WASHINGTON, Estados Unidos (Agencias y diarios digitales). El Presidente estadounidense volvió a alertar a los congresistas demócratas y republicanos de que el “dolor” que van a causar esos recortes a cientos de miles de estadounidenses “será real”. El país sufrirá ajustes de gastos por 85 mil millones de dólares, ya que la reunión “in extremis” que han mantenido esta tarde en la Casa Blanca el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y los líderes demócratas y republicanos del Congreso ha concluido sin un acuerdo para intentar evitar la entrada en vigor de los recortes automáticos del gasto público que contemplan ajustes por un importe de 85 mil millones de dólares.El Presidente estadounidense ha culpado a los líderes republicanos de bloquear los esfuerzos para evitar el denominado sequester (secuestro) y ha insistido en que trabajará para llegar a un acuerdo “del sentido común” en los próximos días y semanas.Desde 2011, cuando los conservadores tomaron el control de una parte del poder legislativo, Obama y sus adversarios se han enfrentado por la forma de buscar el equilibrio de las cuentas públicas con el fondo de un alza vertiginosa del endeudamiento de la primera economía mundial, actualmente de más de 1,6 billones de dólares.A falta de un acuerdo, ambas partes han encontrado soluciones temporales. La idea, emitida a mediados de 2011 por la Casa Blanca y aceptada por los republicanos, fue la de poner en marcha recortes automáticos en los gastos y que fueran considerados demasiado dolorosos como para incitar a negociar una solución.Eso fue sin duda una prueba de excesivo optimismo vista la persistente intransigencia de cada lado: Obama aceptó el principio de los recortes en los gastos, pero exige que los más ricos paguen mayores impuestos.Pero esto representa una bandera roja para los republicanos que ya habían aceptado esa medida en enero, durante una precedente negociación, y en una mayor presión fiscal sobre los estadounidenses de mejor pasar. Los republicanos responsables del bloqueo, asegura Obama.“Hemos prometido a los estadounidenses que reduciríamos los gastos de Washington y el presidente promulgó los recortes. Los republicanos han ofrecido muchas soluciones al presidente”, sostuvo el líder de la minoría republicana del Senado, Mitch McConnell, uno de los participantes en la reunión en la mañana de ayer.“Pero no habrá un acuerdo de última hora, firmado entre bastidores, y absolutamente ninguna luz verde a una subida de impuestos”, advirtió. Además, los miembros del Congreso ya se habían retirado por el fin de semana y se volverían a encontrar recién el lunes en Washington.La presidencia demócrata ha hecho sonar las alarmas desde hace varios días sobre las consecuencias concretas de una amputación de gastos de 85 mil millones de dólares sobre los siete últimos meses del año fiscal, o sea un 8% para defensa y 5% para otros sectores, hablando de desempleo parcial de funcionarios y afectaciones en los servicios públicos.Pero Obama asumió el riesgo de atacar a sus adversarios la noche del jueves, al describirlos como los únicos responsables del bloqueo. Ellos se declararon a favor de “amenazar nuestra economía con un conjunto de recortes del presupuesto automáticos y arbitrarios que nos van a costar empleos y desacelerar la recuperación”, acusó el mandatario.Mitt Romney, el senador republicano que perdió frente a Obama en las elecciones del año pasado, replicó a las acusaciones del presidente en su primera entrevista desde la derrota electoral.“No pensó (Obama) que el secuestro sucedería. Está sucediendo”, dijo Romney. “Pero hasta la fecha, lo que hemos visto es al presidente haciendo campaña (…), mítines por todo el país, volando por todo el país y reprendiendo a los republicanos. Y culpando y señalando”, agregó, explicando que eso hace que los republicanos salgan luego a luchar.El jueves, el presidente había explicado sin embargo que los recortes no tendrían forzosamente un efecto brutal inmediato pero que se incrementaría con el correr de las semanas. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó en 0,5 puntos porcentuales el efecto negativo de esta medida sobre el crecimiento de la economía, aún convaleciente.El Gobierno comenzará a enviar cartas a centenares de miles de funcionarios para prevenirlos de potenciales licenciamientos sin goce de sueldos. Esta crisis debería adicionarse muy pronto a otra, aún más llena de amenazas: el financiamiento del Estado federal para los últimos meses del ejercicio 2013, que deberá ser objeto de un voto en el Congreso antes del 27 de marzo, y sin el cual los servicios públicos deberán cerrar pura y simplemente.El jefe de los demócratas en el Senado, Harry Reid, espera que esta nueva suba en las apuestas en el juego político y económico sirva para que finalmente ambos bandos alcancen un acuerdo.





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