ver con el alcohol para los motores. No se tiene que prohibir, pero, sí está prohibido, hagan una ley en la provincia, tipo experimental, de tiempo, para decir que en Misiones sí se permite hacer alcohol hidratado para los motores, con una inspección de la Provincia, para que a nadie se le ocurra hacer otra cosa, pero no prohibir porque hay una ley vieja, o porque la Nación prohíbe el alcohol hidratado.Porque a ellos no les importa, no les interesa, el pequeño productor siempre está al costado, tiene que aceptar los grandes intereses de las petroleras, del Gobierno provincial, que por un lado no hace nada para fomentar el uso del alcohol hidratado en los motores”. “El Gobernador dice que no tiene fondos para estas cosas; pero para hacer Garabí han puesto más de 40 millones de dólares solo en el estudio de la factibilidad”, cerró Barney. “Lo que le pagan es una miseria “En el marco de una fuerte crítica al proyecto del Gobierno de implantar el cultivo de Jatropha en la provincia -para producir biocombustible a partir de ese producto-Barney expuso las dificultades que tendría el productor para la cosecha, por el costo de la mano de obra y las severas políticas de control del trabajo en negro en el sector agrario; sin embargo respaldó, igualmente,
la nueva legislación que protege al tarefero; porque -dijo- “es un tipo sufrido y lo que le pagan siempre es una miseria”.Respecto al plan provincial de impulso al cultivo de jatropha, resaltó Barney: “nosotros en un principio dijimos que no era una alternativa, aunque era interesante la experiencia, porque hay que hacer las experiencias para poder darse cuenta de si es conveniente o no. Pero pusieron todos los esfuerzos en el biodiesel de la jatropha, inclusive, invirtieron muchísima plata del Gobierno cuando a los otros proyectos no les dieron ni un solo peso. Y ahora nadie habla más de la Jatropha. Se habían destinado más de tres millones de plantines, y una planta que no sé cuánto habrá salido, de Candelaria, todo con plata del Gobierno misionero, porque se sabe que no se hizo con dinero de un particular. Ellos promocionaron e hicieron que la gente plante, y uno se pregunta, ¿porqué el Inta de Misiones, no fue consultado? El Inta de Salta, cuando se propuso la jatropha en esa provincia, dijo que no era conveniente porque le afectaban las heladas, y las heladas -en Salta como en Misiones- pueden afectar la producción. Acá, se lanzan a hacer cosas a toda marcha, sin un estudio previo, negando todas las otras alternativas. Sería interesante que los que propusieron la Jatropha digan cuántos litros de combustible por hectárea se consigue, que creo que no supera los mil quinientos. Pero ese no es solo el problema, el problema es que hay que cosechar la semilla, y uno se pregunta, quién la va a cosechar? Hoy en día, si vos querés armar una cuadrilla de tareferos, y no tenés todo en blanco, uno como colono no se anima, porque ahora están viniendo las inspecciones, y por cada tarefero en negro te cobran cinco mil o diez mil pesos, una multa que se siente. Es correcto por un lado, porque sino nunca vamos a resolver la situación del tarefero, algunos le pagan lo que quieren, y el tarefero es un tipo muy sufrido, están ahí con el frío, con las heladas, nadie piensa en la vida del tarefero; lo que le pagan siempre es una miseria, siempre le están pijoteando los valores. Es correcto que se hagan inspecciones. Pero, entonces, no hay mano de obra como para cosechar la Jatropha. En Estados Unidos y países europeos, tienen unas máquinas de cosecha, nosotros no tenemos esa tecnología en Misiones”.





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