APÓSTOLES. Cuatro millones doscientos mil kilogramos de basura orgánica y tres millones de basura inorgánica es lo que acopió durante 2012 la Planta de Reciclaje de Residuos de Apóstoles, a donde se disponen para su tratamiento las bolsas recolectadas por los camiones municipales, en toda la ciudad. Estos datos fueron brindados por el intendente Mario Vialey durante su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Honorable Concejo Deliberante de Apóstoles, y representan un promedio cercano a los 169 kilogramos de basura anual generada por persona en este municipio. Por su sistema de clasificación de residuos, Apóstoles es la única ciudad que puede ofrecer datos diferenciados en cuanto al tipo de basura domiciliaria que acopia su planta, donde los residuos se clasifican en orgánicos e inorgánicos. Además, existe una tercera clasificación, que corresponde a los llamados residuos patogénicos – jeringas e insumos sanitarios- y también las pilas se disponen de manera diferencial. El sistema aplicado en Apóstoles, tuvo su origen en 2004 y hoy se aplica en la totalidad del municipio, incluyendo la metodología de las multas para aquellos vecinos que no clasifiquen ni dispongan sus residuos en la forma y los días adecuados por normativa. ¿Cómo se dio esta aplicación y cuáles son sus resultados? ¿Qué opinan los ciudadanos? Esto y algo más, en el siguiente informe. Puesta en marchaRastrear los comienzos de la puesta en marcha del sistema de clasificación y reciclaje de residuos domiciliarios en Apóstoles requiere situarnos en 2004. En su libro Informe de Gestión 2003 -2011, el ex alcalde José Cura, sostiene que “allá por 2004 nos encontramos con una planta de reciclaje que no funcionaba. Era necesario empezar nuevamente pero con una planificación adecuada para explotar todo el potencial que tiene una planta de estas características. Al inicio de la gestión se recogía la basura sólo dos veces por semana y teníamos solos tres camiones”. A partir de ese reconocimiento, aquella gestión redobló la cantidad de días de recolección, duplicó la cantidad de móviles, y se recuperó la planta de tratamiento, con la construcción de dos plataformas de hormigón para elaboración de compost, a tiempo que se recuperó un molino de trituración y se incorporó una chipeadora de ramas. Ese mismo año, se comienzan a separar en la planta, vidrios, aluminios y plásticos, que tras ser agrupados por separados, son vendidos en el mercado especial. “Desde 2004 se inició un proyecto revolucionario en materia ambiental: la clasificación de residuos en origen. Se planteó la clasificación en dos grandes grupos, húmedos y secos, y se los diferenció como orgánicos e inorgánicos, así se inició el plan Apóstoles clasifica, que luego mudó a Nosotros clasificamos, basada en mostrar una identidad a partir de una política pública”, evoca Cura en su libro. Anteriormente se había intentado una iniciativa de clasificación con bolsas de colores, que no prosperó. Así, el nuevo sistema empezó a implementarse en uno de los barrios principales de la ciudad, el Andresito; luego se extendió a tres barrios más y paulatinamente se afianzó hasta aplicarse en toda la ciudad. El proceso, fue acompañado por numerosas campañas y charlas concientizadoras en escuelas y otros espacios públicos. Sin embargo, desde el municipio advierten que “el trabajo de tratamiento de residuos es continuo y necesita de una constante educación y formación en el mejoramiento de las buenas prácticas que optimicen tanto el proceso de clasificación como el de tratamiento”. La opinión de los vecinosAdaptarse al sistema de clasificación de residuos requiere una readecuación de hábitos domésticos, en cada hogar, en cada familia. En la práctica, esto no resulta del todo sencillo, sobre todo por la costumbre arraigada de arrojar la basura en un solo cesto de basura. Lorena Fernandez (39), del barrio Andresito, recuerda que “hubo que hacer todo un trabajo de conciencia. En casa hicimos dos tachos grandes, y tuvimos que explicarles a los chicos cuáles eran los residuos orgánicos y cuáles los inorgánicos. Ellos lo entendieron enseguida y lo aplicaron sin problemas, en cambio nosotros los adultos, seguimos durante mucho tiempo mezclando sin darnos cuenta, tirando la yerba en el tacho de inorgánico, y equivocándonos. Llevó tiempo adaptarnos”. Para Damián Silvero (53), del barrio Illia, “lo que más nos costó en casa es el tema de sacar la basura los días adecuados, porque hay días para lo orgánico y días para lo inorgánico, y muchas veces nos equivocamos con eso, aunque con los años ya la familia se adaptó bien, aunque debo reconocer que alguna vez nos ha llegado una multa por sacar la basura en días errados”. En este sentido, Laura Haulicz (25), del barrio Centro, opinó que “sería bueno que el sistema de clasificación se mantenga pero que también se pueda sacar ambos tipos de basura todos los días porque sino se juntan moscas con la basura esperando su día correspondiente”. Patogénicos y pilasLa Directora de Ambiente de la comuna, María Aniela Zubrzycki, explicó a PRIMERA EDICIÓN que “desde que empezó el sistema de clasificación de residuos, el municipio viene concientizando sobre residuos patológicos y patogénicos. Existe además una ley nacional que regula el manejo y los términos de eliminación de este tipo de residuos. Lo que estamos haciendo es recordarles a los generadores, la necesidad de cumplir estrictamente con las disposiciones vigentes”. Sobre este tipo de residuos, cabe destacar que en 2012, hubo empleados municipales – recolectores- que sufrieron accidentes al manipular bolsas con jeringas mal clasificadas. En cuanto a las pilas y baterías , en distintos puntos de la ciudad (oficinas públicas, comercios, etc) se encuentran dispuestos contenedores para depositar exclusivamente las pilas usadas. A quienes viven en barrios distantes, se les recomienda colocar las mismas en bolsas separadas dentro de una botella de plástico, idéntica recomendación para el aceite usado en frituras que ya quedan en desuso.AbonoDesde el año pasado, la comuna hace entrega a los ciudadanos que lo soliciten – a través de la Dirección de Ambiente- abono orgánico producido en la planta de reciclaje. Este abono, de excelente calidad, surge del tratamiento de los residuos org&aacu
te;nicos, a través de un proceso especial con un lombricario. El abono resultante, es envasado en el municipio y lleva el símbolo de la comuna.





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