POSADAS. La música que viene de cuna siempre florece en el alma y se multiplica. De eso bien saben Los Encina, grupo conformado por Julio Mauro Encina, más conocido como Nito, quien transmitió a su hijo Nico todo ese amor por el chamamé, que hace más de una década los lleva a recorrer los más diversos escenarios. De familia musiquera, Los Encina cautivan con su modo de compartir la música de la región, siempre con alegría y humor y con esa calidez familiar como cuando están en el patio de “Villa Encina”, en el barrio Guazupí (de esta capital), donde viven. Con el carisma de siempre, Los Encina regresan mañana al Casino Club (San Lorenzo 1950) para compartir un repertorio protagonizado por la música de esta la región guaraní. “Hace más de diez años que formamos Los Encina, pero yo desde los once que subo a los escenarios, así que estamos hablando de hace mucho tiempo”, contó Nito con una sonrisa y fue el punto de partida de una charla muy amena que compartió ayer con PRIMERA EDICIÓN, en la que además de hablar de sus raíces chamameseras, del grupo y del amor por la música de esta región, se mostró orgulloso de su hijo Nicolás, quien eligió seguir sus pasos en este arte. “Mi despertar musical y de la vida es en Misiones”Hijo de madre chaqueña, doña Hebe Nuñez, y de padre correntino, don Mauro Encina, Nito nació en Chaco y cuando tenía siete meses de vida sus padres llegaron a Posadas. “Yo soy más misionero, defiendo a Misiones como si fuera mi provincia porque cuando desperté, aprendí a distinguir las flores, los ríos, las cosas lindas de la vida, entonces mi despertar musical y de la vida fue en Misiones, por eso defiendo su música. Por suerte mis viejos vinieron para acá, vinieron buscando progresar”, contó Encina y agregó: “De Chaco vinimos en barco y acá nació Moni (su hermano, el conocido acordeonista). Nuestros padres nos inculcaron el tema de la música, porque mi papá era músico. Vivíamos donde está El Brete ahora, en un terreno fiscal, porque papá era muy pobre, vivíamos ahí y el río golpeaba la casa y allí nació Moni. Después papá compró un terreno en Guazupí y ahí nos criamos”, recordó Nito en referencia a ese lugar donde vive hasta la actualidad, al que llama “Villa Encina”, porque en esa cuadra también se ubicaron Moni Encina y otro de sus hermanos. Esa infancia llena de chamamés y de tangos, que compartió con su padre, quien lamentablemente falleció joven, marcó a fuego el camino de los Encina. Fue así que a los once años Nito ya era parte de los actos y festivales en la Escuela 356, donde estudió. “Ya de chicos veníamos con eso de la música, formamos un dúo de guitarras con Raúl Acuña y ahí comenzó mi carrera, cantábamos en las fiestas patrias”, rememoró, a la vez que reveló las complicaciones que tenía como músico autodidacta. “Antes nos costaba mucho sacar una canción, no es como ahora que los chicos bajan de Internet o usan grabadores, antes teníamos que esperar que volvieran a pasar ese tema por la radio y apurarnos a sacar, tuvimos esa formación… de orejero nomás. Esa es la raíz musical de Los Encina, el legado que nos dejó papá”.“El chamamé es de toda la zona guaran픓En Misiones siempre digo que los mapas políticos por ahí hacen que alguien diga que el chamamé es de acá o de allá, siempre defiendo que el chamamé es de toda la zona guaraní, creo que ya está demostrado. Toda la música del Litoral es de la zona guaraní, no es de Corrientes ni de Misiones, es de toda la zona, que incluye Paraguay, Misiones, Corrientes, sur de Brasil, entonces no se puede decir que el chamamé es sólo de corrientes o que la polka es sólo de Paraguay, desde el punto de vista de viejo perro cascoteado, de tantos años de hablar con gente.Tuve la suerte de conocer a Isaco Abitbol, a Damasio Esquivel, estar en ronda de guitarreadas, y esa gente sostenía esto que estoy diciendo y estaban convencidos de que era una zona guaraní, no había límites”, manifestó Nito. El sello de Los Encina“Nosotros venimos con el sello y la marca registrada del chamamé, pero siempre cuando estamos en una reunión donde hay gente de otros lugares hay que hacer de todo, entonces hacemos toda la música de la zona de las Misiones. Siempre sostengo que en la gran nación guaraní están todos estos ritmos”, dijo Nito. El humor es un condimento que nunca falta en los shows de Los Encina y es que, tal como afirmó: “Siempre tengo alguna salida, porque nosotros nos criamos así, siempre con alegría y disfrutando, cuando voy al escenario no voy como artista, porque para mi cantar nuestra música y nuestro chamamé es como comer un reviro, como hacer un mbaipy (mezcla de maíz, leche y melaza) o como hacer un asado a la estaca o un chicharrón”.En el repertorio de Los Encina confluyen temas propios y de otros autores, como Teresa Parodi y Mario Bofill. “Tratamos que sean canciones con fundamento, Teresa Parodi tiene una pluma de oro, es maravilloso lo que hace. Los temas de Marito Bofill son muy profundos, las canciones que hacen Mario y Teresa tienen una profundidad diferente… elevan”, destacó.Nito habla de Los Encina, de cuando cantan para la gente y un fulgor se enciende en su mirada. Sin dudas Nito ama el chamamé y toda la música de esta región misionera-guaraní. “Me voy al escenario y no tengo que ponerme el uniforme de artista, me sale espontáneamente, tocar un chamamé es lo mismo que estar comiendo un reviro, es una cosa natural, no me pone nervioso, me da la adrenalina que tenemos todos, de estar y compartir esto tan lindo con la gente, pero eso que voy a ir con miedo o ataduras, no, subo y hablo lo que me viene a la mente, lo que me sale nomás”, detalló Nito con esa sencillez que hace que su carisma se expanda y toque el corazón de la gente. Se viene el disco nuevoNito comentó que Los Encina están grabando el nuevo disco que saldría a la luz en la próxima primavera. En este nuevo material discográfico incluirán tres canciones propias y de otros autores. El orgullo del padreCon los ojos húmedos de emoción, Nito contó que Nico, su hijo, ama el acordeón y toca “cualquier instrumento: guitarra, bajo, bandone&am
p;oacute;n”. “A los 18, cuando se recibió, lo abracé y le dije ‘mi hijo, te quiero decir que todos estos años que me brindaste los voy a llevar como un tesoro al más allá, ahora empieza la vida de verdad y tenés que estudiar en la facultad, porque la vida de músico no es nada fácil’, por eso alterné mi vocación de músico con mi oficio de cerrajero, y él me dijo ‘papá dejame, la música es el tesoro más grande que me diste, dejame intentar vivir de la música’ y yo respeté su individualidad. Ahora, además está estudiando música y es un chamamesero que también hace rock”. “Es un orgullo tremendo y una satisfacción que Nico haya dedicado su tiempo y su adolescencia para andar conmigo por los escenarios”, finalizó el músico Nito Encina.





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