POSADAS. Antesala del golpe de Estado de 1976: El regreso de Juan D. Perón a Argentina, quien ya contaba con 78 años, significó por un lado el regreso del líder del movimiento de los trabajadores y, por el otro, la renuncia de la fórmula presidencial integrada por Cámpora y Solano de Lima. Las nuevas elecciones se realizaron en septiembre de 1973 con la fórmula Perón-Perón, que obtuvo el 62% de los votos, la alegría del regreso se alteró por el enfrentamiento entre las agrupaciones guerrilleras y la fuerza paraestatales denominada Triple A, situación que derivó en el pasaje de la lucha de las agrupaciones a la clandestinidad. Domingo Perón falleció el 1 de julio de 1974 y asumió la presidencia Isabel Perón. Tuvo diversos problemas que enfrentar: la guerrilla, el levantamiento de un sector de la aeronáutica encabezado por el brigadier Capellini, los asaltos a regimientos, secuestros de empresarios de grupos económicos; la crisis económica que cada día que pasaba se agudizaba más y provocó la designación de una nuevo ministro de Economía: Celestino Rodrigo, quien presentó un programa de austeridad que afectó principalmente a los sectores de los trabajadores, al limitar los aumentos salariales por convenio colectivos… Las nuevas medidas no modificaron que el dólar continuara en alza, al igual que el aumento de los precios de los servicios y transporte.Días turbulentosFrente a la situación la dirigencia sindical planteó la resistencia a las nuevas medidas económicas y a su vez al sistema de las fuerzas paraestatales dirigidas por López Rega, planteándose una concentración en Plaza de Mayo a fines de junio y días después se convocó una huelga de 48 horas para presionar por la liberación de los salarios. El Ministro de Economía cedió a la presión sindical, cuyo resultado fue una inflación galopante, que alcanzó el 300%, el número más alto dado en Argentina. La política económica encarada por el gobierno terminó perjudicando a toda la sociedad, la situación fue tan tensa que desembocó en el retiro de Celestino Rodrigo de la cartera de Economía y de López Rega del Ministerio de Bienestar Social. El desprestigio de las autoridades nacionales colocó al gobierno constitucional en una situación frágil y susceptible a la presión constante de las fuerzas armadas. El rumor de un próximo golpe militar era corrillo común en la sociedad, en el interín las fuerzas políticas intentaron evitarlo con diversas propuestas de relevo del Poder Ejecutivo Nacional que no prosperaron, dando lugar al fin de un período democrático inestable, pero que pudo haberse evitado.El “Proceso de Reorganización Nacional”El ultimátum a las autoridades nacionales en el mensaje navideño por el general Rafael Videla desde la provincia de Tucumán se concretó el 24 de marzo de 1976 a la madruga, con la irrupción de las Fuerzas Armadas en los edificios públicos, el Congreso Nacional, los medios de comunicación radio y televisión, centros industriales y sindicatos.En las primeras horas de la mañana se informó a la población a través de comunicados que las Fuerzas Armadas en forma conjunta asumieron el poder político de la nación, autodenominándose “Proceso de Reorganización Nacional”, en el Estatuto de la revolución proclamaron los objetivos que se plantearon como: mantener la moral cristiana, la tradición nacional, el ser argentino, la vigencia de la seguridad nacional, erradicación de la subversión y las causas de su existencia.La planificación del golpe se fue aplicando inmediatamente al asumir el poder, en pocas horas, no sólo fue detenida Isabel Perón, en la lista de detenciones se encontraban sindicalistas, militantes políticos, periodistas, intelectuales, considerados sospechosos, muchos de los cuales integran hasta hoy la lista de desaparecidos.La despolitización que se inició en 1976 fue uno de los objetivos de provocar la revolución desde arriba, se propusieron “profundizar por todos los medios a su alcance, con el doble objeto de utilizarla en su beneficio como garantía del dócil acatamiento de su accionar y en el más largo plazo, convertirla en un rasgo permanente del nuevo orden social, ya que este debía estar inoculado contra la movilización política de las masas y liberado de las organizaciones sociales y los partidos que habían demostrado ser peligrosamente permeables a la subversión, por su populismo irresponsable o por tolerancia oportunista”.El terrorismo de Estado aplicado se fundó en la concentración del poder estatal para la eliminación de opositores, sin control. La política cultural de la dictadura se basó en la doctrina nacional en la que se consideraba que el enemigo a vencer era un enemigo ideológico, difusor de ideas contrarias al ser nacional y cristiano, en consecuencia, se consideró subversivo al que actuaba contra los valores nacionales. La primera tarea fue la persecución, la censura y la represión de la subversión cultural. El accionar del terrorismo de Estado provocó la desaparición de escritores y cineastas como Raymundo Gleyser, el historiador Héctor Oesterheld, otros se exiliaron Noé Jitrik y Osvaldo Bayer. Se censuró el tango “Cambalache” (pesimista), Plegaria para un labrador de Chico Buarque, la obra “El principito” y a Mercedes Sosa. A los periodistas se les impuso silencio en las actividades de las Fuerzas Armadas, seguridad o policiales. Se prohibió publicaciones partidarias como “Nuestra Palabra”, “Tribuna Popular”. “Nuevo modelo”En 1976 se instaló un nuevo modelo de acumulación, la desindustrialización selectiva, desocupación estructural, descenso de las clases subalternas, desestructuración del patrimonio estatal, declinación de las prestaciones sociales, endeudamiento externo, fuga de capitales, concentración del ingreso y prerrogativas en ganancias financieras. (Sirlin E.2008.370). En lo económico se favoreció a los propietarios de los grandes grupos económicos, llamados capitanes de la industria, quienes hicieron inconcebible negocios como contratistas del Estado, tomando créditos del exterior a tasas bajas con el aval del Estado argentino. Algunas medidas los favorecieron, como que el Estado garantizó las deudas contraídas por el sector privado; en caso de conflicto de pagos, la Justicia estaba en manos extranjeras (tribunales de Nueva York o Gran Bretaña). Consecuencias: la
deuda externa creció de 8.204 millones de dólares en 1976 a 43.509 millones en 1983. Principales figuras en la resistenciaMás allá de la propaganda para tratar de cohesionar al pueblo bajo efímeros triunfalismo, el gobierno de facto en el plano internacional denominó campaña anti-argentina en las denuncias de las Madres de Plaza de Mayo realizadas ante la Comisión de la OEA, que visitó el país en 1979 y otros medios.El grupo de las madres fue la principal figura en la resistencia a la dictadura militar, consolidándose el movimiento de derechos humanos a partir de la apertura democrática en el país y la constitución de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, en plena democracia.“En el presente año se conmemoran los treinta años de democracia en el país, tras la experiencia vivida por la sociedad argentina tenemos la obligación de defender la oportunidad de disfrutar la libertad de decidir el camino que desee recorrer cada uno de los individuos que componemos la sociedad”, sostuvo la directora de la carrera. “Tenemos la oportunidad de decidir qué proyecto de país queremos, qué gobernantes serán nuestros representantes, qué leer, qué pensar, qué estudiar, qué orientación política practicar y, sobre todo, el poder consensuar entre todos ciudadanos partícipes en el arribo de conclusiones que beneficien a los futuros ciudadanos. Este es nuestro deber, defender la democracia, principalmente aquellos que tenemos presente la dura experiencia de conocer el silencio”, analizó.





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