SAN IGNACIO. Debía ser una jornada de descanso y recreación, pero terminó siendo trágica. Un empleado de Emsa perdió la vida en aguas del arroyo Yabebirí, después de saltar a las aguas del cauce ante la inestabilidad de la precaria embarcación en la que pescaba junto a otro colega, que nadó hasta la costa y se salvó.El dramático episodio tuvo lugar ayer al mediodía en dicho arroyo, cerca del puente sobre la ruta nacional 12, donde por la tarde fue hallado el cuerpo sin vida de Néstor Aníbal Tato, de cincuenta años.Según las primeras versiones que se manejaban ayer, el desenlace habría ocurrido después de que el agua comenzara a ingresar a una canoa en la que pescaba la víctima junto al sobreviviente.Fuentes policiales informaron que todo sucedió alrededor de las 10.50 de ayer en aguas del Yabebirí, unos 600 metros al este del puente sobre la ruta nacional 12, y a unos mil de la desembocadura del arroyo en el río Paraná, una zona conocida por los lugareños como Paraje Boca del Horquetero.Allí, cerca del camping municipal, Tato llegó a la costa junto a dos compañeros, que también son empleados de la empresa estatal de energía eléctrica.Al parecer, la víctima fatal y uno de sus acompañantes decidieron entonces subirse a una precaria embarcación cuyo origen era un misterio para las autoridades. El tercer compañero, en tanto, decidió quedarse a pescar en la costa.Unos treinta metros había recorrido Tato junto a su colega por agua cuando ambos notaron que las cosas no estaban del todo bien. Una primera versión que circulaba anoche decía que en ese momento el bote cedió y comenzó a entrar agua por todos lados. Desesperados por la situación, los dos empleados de Emsa decidieron arrojarse al arroyo para salvar sus vidas. Uno lo logró, pero no Tato, que desapareció de la superficie a los pocos segundos.Una vez que el compañero sobreviviente llegó a la costa y se reencontró con el otro colega, comenzó la búsqueda, que en minutos fue acompañada por efectivos de la comisaría de San Ignacio y por hombres de la Prefectura Naval Argentina. También colaboraron compañeros del Distrito San Ignacio de Emsa, donde Tato trabajaba como maquinista.Después de varias horas, alrededor de las 18 de ayer, finalmente las autoridades dieron con el cuerpo sin vida del infortunado empleado, a pocos metros de donde había desaparecido.Luego de las pericias de rigor, el médico de turno confirmó que la muerte se produjo por “asfixia por inmersión”. Por orden del magistrado José Alberto López, al frente del Juzgado de Instrucción 7 de Posadas, el cuerpo fue entregado a sus familiares.





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