POSADAS. “Muchos chicos quieren entrar a esta escuela pero no pueden porque no hay lugar. Queremos que terminen de construir el edificio nuevo”, dijo Enrique Elizalde (18), alumno de la Escuela Especial 3 de Villa Cabello, resumiendo la inquietud de toda la comunidad educativa, que hace 17 años reclama por un lugar para trabajar adecuadamente. Actualmente la institución funciona en lo que fuera la casa del portero de la Escuela 721, ubicada junto al Polivalente 8, de cara al parque Sarmiento. La construcción consta de una habitación a la que se le fueron añadiendo, como una especie de rompecabezas, salones para lograr que cinco aulas puedan funcionar en simultáneo. Al punto que un aula fue construida enteramente con recursos humanos y económicos provistos por los padres de los alumnos. Otro pequeño espacio es la cocina comedor, donde luego de merendar o desayunar los jóvenes se sientan en torno a una mesa para estudiar. También cuentan con un “aula virtual”, un teatrillo de títeres colocado en una esquina, donde funciona otra aula. En otro salón pequeño funcionan dos aulas separadas con armarios. Lista de esperaLa escuela recibe a 103 jóvenes con distintas discapacidades -algunas muy severas- en dos turnos: de 7.15 a 11.30 y de 13.30 a 16.30. No obstante, dado que hay quince más en lista de espera, la directora, Graciela Vázquez, señaló que “estamos evaluando la posibilidad y solicitando autorización (al Ministerio de Educación) para tener un turno intermedio, al mediodía, y así poder atender a estos chicos que lo necesitan”. “Falta voluntad política”Desde 2009 la escuela cuenta con un terreno propio para el edificio nuevo, en la chacra 122 -López y Planes y Monseñor D’Andrea-. “Hace cuatro años empezaron los trabajos de preparación de los terrenos, pero las obras se pararon y desde entonces no tenemos novedades. Elevamos cada año las correspondientes notas al Consejo (General de Educación) y fuimos reiteradas veces al Iprodha. Allí nos dijeron que ‘falta una decisión política del arquitecto (Manuel) Meaurio’ porque el Ministerio de Educación ya autorizó las obras”, dijo. Mientras docentes, padres y estudiantes siguen aguardando esperanzados la concreción del edificio, mañana -pese a que el asueto por el Día de la Mujer permite a las nueve docentes especiales y a la directora no acudir al lugar de trabajo- la comunidad educativa concurrirá a pintar el edificio. “Así no se puede estar, da tristeza. Nos cansamos de esperar que el Gobierno nos dé la pintura así que las maestras juntaron plata para comprarla”, indicó Vázquez.





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