POSADAS. Hartas de vivir en el hacinamiento, unas veinte familias que ocupaban los pasillos del sector “D” en Miguel Lanús se cambiaron, de un día para el otro, a algunos metros más adelante, en los terrenos lindantes a la autovía del acceso Sur, casi avenida Juan Domingo Perón. En principio la situación desencadenó todo tipo de reacciones, ya que sobre los terrenos, situados en una -aparentemente- muy “codiciada” ubicación, pesarían una orden de desalojo. A decir de los vecinos quienes explicaron a PRIMERA EDICIÓN (luego de una recorrida por el lugar), la gente del barrio ya recibieron citaciones de la Policía para que se retiren de lugar. No obstante ahora la Comuna, a través de su plan de urbanización se está ocupando de la situación en conjunto con otros organismos del Estado como el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional y la Subsecretaría de Tierras de la Provincia, para una posible regularización de tierras de quienes allí viven. “Cada tanto tenemos problemas porque vienen de la Policía y de la EBY (Entidad Binacional Yacyretá) y de otros organismos con intenciones de desalojarnos”, contó Juana una antigua vecina del lugar, en cuyo terreno están amontonadas dos casitas más, según ella donde se habían ubicado familiares a los que se vio “obligada a recibir”, según contó a este diario. Ahora las casillas se muestran deshabitadas y a medio desarmar, ya que la gente se mudó “a los terrenos de arriba”, contó con miedo.PreocupaciónPrecisamente los terrenos de “más arriba” están divididos en parcelas de diez metros de frente por 24 de fondo, algunas, y otras de seis metros por treinta. Todas las plazas están debidamente cercadas con alambres de púas y la gente que vive allí, como era de esperar atendió a este diario con recelo, como Celestina Lotero, esposa de un puntero barrial que también construyó su nuevo hogar en una parte bastante alta de predio, que aunque de muy difícil acceso “ahora estamos mucho mejor de lo que estábamos antes”, contó. “La verdad estamos preocupados, porque no tenemos la titularidad de la tierra, pero ahora nos cambiamos y estamos mucho mejor de lo que estábamos antes”, se animó a contar.Por otra parte, y siempre según dichos de los vecinos habría un cupo para relocalizar quince familias a viviendas solidarias del Estado y se estaría confeccionando la lista de los beneficiarios.“No sabemos nada, solo que se hizo la lista de las personas más necesitadas. Nosotros salimos de esos terrenos, porque vivíamos todos amontonados. Como todos sabemos que si se mete más gente, vamos a perder un montón de beneficios adquiridos, por eso la tierra quedó en manos de la gente que estaba antes que nosotros, para que tuvieran un terreno más amplio, con mejor calidad de vida.“El lugar se inundaba con cada lluvia, porque está en bajada, realmente vivíamos muy mal, al lado de los pozos negros, sin agua potable y en pésimas condiciones. Las casas estaban todas encimadas, realmente se vivía muy mal. Estamos viendo qué pasa, ojala que nos vaya bien”, dijo tímidamente.Juan Manuel Rodríguez, otro de los vecinos que pudieron mudarse, contó que “estamos construyendo a duras penas. La madera está muy cara, yo soy changarín que vendo verduras y frutas al menudeo y para tratar de levantar mi casita ya gasté más de mil quinientos pesos y todavía me falta un montón”. En general, todos tienen miedo de hablar, más allá de que la Municipalidad esté trabajando con ellos para ver de qué manera “trabajamos para organizar la caótica situación y en la medida de lo posible mejorar la calidad de vida”, aseguró a PRIMERA EDICIÓN el coordinador del Programa Municipal de Regularización de Espacios Públicos y Provisión de Agua, Jorge Atencio. “En conjunto con la provincia (Iprodha y subsecretaría de Tierras) estamos trabajando para organizar la caótica situación y en la medida de lo posible mejorar la calidad de vida los ciudadanos que presenten problemáticas y tengan intenciones de regularizar su situación”, dijo. En los dos primeros meses de este año ya se han concretado distintas reuniones en barrios capitalinos que albergan en sí la misma problemática. En algunos de ellos, las soluciones han sido integrales, el ejemplo del barrio El Acuerdo, quienes por estos días se están mudando a sus nuevas viviendas, algunas de ellas situadas en San Isidro y las demás sobre avenida Jauretche. Algunas experiencias actualesDesde hace unos meses se empezó a notar el énfasis de la comuna en avanzar en sus planes de urbanización. Para ello vienen manteniendo distintas reuniones con vecinos de las parcelas 44, 45 y 47 en el mismo Miguel Lanús, o bien con los representantes de las manzanas “E”, “F” Y “G” del barrio Prosol I.,en Itaembé Miní por nombrar algunos casos, donde se está haciendo un estudio concienzudo para resolver la problemática.





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