BUENOS AIRES (DyN). Más de diez barrios porteños permanecían ayer sin luz a raíz del temporal que azotó el martes el área metropolitana y las empresas aseguraron que en 48 horas la mayoría de los usuarios volverá a tener el servicio, mientras el gobierno pidió al Banco Ciudad que “duplique las líneas de crédito” para subsidios destinados a damnificados.La vicejefa de gobierno, María Eugenia Vidal, dijo a radio Continental que “el agua ya ha bajado en la mayor parte de la ciudad” y sostuvo que se reforzaron los servicios de limpieza para despejar los barrios más afectados.Los barrios que permanecieron sin suministro eléctrico fueron Belgrano, Coghlan, Villa Urquiza, Villa Pueyrredón, Villa Ortúzar, Núñez, Agronomía, Santa Rita, Villa Luro, Villa Devoto y Villa del Parque, que abarca a Monte Castro. Voceros de la empresa Edesur informaron a DyN que “en 48 horas la mayoría de los clientes afectados por cortes del suministro en la Ciudad” por el temporal “volverá a tener electricidad” y manifestaron que “suman 120 las cámaras inundadas”.“Hasta ahora unas 100 mil personas han vuelto a tener suministro eléctrico en nuestra área y las zonas más complicadas siguen siendo los barrios Santa Rita, Villa Luro, Villa Devoto y Villas del Parque”, explicaron los voceros.La empresa Edenor, por su parte, expresó a DyN que “el grueso de los clientes” que se quedaron sin suministro eléctrico por el temporal verá “normalizado el servicio en breve”. Voceros de la compañía manifestaron que hay “todavía locales, sótanos y otras instalaciones eléctricas particulares peligrosas para ser energizadas” y expresaron que permanecían sin suministro “Belgrano, Coghlan, Villa Urquiza, Villa Pueyrredón, Villa Ortúzar, Núñez y Agronomía”.Asimismo, sostuvieron que “la tormenta anegó 56 cámaras a nivel, de las cuales 50 ya fueron desagotadas. En algunos casos, esa tarea hubo que hacerla más de una vez ya que volvían a inundarse”.El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, expresó en conferencia de prensa que “las inundaciones vinieron para quedarse y no se van a ir, estas lluvias violentas se están repitiendo producto del cambio climático y hay que hacer las obras, los planes hidráulicos hay que ponerlos en marcha definitivamente”.Macri afirmó que “está vigente la ley de subsidios para este tipo de situaciones” para los damnificados por el temporal y expresó que “son alternativas que pueden encarar quienes han tenido pérdidas por la catástrofe que hemos tenido”.“Le pedí al Banco Ciudad, y el directorio ya lo ha hecho, que dupliquen las líneas de crédito, con lo cual son de 120.000 para consorcios, a tres años, al 13% de interés, 60.000 a comercios y 40.000 a individuos”, precisó el jefe de Gobierno.A primera hora el Ejército desplegó personal y medios de apoyo a los damificados por el temporal, que provocó la muerte de seis personas en la ciudad, aunque el Gobierno Nacional dijo que fueron ocho, en los barrios porteños de Saavedra, Mataderos y Villa Lugano, donde hicieron tareas de evacuación de personas, transporte de efectos de primera necesidad y abastecimiento de agua potable.Unas 60 escuelas ubicadas en los barrios que permanecieron sin electricidad no dictaron clase por falta de suministro, informó el subsecretario de Educación, Carlos Regazzoni, en declaraciones radiales, y manifestó que en esos establecimientos se entregó desayunos, viandas, almuerzos y meriendas.En tanto, Alberto Grimaldi, hijo de la anciana que murió en su casa del barrio porteño de Saavedra durante el temporal, calificó como “inexplicable” el fallecimiento de su madre y criticó a los gobernantes por tener “la cabeza cerrada” por no pensar en políticas de Estado a largo plazo.En tanto, cientos de vecinos de los barrios más afectados por el diluvio montaron “cacerolazos” en distintas zonas de la Ciudad para demandar una respuesta inmediata de las autoridades porteñas frente a las consecuencias del temporal.La impotencia ciudadana solo puede recibir la atención de Defensa Civil (que mantiene interrumpido, por precaución, el suministro de energía eléctrica en barrios tanto de Ciudad de Buenos Aires como del Gran Buenos Aires) y de los funcionarios más conocidos (y votados).En las declaraciones a los medios, los damnificados, que son muchos, cuestionan en especial la ausencia de información precisa y detallada, y el silencio de los gobernantes, y eso va tanto para Cristina Fernández de Kirchner como para Mauricio Macri y diversos alcaldes bonaerenses.En el caso de Macri, es conocida su política de que aparezcan los funcionarios específicos. En este caso el ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad, Diego Santilli, quien dijo que Lugano, Mataderos, Belgrano y Liniers son las zonas más afectadas. Pero también es cierto que no le alcanza a muchos vecinos porteños. Al fin de cuentas ellos nunca votaron a Santilli y sí a Macri.Tampoco es cierto que solamente exista una tragedia en Ciudad de Buenos Aires. Hay municipios del Gran Buenos Aires donde la situación es mucho peor, pero los medios de comunicación se concentran en CABA, es importante destacarlo. En especial se cuestiona, en las redes sociales, la permanente disputa entre Nación y Ciudad, Nación y Provincia, y Ciudad y Provincia, para adjudicarse responsabilidades, situación que convierte a los vecinos en víctimas habituales, rehenes cotidianos de situaciones gravísimas.ExplicaciónSin la presencia de Macri ni del jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta (uno en Brasil y el otro en Europa), el Comité de crisis del Ejecutivo porteño, con María Eugenia Vidal a la cabeza, se reunió para analizar la situación tras el temporal que arrasó con la Ciudad. Tras ese encuentro, confirmaron la cantidad de personas fallecidas e informaron sobre tomas en distintos puntos del distrito. También coincidieron en el que el lugar más afectado fue Villa Órtuzar y que, como consecuencia de las precipitaciones y posteriores inundaciones en el lugar, se desató el desastre en demás barrios.Con esa afirmación como principal argumento de lo ocurrido, Vidal informó además que se registraron usurpaciones en viviendas sociales del barrio Los Piletones y en un supermercado de un partido bonaerense.Para muchos, bastante pobre todo. No es culpa de Vidal ni del ministro de Seguridad, Guillermo Montenegro, ni de Santilli. La sensación de los críticos no K es que hay algo de fondo que resolver en el “unive
rso Macri”.Por ejemplo, justo en ese momento, difundió un comunicado una opositora al PRO, la defensora adjunta del pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, Graciela Muñiz -una militante política más que una funcionaria objetiva-, quien acusó: “Macri promueve sin control la construcción indiscriminada de torres en la ciudad y, en particular en la comuna 12, de esta manera las inundaciones continuarán. Hace más de dos años que los vecinos de la comuna 12 reclaman para que se detenga la construcción de torres en la zona y para que se promuevan los espacios verdes que favorezcan la absorción de agua. Por el contrario, desde el gobierno de la Ciudad se construyen plazas de cemento que hacen imposible que el agua se absorba y que ante la menor precipitación la zona vuelva a inundarse”. ¿Es cierto lo que afirmó Muñiz? Por supuesto que amerita indagar en la acusación. Sucede que los vecinos reclaman respuestas más allá de afirmar que llovió mucho.ImprevisiónEs conocido que ni Ciudad de Buenos Aires ni los municipios de GBA se encuentran preparados para superar muchas de las emergencias que se presentan, pero el interrogante que se plantea es qué se está haciendo para superar el déficit de la infraestructura y cuándo estarán ejecutados planes de contingencia eficientes.Al fin de cuentas, no es la primera vez que sucede una catástrofe. Pero todo indica que las situaciones contigentes siguen tomando por sorpresa a las autoridades. Y eso molesta a los ciudadanos.En las redes sociales y en los medios de comunicación, la indignación es evidente mientras abundan los documentos fotográficos y televisivos de lo que provocó el temporal.Es cierto que no es frecuente que en dos horas caiga tanta agua, pero quienes han sido más perjudicados exhiben una mezcla de indignación e impotencia que, probablemente, una solidaridad gubernamental en la crisis ayudaría a reubicar la situación.





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