LONDRES, Inglaterra (AFP-NA). Los documentos revelados por el ex consultor de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA) Edward Snowden muestran que Reino Unido habría espiado a delegados del G-20 durante las cumbres de abril y septiembre de 2009, informó el diario The Guardian.Entre los funcionarios afectados por estas prácticas se encontrarían delegados de Turquía y Sudáfrica, comunicó el diario.La agencia de servicios secretos británicos Government Communications Headquarters (GCHQ) habría utilizado “capacidades de inteligencia innovadoras” para escuchar las comunicaciones de las personalidades que participaron en estas dos reuniones, según los documentos a los que tuvo acceso The Guardian.Estas revelaciones llegan en momentos en que Gran Bretaña acoge durante dos días, desde ayer, a los dirigentes de los países del G-8, en Lough Erne (Irlanda del Norte), en el encuentro internacional más importante desde el G-20 de 2009.El primer ministro británico David Cameron se negó a comentar esta información.“No puedo hacer comentarios sobre cuestiones relativas a seguridad o inteligencia”, dijo a la televisión Sky News.Los líderes del grupo de los ocho países más industrializados -Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Rusia y Estados Unidos- se reunían ayer en Lough Erne para tratar sobre la crisis siria, la evasión fiscal y el libre comercio.Según los documentos revelados, los servicios de inteligencia habrían instalado cibercafés donde interceptaban las comunicaciones y vigilaban los correos electrónicos y las llamadas telefónicas de los teléfonos Black Berry de los delegados.La agencia también instaló un dispositivo que permitía saber cuando los delegados se ponían en contacto entre ellos y se centraba en ciertas personalidades, en particular el ministro turco de Finanzas.Los ordenadores de los delegados sudafricanos habrían recibido también una atención especial, según los documentos.The Guardian informó además que la agencia GCHQ recibió informes de la Agencia de Seguridad Nacional sobre intentos de esta última de escuchar una llamada a Moscú por satélite del entonces presidente ruso Dmitri Medvedev.Según estos documentos, la orden de sobre los delegados del G-20 procedía de un nivel superior del Gobierno, dirigido por aquel entonces por el primer ministro laborista Gordon Brown.




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