POSADAS. Tras una nueva y por momentos acalorada sesión del Consejo Directivo de la Liga Posadeña de Fútbol, el presidente de la entidad, Timoteo Llera, impuso a través del voto de la mayoría de los delegados presentes la idea de comenzar el torneo Oficial (Clausura) el próximo 16 de este mes, tal cual se había establecido en la sesión anterior.Las diferentes interpretaciones con respecto a la conveniencia o no de iniciar el torneo y luego realizar la asamblea extraordinaria para tratar en el orden del día la aprobación del nuevo organigrama de la Liga y la modificación del formato del Clausura, llevaron a varias interpretaciones, a pesar de que algunos digan que la asamblea tiene por objeto ordenar y readecuar el estatuto de la Liga, pues en la actualidad coexisten tres (1986, 1992 y 2011).Fue el delegado de Crucero, Luis Sotelo, quien objetó la idea que el torneo se largue el próximo 16, siendo que primero, según señaló el dirigente, se debe efectuar la asamblea, pues ésta podría decir que no se modifique el torneo, lo que sentaría un mal precedente a futuro ante el Consejo Federal, teniendo en cuenta lo que ya se habló en reuniones anteriores.Por su parte, el presidente de El Brete y vice primero de la Liga, Silvio Alvarenga, expresó que es facultad del Consejo determinar la forma de disputa del certamen, por lo que no se debería discutir más, arrancar el certamen el 16 y evitar poner palos en la rueda.En ese momento, intervino el presidente de la Liga para calmar los ánimos, y mocionó que se vote por sí o por no para que el torneo se inicie tal cual se había hablado en la reunión pasada. La mayoría ratificó a través del voto que el Clausura se iniciará, con nuevo formato (10 equipos en la A y otros tantos en la B con equipos de la C), el próximo 16 de marzo.Por otra parte, Llera, anunció que una empresa constructora comenzará la próxima semana con la recuperación de la cancha del club Huracán, para que allí se jueguen encuentros de la primera B.Sin lugar a dudas que todo cambio implica un período de transición en el cual las nuevas autoridades deben acomodarse en la función. Los delegados deben entender y ser pragmáticos en la nueva relación con quien llega al cargo con los deseos de mejorar lo que se venia haciendo, sin dejar de apuntar lo que cada uno piensa que es mejor para la entidad que representa.Así funciona el juego de la convivencia, en donde las discusiones deben dejar algo positivo para todos y no entrar en el camino de las descalificaciones o dilaciones simplemente por ser de uno u otro sector, pues todos deben bregar por el fortalecimiento de la institución.





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